¿Qué es el kicillofismo y cuáles son sus nuevas canciones? Entrevista exclusiva con Andrés “Cuervo” Larroque
El ministro de Desarrollo de la Comunidad sostiene que el desafío del peronismo es transformar sus históricos valores de producción y trabajo en políticas sustentables y concretas.
Andrés “Cuervo” Larroque analiza la situación del peronismo y la economía argentina desde la experiencia de la gestión y la política en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190). “El peronismo es sinónimo de autoridad y creo que tuvimos un gobierno sin autoridad, más en una dinámica de asamblea que de gestión”, reconoce. Según el ministro de Desarrollo de la Comunidad, la nueva etapa requiere “interpretar esas ideas históricas del justicialismo, pero con una mejor gestión política, con una fuerza política más ordenada y un liderazgo más claro”. Sobre Axel Kicillof, afirma que “pareciera que él también necesita una nueva canción, no solo el peronismo”, y advierte sobre la necesidad de equilibrar producción, consumo y políticas fiscales para evitar la recesión.
Andrés Cuervo Larroque es uno de los fundadores de la agrupación La Campora, fue diputado nacional en representación de la provincia de Buenos Aires. Actualmente se desempeña como ministro de desarrollo de la comunidad de la provincia de Buenos Aires, cargo que ocupa desde el año 2020 bajo la gestión del gobernador Axel Kicillof.
Entrevistamos recién a un tocayo, Andrés Watson el intendente de Florencio Varela que nos decía que creía que iba a repetir el resultado de las elecciones de septiembre ahora en octubre con 56% de los votos y no llegaba al 30 la suma de, tanto el la Libertad avanza con el PRO, y a la mitad de lo que había sido la Libertad avanza más el PRO cuando fueron separados en 2023. Así que bueno, compartis el pronóstico de tu tocayo de Florencio Varela?
Estamos trabajando para eso, hay un impulso que marca todo que es la elección del 7 de septiembre y uno podría observar que que el gobierno ha profundizado sus dificultades, pero bueno, hay que ir al proceso electoral, a mí me gusta contar los votos y siempre ser prudente. Sí queda claro que hay un cambio de escenario, ni hablar de lo que era el año pasado, comienzos de este año. Yo creo que hay una situación que claramente se precipitó, finalmente una situación económica social que que cruje y, bueno, los resultados están a la vista.
Una cosa que yo noto es que hay, en el peronismo, y fundamentalmente en el peronismo del interior, cierto antikirchnerismo. Y está claro que, dado que existe balotaje, para ganar las elecciones el peronismo necesita una elección presidencial en la que lo voten no peronistas. Y ahí hay un punto a partir del cual el significante “kirchnerismo”, o “La Cámpora”, parece ser un saludo de plomo para todo aquel que quiere ser presidente en un sistema de balotaje. Axel nunca fue parte de La Cámpora, pero vos fuiste artífice fundamental. ¿Cómo se vive ese proceso de trasvasamiento generacional? ¿Cómo puede quedar Axel Kicillof con la suficiente distancia del kirchnerismo y de La Cámpora para ser aceptado?
Hoy es el cumpleaños de Perón. Siempre es bueno recordarlo. Y cuando él vuelve a la Argentina, recuerda usted que actualiza una de las 20 verdades, un pilar del justicialismo, el peronismo, que es “para un peronista no hay nada mejor que otro peronista”. Y Perón, cuando retorna, dice: “No, para un argentino no hay nada mejor que otro argentino”. Y yo creo que ese es el camino: el de la necesidad del reencuentro.
Fíjese todo lo que estamos viviendo. Hasta hace poquito tiempo parecía que teníamos Milei para rato, que era un antes y un después en la historia argentina. Y creo que tenemos todos que revisar qué pasó para que Milei llegue a la presidencia. Qué problemas tuvo la política, porque en algún momento parte de nuestro pueblo decidió dar su voto a un personaje muy particular, que tenía una motosierra en la mano y que desvariaba en la campaña, y que, naturalmente, eso después lo trasladó a la gestión.
Entonces, es imprescindible que podamos construir un espacio de reencuentro, no solo de la política, sino de todos los factores de poder en la Argentina. Porque hoy la gente la está pasando muy mal y necesitamos sí o sí poder reconstruir un proyecto nacional estable, donde contemplemos todas las voces y todas las opiniones. Por supuesto, falta. Estamos todavía en el medio de un proceso electoral, pero tenemos que mirar el horizonte del 2027 como un lugar de reencuentro de la política y de todos los factores que hacen a la vida de la sociedad. Para mí, ese es el espíritu. Y, por supuesto, sí: naturalmente hay un sector que pudo ser estigmatizado o castigado por demás, que es algo injusto. Pero nuestro desafío trasciende cualquier identidad política, inclusive la del propio peronismo.
El voto de Milei perdió transversalidad en PBA y se concentra en los sectores altos
La motosierra, las mismas cosas que hacía Milei en 2023, las hace hoy. Puedo inferir que lo que cambió es que en 2023 la gente tenía expectativas de que Milei iba a mejorar la economía, y tomaba la motosierra como un significante de mejora económica, un signo al que se lo cargaba de contenido. Un significante vacío, pero que en el fondo significaba “quiero cambiar la economía, quiero que me vaya mejor”. Y que se desangeliza simplemente porque comprueba que esa esperanza no se corroboraba con la realidad. Entonces, que la demanda es económica; que la demanda que tiene la sociedad, que viene votando negativamente a los oficialismos, que está insatisfecha económicamente. ¿Cuál es la nueva canción económica que ofrecería el peronismo para resultar verosímil?
Por supuesto, Macri supo capitalizar el enojo. La motosierra era el símbolo del enojo con un proceso económico que no estuvo. Que, además, venía de una estafa política, como fue en mi consideración el gobierno de Mauricio Macri, porque él llegó diciendo algunas cosas y después hizo otras. Y en el caso de nuestra experiencia de gobierno, al frente de Todos, de una gran desilusión. Entonces, Milei es un poco hijo de esa situación. Tampoco el electorado volvió hacia Macri. O sea, Macri no pudo ser candidato, y sus candidatos, más allá de lo que pasó después, no pudieron ingresar al balotaje. Y Milei supo capitalizar esa situación. Creo yo que el enojo de un sector de la sociedad tuvo que ver con lo económico, y también con la gestión política en el caso de nuestro gobierno, del Frente de Todos.
¿Qué ofreceríamos a futuro? Un ordenamiento distinto. Es decir, el peronismo es sinónimo de autoridad, y yo creo que tuvimos un gobierno sin autoridad. Un gobierno que funcionó más en una dinámica de asamblea, de debate y que perdió esa capacidad que tiene el peronismo, que siempre se le ha reconocido, más allá de los anclajes ideológicos circunstanciales o de los contextos: siempre un ejercicio del poder. ¿Qué ofrece el peronismo? Yo creo que es producción y trabajo. Me parece que, claramente, por las dificultades en la gestión política, no fuimos convincentes a la hora de concretar esos objetivos históricos del peronismo. ¿Cuáles serían las nuevas canciones hoy? Poder interpretar esas ideas históricas del justicialismo, pero con una mejor gestión política, con una fuerza política más ordenada, con un liderazgo más claro, donde, por supuesto, escuchemos a todos los sectores, pero finalmente, en un momento, se decida.
Desde la oposición se ataca al Axel ministro de Economía, pero no al Axel gobernador. O sea, en líneas generales, la crítica es: “Si este hombre va a ser candidato a presidente, me conviene atacarlo en la función en la que estuvo en el Ejecutivo Nacional, que fue ministro de Economía los últimos dos años de Cristina Kirchner, donde casualmente el oficialismo perdió las elecciones”. Mi pregunta es: a ese Axel Kicillof ministro de Economía del 2013 al 2015, pareciera que él también tiene que tener una nueva canción.
La melodía o el género es el mismo. En todo caso, hay que actualizar en función de los contextos. Pero fíjese: usted sostiene todo este lugar con tantos medios, y usted arriesga. Es un empresario, es periodista, pero también es un empresario que, quizás, si se consolidara un modelo que apuesta solamente a la especulación financiera, bueno, a ustedes se les irían incrementando las dificultades. Ya las debe tener, me imagino. Por eso creo yo que hoy, ser empresario en Argentina, es ser un patriota.
La cuestión hoy es “cómo”, no “qué”. O sea, esta gente tiene buenas intenciones, pero no lo logra.
Para producir tiene que haber quien consuma. Y para que exista consumo, por supuesto, el consumidor tiene que tener dinero en el bolsillo. Es una rueda que empieza a girar sola. Y creo que hoy lo que observamos nosotros en los procesos liberales es que, finalmente, por la vía del ajuste, lo que terminamos derivando es una situación de recesión. Y es lo que estamos viviendo hoy. Y, finalmente, eso tiene una consecuencia política y electoral. Ahora, el general Perón, en su última obra, que es El Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, planteaba la necesidad de institucionalizar el debate por las ideas. Yo creo que lo que nos falta en la Argentina es eso.
Porque también estamos en un penduleo, en una tensión permanente de la política. Y la verdad es que no le ha resultado a nadie. Entonces, tenemos que poder concretar un ámbito, un espacio. Él, en aquel momento, hablaba del Consejo para el Proyecto Nacional. Yo creo que alguna instancia de esas características, a futuro, tenemos que pensar. Donde se puedan reunir no solo los sectores políticos, sino todos los factores de poder, a tratar de establecer criterios que permitan que este país funcione. Porque, naturalmente, nosotros podemos haber cometido errores, y tenemos que revisarlos. Pero de ninguna manera la salida o la respuesta a esos errores es Milei.
Hay un fenómeno que se llama Provincias Unidas, que a nosotros nos despertó mucha curiosidad, y que desde el punto de vista periodístico lo analizamos continuamente, a ver qué es eso. Por ejemplo, ¿qué es el peronismo cordobés? ¿Por qué el peronismo cordobés es diferente? No cabe ninguna duda de que en Provincias Unidas hay seis provincias, pero hay dos fundamentales: Córdoba y Santa Fe, que son dos provincias muy parecidas a Buenos Aires: están llenas de industria, hay campo, hay pymes, hay producción. Están absolutamente en contra del modelo de la financiarización de la economía. Pero hay algo con: la palabra kirchnerismo. Es como la kriptonita. Y en el caso, por ejemplo si Axel pudiera decir: “También llegué a la conclusión de que, para un país como la Argentina, si bien hay muchos países que tienen déficit fiscal y lo pueden sostener, en el caso de la Argentina,,no”. ¿Esa sería una nueva canción en el caso de Axel?
A veces se establecen consignas, y hay que tener cuidado también con convertir una herramienta en dogma. Me parece que uno, según la coyuntura, va utilizando los instrumentos. Y creo que es un gran pecado atarse a circunstancias. pasó en Argentina con la convertibilidad. Podemos citar un montón de casos y situaciones. Hay instrumentos que, en un momento, te sacan de una situación de crisis acuciante, y después, en otros contextos, te ahogan. Lo que sí creo es que tenemos que, con todos esos sectores, y bueno, ya de hecho se está haciendo, porque Axel dialoga, por gestión y por excepción de Milei, pero también en términos políticos.
Por eso creo que tenemos que ir hacia una nueva etapa del peronismo en particular, y de la política también, en la Argentina.Acá hubo un gran negocio, que fue el de la confrontación. Y la verdad es que no le fue bien al país con eso. Y creo que debemos tener la madurez de poder encontrar esos espacios, ámbitos que no sean para el “biribiri”, sino que puedan encontrar puntos de acuerdo. Porque, por supuesto, todos queremos recuperar una Argentina de producción y empleo, y de mayor integración y de justicia social. ¿Cómo se hace, no? ¿Cuáles son los tiempos? ¿Cómo dosificamos las expectativas? Porque, naturalmente, si también nos planteamos de un día para el otro modificar todo, no va a ser real. Entonces, tenemos que ser más objetivos respecto a cuáles serían los plazos de una reconstrucción argentina, y establecer un camino en ese sentido.
Creo que el invariable de los últimos 70 años de la Argentina es que nos fue mal con todo: con monetaristas, con keynesianos, hasta con dictaduras duras, con gobiernos democráticos. El único invariable que uno encuentra es la confrontación, la polarización. Pero, hubo momentos en que nos fue mejor que en otros, sin ninguna duda. Pero no duraron, lo cual indica que tenían un problema de insustentabilidad. O sea, eran buenos deseos, pero no encontraron la forma del “cómo”. Claramente uno encuentra ahí algo muy plausible desde el punto de vista ético y moral. El problema es que luego terminaban logrando un efecto contrario porque no se podían sostener.
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Entonces, es insustancial todos los buenos deseos. Incluso creo que hay monetaristas que también tienen buenas intenciones, y creen que con eso se mejoraría, sin duda. Y los respeto a todos. El problema es que todos han demostrado que no encuentran la manera de poder hacerlo sustentable. Porque también es cierto que hay monetaristas que, durante cierto tiempo, construyeron bienestar. Por ejemplo, la convertibilidad: por eso Menem fue reelecto con más del 50%. Luego, la herramienta se convierte en dogma y termina siendo todo. Pero ninguno logró ser sustentable, en parte, por la confrontación.
¿Cómo fuiste evolucionando desde una posición más confrontativa a comprender que parte del problema estaba en el exceso de la confrontación? ¿Qué te pasó a vos como persona?
Son distintas etapas. No sé si es evolución; no me atrevo a decirlo. Pero sí, obviamente, a medida que uno tiene más experiencia, también, en la experiencia propia, uno empieza a comprender de otra manera o a valorar posiciones, en este caso, de Juan Domingo Perón, que quizás en otro momento no. Perón nos deja ese testamento político, que es El Modelo Argentino para el Proyecto Nacional. Creo que, en su momento, Néstor y Cristina lo inspiraron, inclusive, hasta en una concertación plural. Bueno, lamentablemente, no funcionó por motivos ajenos a nosotros en aquel momento. Pero eso no quiere decir que el camino haya estado mal. Y viendo la tragedia de la Argentina de Milei, me parece que es urgente que nosotros podamos encontrar esos ámbitos y esos espacios de reencuentro. Del peronismo, primero, y de la política en general.
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