coronavirus en el fútbol

Mientras miro las nuevas olas

Los casos positivos de Covid en el fútbol sumaron 87 en las últimas dos semanas. hay equipos diezmados que deben hacer Malabares para jugar. la suspensión de la actividad en el horizonte.

Coronavirus en el fútbol. Foto: juan salatino

Ni en las oficinas de la Liga Profesional ni en las de la AFA tienen el número preciso. La razón es simple: la cifra siempre está cambiando. Todos los días hay jugadores del fútbol argentino que se suman a la lista de contagiados por Covid-19. La segunda ola también llegó a las canchas.

De acuerdo a un relevamiento realizado por PERFIL, en las últimas dos semanas, en los equipos de la Copa de la Liga hubo al menos 87 nuevos contagios de coronavirus, a lo que hay que sumarle la muerte del presidente de Patronato, Miguel Ángel Hollmann, quien estaba internado desde enero.

La previa del clásico de Avellaneda que se jugará hoy sintetizó el drama que se vive a nivel nacional, con un incremento en los contagios que alerta a la sociedad y a las autoridades políticas y sanitarias.

Entre el domingo y el miércoles, Independiente sumó 13 nuevos casos. Muchos son jugadores titulares (Sebastián Sosa, Domingo Blanco, Lucas Romero, Nicolás Messiniti), pero el PCR detectable que más preocupó fue el de Julio Falcioni, de 64 años y paciente de riesgo por haber padecido un cáncer de laringe. El técnico, por suerte, transcurre la enfermedad con síntomas leves.

En Racing –que a principio de la semana perdió a Ignacio Piatti–, el cimbronazo llegó ayer, cuando se conoció que Darío Cvitanich dio positivo. Lo bueno para el entrenador Juan Antonio Pizzi es que recuperó a Héctor Fértoli y Ezequiel Schelotto, quienes volvieron a entrenarse luego de sus respectivos aislamientos.

Malabares. El crecimiento sostenido de casos en la Liga y el Ascenso generó que la AFA anunciara este martes el regreso a Fase 1, lo que implica que se suspenderán las concentraciones, cada futbolista deberá ir a los entrenamientos en su auto particular y no se utilizarán los vestuarios ni antes ni después de cada práctica o partido.

Este retroceso –aseguran en el plano dirigencial– es un intento para evitar que la actividad se suspenda totalmente, como ocurrió entre marzo y octubre del año pasado. 

“Creemos que si ajustamos el control puede ordenarse”, decían el lunes por la noche desde el entorno de Claudio “Chiqui” Tapia. El martes lo hicieron oficial a través de un comunicado de AFA. “Si los protocolos se hubieran cumplido era imposible que esto hubiera sucedido”, cuestionó el ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens. El fútbol como metáfora: a mayor relajamiento, mayor el índice de contagios.  

Desde que se instauró esta nueva normalidad, es el momento más crítico. La semana pasada, Gimnasia y Esgrima La Plata, Banfield y Sarmiento de Junín debieron hacer malabares para presentar un equipo en cancha, debido a que en cada plantel los positivos alcanzaban los dos dígitos.

Con 16 futbolistas con Covid-19, Leandro Martini, técnico del Lobo junto a Mariano Mesera, fue bastante gráfico luego de la derrota ante Lanús: “Si esto les pasara a Boca y a River, se suspendería”.

El entrenador de Banfield, Javier Sanguinetti, también describió las dificultades que atravesó en el armado del partido contra Estudiantes, finalmente empatado 2 a 2: “Es imposible competir de igual a igual. Había chicos que hasta hace dos semanas eran alcanza pelotas”, dijo Archu, quien tiene 17 futbolistas desafectados por coronavirus. Y alertó sobre una de las razones de la cantidad de casos que se vienen contando en estas últimas semanas: “Un falso negativo puede armar un contagio masivo”.

Como sucede a nivel nacional, la segunda ola de Covid-19 genera dudas sobre la continuidad y el futuro. La suspensión de las actividades está en el horizonte. Aunque por ahora es un botón rojo que nadie quiere apretar.