Ganadería y agricultura

Nicolás Pino: "Con el apoyo del Tesoro el ánimo en el campo cambió"

El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA) afirmó que el sector productivo comenzó a mostrar señales de recuperación tras el respaldo financiero internacional. Según explicó, esto permite planificar inversiones y mantener la producción en zonas golpeadas por la sequía y la incertidumbre.

Nicolás Pino Foto: NA

El actual presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, señaló que el sector productivo comenzó a mostrar mayor estabilidad. Según explicó en el programa Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190), tras las últimas medidas —la coordinación con el Tesoro estadounidense para eliminar la exención fiscal que tenían productores del agro exportador— “se respira otro clima y eso da ganas de avanzar con las inversiones y la producción”.

El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, es un productor agropecuario nacido en la provincia de Buenos Aires y proveniente de una familia con larga tradición en el campo. Se formó en Producción Agropecuaria en la Universidad Católica Argentina (UCA) y trabajó durante 25 años en la comercialización de carne vacuna. A lo largo de su trayectoria ocupó cargos en la federación hasta ser elegido presidente en 2022 y reelecto en 2024.

Lo difícil que debe ser ocupar la silla de presidente de la Sociedad Rural, justo en este tránsito del Gobierno anterior al actual. Me gustaría una reflexión sobre lo complejo que resulta mantener el equilibrio entre la necesidad diplomática de relacionarse con las autoridades y la presión de las bases que se enojan.

Sí, hay que ir avanzando de a poco y evitar opiniones viscerales. Lo importante es evaluar y escuchar, escuchar a la gente y a los productores. Entre un gobierno y otro pasaron muchas cosas, y no es sencillo. Camino más despacio, intentando ser más reflexivo. No me sale naturalmente, pero sí me resulta propio prestar atención, y mucho, a lo que dice el sector.

¿Qué te transmiten los productores? ¿Están mejor o peor que hace dos años? ¿La esperanza que tenían sigue?

Es sabido que hablar del campo implica reconocer distintas actividades y realidades. No es lo mismo producir en la Pampa Húmeda que en la Patagonia o en el norte del país. En esa diversidad, algunos rubros muestran mejoras, otros tienen dificultades y ciertos sectores atraviesan lo que algunos llaman boom ganadero. Nosotros preferimos decir “el año de las vacas”, porque no sé si es un boom, pero sí un momento favorable para la ganadería vacuna.

Así que el panorama es muy variado. En el caso de la agricultura, los precios de los commodities no resultan tan atractivos y los costos siguen siendo un desafío en toda la Argentina. El costo de producción y los márgenes ajustados generan más ruido. En contraste, la ganadería atraviesa un buen momento. Si miras a los productores patagónicos, sobre todo ovinos, en una región donde prácticamente la oveja es el único cultivo, logran sostenerse con precios que les permiten avanzar. Y valoran especialmente la unificación del tipo de cambio, que benefició de manera directa al sector lanero.

Las economías regionales, muy condicionadas por los costos y la competencia de productos, también trabajan con cuentas muy ajustadas. Aun así, en general se percibe una expectativa positiva hacia adelante. El rumbo que plantea el gobierno apunta a incentivar la producción, con medidas como la unificación cambiaria, que otorga mayor previsibilidad y es algo que los productores destacan.

Salvo los más golpeados por el incremento de los costos internos y la sobrevaluación del peso, a pesar de la unificación cambiaria, serían los vinculados a los cereales.

Sí, a los cereales y también a algunos cultivos. Depende mucho de la situación: si trabajás en campo propio o alquilado, todos esos factores hacen que la ecuación sea más ajustada o un poco más holgada. Las producciones regionales, como las frutas o el tabaco, están algo más complicadas.

Mencionábamos en la apertura de hoy que en las elecciones del 7 de septiembre, el peronismo ganó en municipios donde hacía 30 años no lo hacía. Lugares de fuerte perfil productivo, que muchos analistas lo interpretaron como un signo de malestar del llamado “campo” —que no son solo los productores, sino también todo el entramado que los rodea— y como un reflejo del descontento por cómo evolucionaron los negocios. En tu zona, ¿percibís una decepción del sector con el gobierno y un castigo electoral en septiembre, o lo ves distinto?

Primero, me sorprendió la baja participación: no creo que haya llegado al 62%. Y dentro de ese porcentaje, tuvo un peso muy fuerte el conurbano, zonas que históricamente acompañan al peronismo. Pero dejando eso de lado, en los últimos meses, sobre todo en los últimos dos, la inestabilidad del dólar y la imposibilidad de acceder a créditos complicaron mucho. Sea para sembrar más, engordar hacienda o recuperar capital de trabajo, se hizo cuesta arriba.

Eso explica lo ocurrido hace 15 o 20 días en la provincia. Hubo cierto desgano para ir a votar. Es evidente que la plata rinde menos y que las tasas de interés llegaron a niveles imposibles para cualquier actividad. Todo eso repercute en el ánimo de la gente, en el humor. No tengo dudas.

¿Percibís algún cambio en estas últimas semanas, a partir del respaldo del Tesoro norteamericano?

Ayer estuve en Choele Choel, una zona muy productiva de Río Negro que venía sufriendo una seca. Es un área ganadera por excelencia y, después de que llovieran 100 milímetros hace 10 días, el ánimo de los productores cambió por completo. Con la tranquilidad que trajeron las últimas medidas sobre el dólar y las tasas, se respira otro clima.

Mencionabas que la situación varía según la actividad. ¿Qué peso tienen las principales producciones? ¿Cuánto representan los granos y cuánto la ganadería en el total agropecuario del país?

Más allá de los porcentajes exactos, en facturación y generación de riqueza los cultivos principales —trigo, soja y maíz— concentran la mayor parte. La ganadería se mantiene estable desde hace 20 o 30 años, con una producción de unas 3 millones de toneladas de carne. Lo llamativo es que se logró sostener ese nivel en condiciones poco favorables: tipos de cambio diferenciales, trabas a las exportaciones y márgenes poco rentables. Eso llevó a que muchos campos pasaran de la ganadería a la agricultura, reduciendo la participación ganadera.

¿Y cómo ves el panorama de aquí en adelante?

Si la situación actual se mantiene, la producción de carne tiene margen para consolidarse. Este año pinta para mostrar números mucho más positivos en la ganadería.

Yo recuerdo haber cubierto el conflicto del gobierno con el campo. En aquel momento aparecían los autoconvocados, productores que no reconocían a la dirigencia. ¿Hoy existe tensión entre la dirigencia y los productores? Escuché al vicepresidente de la Rural más crítico. ¿Creés que la representación se reparte entre dirigentes más diplomáticos con el gobierno y otros más duros, para mantener la unidad del sector?

El campo es "víctima" de las crisis climáticas, pero tambien causador de estas

No me cabe duda. Pasaron 15 o 20 años de aquel momento y las cosas cambiaron mucho. Lo que prevaleció fue el diálogo y la escucha, algo fundamental que permitió que muchos autoconvocados se acercaran a las entidades gremiales. Ese vínculo se sostiene en la actualidad. Desde la Sociedad Rural Argentina (SRA) tratamos de mantener un contacto permanente, recorriendo el país y escuchando a los productores en su lugar. Eso genera confianza y un acercamiento más fluido, incluso de parte de quienes antes no se sentían representados.

mv/mu