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Diego Capusotto: “No sé si Micky Vainilla se permitiría hablar de Milei”

El actor participó del Ciclo de Entrevistas organizado por la Universidad del Sur de Buenos Aires (USBA). Por qué Milei podría haber sido uno de sus personajes. El humor para superar los problemas actuales. La posverdad y qué dirían hoy los jóvenes de su programa.

Micky Vainilla por Diego Capusotto Foto: CEDOC

—¿Cuál es la diferencia entre imitar a un personaje y parodiarlo?

—Carácter desaforado que ya se copia a sí mismo, digamos. No hace falta ni siquiera hacer de él, sino ubicar algún personaje. Si lo querés parodiar, que te haga pensar que es él. Siempre nosotros hemos hecho eso, por eso, nunca hemos hecho imitaciones, sino que dejamos entrever que un personaje puede ser alguien que resulta conocido. Y, además, lo deformamos de una manera muy particular. No hacemos una copia tal cual, sino que ese personaje al cual parodiamos va a representarnos para nosotros otra figura y otra manera de componernos, que nos parece más atractivo que hacer la imitación.

—¿Javier Milei podría haber sido de uno de los personajes de su programa?

Es factible. Porque todos los personajes que nosotros hacemos, además de ser inventos ficcionales, algunos han sido convertidos en personajes nuestros, porque son gente que hemos conocido. Ese tipo de personajes seguro, porque son personajes que están como corridos en un lenguaje de cierto formalismo. Nosotros podemos parodiar cualquier cosa desde alguien muy formal y convertirlo en otra cosa, y a alguien desaforado convertirlo también en otra cosa que nos genere gracia y que el espectador no espere eso que cree que va a pasar. La idea de la sorpresa en el humor siempre es vital para generar una conmoción y una emoción particular en quien está viendo eso. Sí, podría haber sido, prácticamente. Hubiese sido mejor que un personaje de nuestro programa, y no lo que es.

—¿Cómo hubiese sido el personaje de Milei representado por usted?

—Si se hubiese quedado ahí en la parodia de un personaje que no deja de ser una ficción, hubiese sido mejor que lo que es, que no es presidente, y es un personaje de ficción. Entonces, nadie que atraviesa la realidad con un mandato, en este caso, es un personaje de ficción. Por lo contrario, puede ser un personaje parodiado, pero en realidad interviene en las personas de otra manera que un personaje. De hecho, un personaje de ficción forma parte de un programa que vos podés ver o no como espectador, no pasa nada. En el caso de alguien público, en el caso de alguien que es un dirigente político, sea cual fuera su puesto, interviene socialmente, por lo tanto, puede ser peligroso o no, o, todo lo contrario. Por eso digo que, si estuviese, obturado ahí en un programa de humor, no pasaría nada, sería simplemente un personaje que puede moverse con total libertad y puede hacer lo que quiere porque el lenguaje humorístico así lo permite. No hay nada establecido en el humor, ni nada que tenga que ser como lo que esperamos de la realidad. En el humor podés deformar todo y convertir a alguien que es malo en alguien simpático. El humor permite eso. Transgredir las formas. El humor lo que hace es suavizar eso de alguna manera, lo coloca en un ámbito en el que eso que ese personaje hace no duele tanto.

Diego Capusotto participó del Ciclo de Entrevistas de estudiantes de la Licenciatura en Comunicación de la USBA.

—¿En medio de la era de la posverdad, el juego que conlleva el humor es más complicado de ser realizado?

—No creo, porque precisamente el humor atraviesa la posverdad. En el humor nunca nada, es verdad. Todo lo que está sucediendo está siempre alterado. Y el asesino puede asesinar y todos pero podemos discutir que mató a trescientos pero que siempre hay que ver de qué manera los mató. La posverdad no me parece que atraviesa otras voluntades, se utiliza más políticamente. El humor a veces trasciende, inclusive, el propio lenguaje político. Todo lo que se dice es político, pero a su vez, en el caso, por ejemplo, nuestro, no hacemos tanta relación a lo político en términos de ingentes u acciones políticas. En la política está nombrada, como están nombradas otras cosas, la situación del ser humano en el mundo, la animación humana, las afecciones familiares, las voluntades, el amor, la muerte, la muerte, todo eso está puesto en lo que nosotros conocemos del programa y también lo que es lo que se llamaría lo macro político. Yo creo que el humor es inclusive un ejemplo mucho más poderoso que la posverdad, o al menos para nosotros. 

—¿Los jóvenes de hoy cómo reaccionarían a su programa, sabiendo que ahora se genera mucho odio en las redes sociales?

—La verdad es que no tuve idea. El humor es un lenguaje tan liberado que no podés estar pensando en no hacer algo porque la gente se va a ofender o va a causar mala impresión a alguno. Eso me parece como una derrota. A mí no me preocupa eso. Además, siempre vas a ofender a alguien, es muy factible. Por eso, jamás se puede hacer un programa de humor pensando a dónde va a estar dirigido y qué es lo que tenemos que guardar. 

—¿Qué diría Micky Vainilla de Milei?

—No tengo la menor idea, porque hace mucho que no hacemos a Micky Vainilla. Habría que ver si Micky Vainilla, lo nombraría, porque en general no nombraba a nadie, tenía siempre una opinión muy personal. Siempre trataba de anteponer que él era un artista pop, entonces él sabía que iba a afectar su narrativa, pero siempre lo anteponía a que era un ciudadano que hace música y que opina. No sé si Micky Vainilla se permitiría hablar de Milei, porque para Micky Vainilla está él primero. Sí podría hacer alguna referencia que resuena a Milei, pero no creo que a Micky Vainilla le gustaría hablar de Milei. No creo, o haría una referencia muy por arriba, pero no le daría entidad tampoco. 

—¿Por qué decidió volver al teatro con Tirria, su nueva obra?

—Porque es una obra que tiene un lenguaje muy particular, porque atraviesa también el teatro del absurdo, el teatro grotesco, es una familia de Patricia Venida Menos, gira también como comedia, con un lenguaje muy particular, porque está situada en la década del cuarenta y es muy inteligente como está escrita. Es muy interesante la actuación de los actores, y a quien le gusta el teatro va a ver algo que probablemente lo vaya a conmover, yo supongo que es así. Es una obra que atraviesa un poco también algo de nuestra historia, algo de un momento determinado de nuestro país, que en general suele repetirse. Porque todo lo tiene cíclico, entonces eso que pasó en algún momento vuelve más como tragedia, algunas veces como comedia, pero bueno, es muy potente la obra para mí. 

—Vivimos hoy un momento de mucha angustia, de mucho sufrimiento en la sociedad. ¿Qué representa hacer humor en momentos como el actual?

—El humor te permite transformar la realidad en algo que es mucho más ameno, con más locura, con más vida. Eso es lo que uno hace cuando se dedica a esto. Porque el humano está haciendo todo el tiempo algo de humor en su vida, porque lo necesita, porque si no todo sería una angustia. Entiendo que todos tenemos momentos que son de mucha felicidad, y entre ellos está también el humor, que es para bajar el nivel de angustia y colocarse fuerte también en la vida. Yo necesito hacer esto, necesito ese lenguaje porque me hace muy feliz y porque me parece que hace a la vida más interesante, como un recreo que nos podemos tomar y que nos debemos tomar. Tenemos la obligación de hacerlo para desmitificar una realidad, un cotidiano que ya conocemos, que a veces nos pone feliz, a veces nos angustia, e inventar como un mundo nuevo, que eso es lo que se hace en el humor, que esos personajes atraviesan unas circunstancias en relación con otros. Necesitamos ese lenguaje, que es un poco lo que hacíamos cuando éramos chicos, que jugábamos a hacer otra cosa, que salteábamos la realidad del día.

—Agradecemos su participación en este Ciclo de Entrevistas de la USBA y le damos la posibilidad de cerrar con un comentario final.

—Los felicito por las actividades que realizan, y que tengan una vida muy interesante y con conexiones propias. 

Por María Luz Alarcón y Norma Cabada
Estudiantes de la Licenciatura en Comunicación
Universidad del Sur de Buenos Aires