La pelea entre Trump y Lula tiene causas estrictamente políticas

La política económica de Donald Trump, que hasta ahora consistió en subir los impuestos de importación (aranceles) para bienes producidos fuera del país, tiene según el presidente norteamericano un objetivo económico: dificultar el ingreso de los productos extranjeros al mercado estadounidense, por la vía de su encarecimiento, y atraer a las grandes empresas internacionales para que se reinstalen en su territorio. Pero el caso de Brasil, castigado con aranceles de hasta 50% sobre las exportaciones a Estados Unidos, revela que la estrategia trumpista puede deberse a fines exclusivos de política internacional. Así lo revela el texto del decreto firmado y publicado el miércoles último por el Jefe de la Casa Blanca.

La causa de esa “condena” contra los brasileños, que además de debilitar al gobierno de Lula da Silva afecta seriamente a sus ciudadanos, tiene nombre y apellido: Jair Bolsonaro. Tal como figura en la resolución que se publicó antes de ayer en Washington, el político brasileño sometido a juicio por intentar un golpe de Estado,  es objeto de una “caza de brujas”. Concluye, en ese sentido, que los aranceles fueron adoptados como represalia al gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva  que representa “una amenaza extraordinaria a la seguridad nacional, a la política externa y a la economía de EE.UU”.

El conocido economista británico David Lubin lo dijo sin medias tintas: “La política de Trump está siendo usada para expresar rabia” contra Lula. El especialista, investigador senior del programa de Economía y Finanzas Globales de Chatham House, sostuvo en una entrevista concedida a la BBC británica que está en juego “una crisis geopolítica”. Este tipo de mecanismo no es usado exclusivamente contra Brasil: también la India fue objeto de esa clase de sanciones. Pero las explicaciones son otras. La administración Trump acusa al país asiático de estar comprometido con los Brics, del cual es socio fundador, y de comerciar sin reparos con China y Rusia, pese a las sanciones internacionales que pesan sobre Moscú. 

Donald Trump anunció un nuevo esquema global de aranceles: cuánto deberá pagar Argentina

Para Paul Krugman, premio Nobel de Economía, la Casa Blanca descargó retaliaciones “excepcionales” sobre Brasilia. “Trump vinculó explícitamente los aranceles al hecho de que “Brasil haya tenido la osadía de juzgar a su expresidente Bolsonaro, acusado de querer revertir una elección que había perdido (en octubre de 2022)”. Sus conclusiones son muy fuertes, al decir del presidente estadounidense que es “enemigo de la democracia, al dar apoyo a autoritarios”. 

Un dato que destaca Krugman es esclarecedor: la Casa Blanca eximió de pagar esos impuestos abusivos a 700 clases de productos brasileños. “Esto es una señal de que Estados Unidos precisan de Brasil”; y al mismo tiempo revela una flagrante “ilegalidad” al pretender influir en las cuestiones de política interna de otra nación. Concluye que “Trump puede creer que gobierna al mundo, pero él carece de bienes como el jugo de naranja” procedente de industrias brasileñas, y eso explica que esa “simple” manufactura esté en la lista de las excepciones. Ese largo listado incluye derivados de la celulosa y el petróleo, aeronaves civiles y sus partes, fertilizantes, vehículos de transporte, fertilizantes, componentes electrónicos, entre otros bienes. 

Según el economista Lubin, con esta estrategia de excepciones a los aranceles de hasta 50%, “Estados Unidos trata de presionar al gobierno de Lula, y defender a su amigo político Bolsonaro, pero al mismo tiempo busca limitar los años económicos que supone para EE.UU.” con la elevación de precios para los propios americanos.

Desde luego, las críticas contra esa maniobra de Washington no se limitan al mundo económico  y financiero. Ayer, Human Rights Watch (HRW) sostuvo que el “tarifazo” y las sanciones adoptadas contra el ministro de la Corte Suprema Alexandro de Moraes –impedido de entrar en territorio norteamericano—sostuvo que ese tipo de inhabilitación “con una clara violación a la independencia judicial, un pilar de la democracia”.

Gi