Martín Balza: “La serie de Menem tergiversa el levantamiento carapintada”
El exjefe del Ejército cuestionó la recreación del intento de golpe del 3 de diciembre de 1990 en la miniserie sobre Carlos Menem, y aseguró que ni la Casa Rosada fue atacada ni el expresidente pactó con los insurrectos.
Martín Balza, exjefe del Ejército, cuestionó la recreación del levantamiento carapintada del 3 de diciembre de 1990 en la miniserie Menem y aseguró que lo mostrado en pantalla refleja “un desconcepto muy grande de lo sucedido”. “Se ridiculiza al presidente y al Ejército”, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3). También negó que ese día se haya atacado la Casa Rosada o que se haya intentado pactar con los insurrectos. “Fue la última chilinada, porque nunca más se produjo una, ni se va a producir”, sentenció.
Martín Balza es exjefe del Estado Mayor del Ejército durante la década del 90. Posteriormente fue embajador argentino tanto en Costa Rica como en Colombia. Fue el único Jefe Militar que combatió al frente de su tropa durante el conflicto bélico en las Islas Malvinas y el primero de alto rango que reconoció públicamente las violaciones sistemáticas a los derechos humanos de la última dictadura.
¿Tuvo oportunidad de ver la miniserie de Menem?
He visto los seis primeros capítulos y todavía no he podido entrar al resto. Es decir, he visto hasta el año 1995, en los que no aparece todavía nada ahí relacionado con el mensaje institucional del Ejército, el martes 25 de abril de 1995, al que usted se refiere. Pero he visto todo lo otro. Hay algunas escenas —bueno, en la presentación hace referencia el director a eso—, de que se trata de aspectos dramáticos, pero de muchos de ficción, y otros que se corresponden con la realidad.
En los que hay de ficción, hay algunos que no solo son de ficción, sino... no sé si direccionados, pero ponen en evidencia un desconcepto muy grande de lo sucedido. Por ejemplo, de lo que he visto yo, todo lo que se refiere a algo que hemos calificado como un punto de inflexión en la historia de nuestro país, que fue el 3 de diciembre de 1990, y que, a partir de ese momento, evidentemente, las Fuerzas Armadas, nadie puede dudar que fue un punto de inflexion porque es obvio: la subordinación total a las instituciones de la República. No solo a la democracia: a las instituciones de la República, de las Fuerzas Armadas en los últimos 40 años. Pero sí, el 3 de diciembre está, en una forma —por comentarios que he recibido— hasta ridícula, porque se ridiculiza al presidente y al Ejército.
Me gustaría que, para las nuevas generaciones, usted contara exactamente cómo fue y, ayudar a aquellos que lo vieron o lo van a ver, marcarles qué es lo que está mal de lo que allí se dijo.
El 3 de diciembre fue el segundo levantamiento y la última chilinada, porque nunca más se produjo una, ni se va a producir. Me atrevo a decir. El 3 de diciembre, en la película, aparece como que se ataca la Casa de Gobierno. Se focaliza con el presidente, que, ante los disparos, rotura de vidrios y aparentes disparos —que no se distinguen, fuera de misiles—, está también presente el jefe del Ejército. Yo era el subjefe del Ejército y estuve a cargo de la represión. Pero ahí aparecen como timoratos, que se tiran abajo de la mesa, una actitud un tanto risueña. Al respecto, en ningún momento, el 3 de diciembre, se atacó la Casa de Gobierno. Los insurrectos conformaron inicialmente siete foco, si mal no recuerdo: Concordia, Villaguay, Olavarría, Corrientes, regimientos de tanques, Golondrina, donde está la fábrica de los tanques TAM, El Palomar, un batallón de intendencia, y acá, en la ciudad de Buenos Aires, el regimiento Patricios y el Estado Mayor General del Ejército. En absoluto, la Casa de Gobierno.
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Durante el comando, como estaba tomado el edificio Libertador, constituimos, con el general, nuestro puesto de comando en los regimientos de Granaderos. Ningún general del Ejército fue a la Casa de Gobierno. Y me voy a referir al único contacto que se tomó con el señor presidente Menem. Esto se inicia con el asesinato de un teniente coronel, segundo jefe de los regimientos de Patricios, y el oficial de operaciones, el mayor Pedernera. El segundo jefe era el teniente coronel Pita. Asesinados en el regimiento. Ahora bien, consumado el hecho, llegan distintas versiones. Una es que el Teniente Cohan estaba tomando contacto en el edificio Libertador.
Esa versión circuló, llegó por distintas fuentes al regimiento de Granaderos, para buscar un pacto con los insurrectos, algo similar... que había dos insurrectos en la puerta de la SIDE para hablar con el jefe de la SIDE, buscando pactar. Esto le estoy hablando aproximadamente... ya el asesinato se había producido a las 3 de la mañana, 4... esto sería a las 9. Habíamos tomado conocimiento, teníamos todo, habíamos tomado medidas para, primero, neutralizar todos los focos del interior, y luego, los últimos en Buenos Aires.
Pedí al jefe del Ejército —ante estas versiones de que se buscaba pactar, como se pactó en los tres levantamientos anteriores... Con el jefe del Ejército coincidimos en que, si se fuera a pactar nuevamente con los insurrectos, yo me acuerdo que le dije: “Llámelo al presidente, dígale: tenemos estas versiones de que se están buscando pactos. Si eso… sí, bueno, que entreguen el Ejército a Seineldín y terminamos de una vez por todas. Y si no, hoy se tiene que terminar de una u otra forma toda esta chirinada.”
Habló. Yo estaba al lado, escuchaba la conversación. Fue el único contacto que se tomó, telefónico, desde el Regimiento de Granaderos. Habló el jefe del Ejército. Yo estaba al lado. Coordinamos decirle eso: “Tenemos versiones de que se está buscando pacto entre el Estado Mayor y también la SIDE.” Y el presidente Menem dijo —porque lo escuché, me acuerdo bien del tono riojano del señor presidente-: “No voy a pactar con nadie. Hagan lo que ustedes tienen que hacer, que van a tener mi apoyo”. No se tomó ningún contacto más con el presidente ni con nadie. Con ningún político. Ni con el ministro de Defensa. Era un tema del Ejército, y lo solucionó.
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Al caer la noche, ya estaban… los primeros focos que tratamos —porque tenían tanques y nosotros aquí no teníamos tanques— fue Concordia, Villaguay, Olavarría, no podían llegar, porque yo había tomado contacto con Gendarmería. Lo mismo con Olavarría: se neutralizaron. Se neutralizó Boulogne.
En Boulogne no hubo enfrentamientos. En El Palomar, directamente cerró el Colegio Militar y el Colegio Militar sofocó rápidamente, y ya aproximadamente a las 4 de la tarde quedaban dos focos: Patricios y el Estado Mayor.
En Patricios abrimos fuego con artillería, pero no sobre el regimiento: sobre unas viejas cocheras de las Fuerzas Armadas que estaban en donde hoy hay un supermercado. El objetivo era, ahí en Patricios, como en los demás, evitar pérdidas de vidas innecesarias. Entonces se actuó con el máximo rigor de entrada, con fuego... habrán hecho seis o siete disparos, que no ocasionaron ninguna destrucción en el regimiento, sino que se tiraba sobre edificios viejos, porque conocía que los que estaban adentro no habían estado en Malvinas. Posiblemente, quizás uno sí, los demás no eran combatientes de Malvinas.
Bueno, se logró la rendición total, incondicional, porque anteriormente, en la mañana, aproximadamente pasado el mediodía, uno de ellos llamó al Regimiento de Granaderos y pidió condiciones de rendición. Como pidió hablar conmigo, yo no lo atendí. Pero dije: “Dígale, ¿qué quiere?” Y me dijo: “No, quiero hablar con usted para ver cuáles son las condiciones de rendición”. Mi respuesta fue: “Absolutamente ninguna. Es rendición incondicional.”
Bueno, aproximadamente a las 7 de la tarde, estaban todos detenidos y conducidos a un lugar de reunión de prisioneros general. Y ahí me dirigí yo, con las fuerzas, al Estado Mayor General del Ejército, donde ya el entonces coronel se había ordenado hacer un cerco sobre el Estado Mayor y pedir vehículos, porque pedían ambulancias, pero huían en ambulancias. Entonces, ahí hubo algunos disparos. Otro disparo con un fusil sobre una ventana que presuntamente tiraban de ahí. Este… no creo que hayan tirado, pero creímos. Y, al caer la noche, se rindieron absolutamente todos. Estaban todos detenidos. Yo hablé con el ministro de Defensa, el Dr. Romero era, y le dije: “Señor ministro, el último foco ha cedido. Están todos detenidos.”
Me gustaría que hiciera un viaje del pasado al presente y nos contara cuál es la relación de la familia de la vicepresidenta con Seineldín, que es la persona que usted finalmente venció allí el 3 de diciembre de 1990.Yo he escuchado distintas versiones. El 3 de diciembre del 1990 Seineldín no tuvo la más mínima participación. ¿Por qué? Porque Seineldín, que había tenido un levantamiento conocido como Villa Martelli. En diciembre de 1988. En
el primer levantamiento, en diciembre del 88, hubo un claro apoyo —era Alfonsín el presidente—, pero hubo un claro apoyo de sectores del peronismo. Seineldín, el 3 de diciembre estaba cumpliendo un arresto disciplinario en San Martín de los Andes. Porque, luego del levantamiento primero, las relaciones con el futuro presidente Menem, después cambiaron un poco. Hubo un cambio en la relación entre el señor presidente Menem —en diciembre estaba Menem— y, en el período anterior, durante el 90, se había deteriorado la relación entre él y el presidente.
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Dirige una carta al presidente, Seineldín, pero se llegó la copia también al Estado Mayor. Por lo cual, el jefe del Ejército, el general Bonnet, que era su jefe, le impone una sanción disciplinaria, que fue de 30 días de arresto. Una cosa disciplinaria. Es decir, la vía administrativa del Ejército, no la vía jurídica.
Quiero, si usted nos puede conectar a ese pensamiento de Seineldín, de Rico… con el padre y el tío de la vicepresidenta, a ver si podemos encontrar allí alguna clave para entender mejor a la actual vicepresidenta. Si no entiendo mal, el tío de Victoria Villarruel estaba cercano a Seineldín, y el padre de Victoria Villarruel era el segundo de Seineldín en Malvinas. Entonces, me gustaría si usted podría darnos una pintura del padre y el tío de la vicepresidenta como militares.
Quería terminar lo que le decía: estaba, durante todo el 3 de diciembre —y siguió unos días más—, cumpliendo una sanción disciplinaria en San Martín de los Andes. Créame que Seineldín no dio ninguna orden ni participó en nada el 3 de diciembre, porque estaba detenido cumpliendo su sanción disciplinaria. Relacionando con el padre de la señora vicepresidenta: el padre no estuvo con Seineldín en Malvinas, estuvo con Rico. Rico era mayor. Yo, en Malvinas, era teniente coronel. Rico llegó aproximadamente alrededor del 20 de mayo, con la Compañía de Comandos 602. Tuvo una buena actuación, Rico. Fue buen jefe de esa unidad de comandos. Lo respeto mucho, porque varias incursiones nocturnas que hicieron los comandos de la Compañía 602, hablaban conmigo y teníamos que hacer la coordinación muy precisa con el fuego de artillería, que hacíamos nosotros, por los comandantes.
Entonces, el padre de la señora vicepresidenta tenía grado de capitán. Estaba con Rico, no con Seineldín. Tenía otra misión, y no sé si habrán tenido algún contacto.
El tío, si mal no recuerdo, que ha fallecido, no hace mucho, no estuvo en Malvinas. Yo no lo conocí. Recuerdo, oficiosamente, estaban todos indultados. Todos, todos. Había 280… los indultos del presidente Menem fueron de un lado para unos y para los otros. De manera que lo que después se lo relacionó con actos de los juicios, había nombrado al coronel, pero mientras yo estaba en el Estado Mayor, desconocíamos todo eso.
¿Qué vinculación tuvo el padre de la señora vicepresidenta con Seineldín? Desconozco. Nunca se habló en Malvinas. No sé si se habrán visto o no. Yo no lo vi en Malvinas, pero creo no haberlo visto. Pero, a lo mejor lo he visto y no lo tengo presente. Lo que sí: el padre de la señora vicepresidenta es veterano de la guerra de Malvinas. Estuvo en la Compañía de Rico. Eso sí. Pero ahora, ¿cómo se vincula? Porque también, escuchándolo a usted me lo dice, y en la película, Rico con la señora del presidente Menem, y me guío por todas las versiones que decían que ahí tenía conocimiento. Pero no sé qué conocimiento podrían tener. Pero, sí tenían una buena relación, según decían, con la señora.
Pero hay que ver que ya, el 3 de diciembre, todo eso… no se concretó en nada. Porque el 3 de diciembre, el señor presidente Menem no dio orden. Cuando se lo consultó, dijo: “Yo no voy a pactar con nadie, otras cosas. De manera que hagan lo que tienen que hacer.”