Cueste lo que cueste

La foto de Moretti escapando de San Lorenzo, la metáfora de un club sin conducción

La imagen del presidente saliendo escoltado por la policía tras una protesta en la sede de Avenida La Plata se volvió símbolo del momento crítico que atraviesa el club. Entre la fractura política, el malestar social y la incertidumbre futbolística, San Lorenzo vive una de las semanas más tensas de los últimos años.

Marcelo Moretti Foto: NA

San Lorenzo atraviesa una crisis institucional que parece no tener fin. Lo que comenzó como una gestión con promesas de recuperación deportiva y económica terminó en caos, con un presidente —Marcelo Moretti— que ya no puede mostrarse en público sin el repudio de los hinchas.

La escena del lunes, con socios autoconvocados en la sede de Avenida La Plata y Moretti saliendo agachado, escoltado por la policía, se convirtió en una postal que marcará la historia reciente del club. En Cueste lo que cueste, se profundizó sobre esta crisis que atraviesa el Ciclón.

Moretti corriendo y escoltado por la policía

El análisis de la crisis de San Lorenzo por Cueste lo que cueste

La convocatoria, que comenzó con unas pocas decenas de personas y terminó con más de 300 hinchas, fue espontánea. No hubo banderas políticas ni presencia de barras, sino socios comunes, cansados del rumbo institucional y de la falta de respuestas. “Esto es más importante que la Libertadores”, dijo uno de ellos ante las cámaras, reflejando la magnitud del descontento.

Las imágenes del presidente huyendo del lugar recordaron inevitablemente al episodio de Daniel Lalín en Racing, cuando recibió el impacto de un bombo durante una protesta. Pero lo de Moretti, coinciden los cronistas, “supera el redoblante”. Porque ya no se trata de un gesto de soberbia o inconsciencia, sino de una crisis de legitimidad.

Marcelo Moretti reapareció en la sede de San Lorenzo y debió escapar en patrullero tras ser increpado por los hinchas

Es cierto: Moretti ganó las elecciones, pero hoy su continuidad se sostiene más en lo formal que en lo real. Las asambleas suspendidas, las medidas cautelares y los reclamos judiciales reflejan una conducción paralizada, mientras crece la sensación de que el presidente perdió todo respaldo político y social.

A nivel futbolístico, el conflicto inevitablemente derramó sobre el equipo. Lo que durante un tiempo pareció aislado —mientras los resultados acompañaban— hoy impacta de lleno en el ánimo del plantel y en la relación con los ídolos. Incluso figuras emblemáticas como Néstor Ortigoza, símbolo del club y héroe de la Copa Libertadores 2014, comenzaron a ser insultadas por su cercanía con la actual dirigencia.

“Cuando tus ídolos empiezan a irse o a ser cuestionados, algo se rompió”, resumió uno de los panelistas. Y esa ruptura hoy atraviesa a toda la institución azulgrana: una grieta entre la política, los hinchas y la identidad del club.

San Lorenzo, históricamente marcado por el compromiso de su gente, vuelve a vivir un momento de fractura profunda. El futuro inmediato parece incierto. Moretti insiste en mantenerse en el cargo, pero cada día resulta más evidente que su figura se volvió insostenible.

Como se dijo al aire durante el debate: “Esa foto de Moretti escapando no es una anécdota, es una metáfora. Es la imagen de un club que perdió el rumbo y que hoy busca, otra vez, empezar de nuevo”.