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Un audio no admitido en el juicio expone el nivel de control de Marcela Acuña sobre Cecilia Strzyzowski

Aunque no fue admitido como prueba en el juicio por jurados, un audio del expediente donde Marcela Acuña ordena “vigilar” los movimientos de Cecilia Strzyzowski entre las 13 y las 18 revela el grado de control que ejercía sobre su nuera semanas antes de la desaparición y presunto femicidio.

Marcela Acuña antes del inicio de la séptima jornada del juicio por jurados. Foto: Poder Judicial

Una grabación del expediente, en la que la dirigente social solicita “vigilar” a la joven entre las 13 y las 18, no fue admitida como prueba en el juicio por jurados, pero refuerza el rol dominante de Marcela Acuña en la vida de su nuera, Cecilia Strzyzowski.

Se trata de un audio enviado por Acuña en abril de 2023, apenas meses antes de la desaparición y presunto femicidio de Cecilia Strzyzowski. Si bien la pieza no fue incorporada como prueba durante las audiencias preliminares, sí integra el extenso expediente iniciado tras la denuncia presentada por Gloria Romero, madre de la víctima.

El juicio, que este miércoles transita su séptima audiencia, viene reconstruyendo una relación marcada por el control, la presión y la violencia psicológica. Los mensajes intercambiados entre Cecilia y César Sena, exhibidos durante la audiencia del lunes, apuntan en esa dirección: la joven describía el vínculo entre Acuña y su hijo como “tóxico” y decía sentirse “odiada” por su suegra.

 

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En esos intercambios también surgió el supuesto viaje laboral a Ushuaia, que según César, habría sido gestionado por su madre “por contactos políticos”.

Un pedido expreso para “vigilar la casa”

En el audio revelado por el medio Radio Libertad, Marcela Acuña se comunica con un hombre identificado como Ramón. En el mensaje, lo instruye para que supervise los movimientos de Cecilia durante la siesta, insinuando que ella habría mentido sobre un problema de salud para evitar ir a trabajar al centro de salud donde prestaba funciones.

«Hola, Ramón, ¿cómo le va? Le habla Marcela Acuña… Cecilia no va a poder ir al barrio, al centro de salud, porque está muy descompuesta…»

Luego, Acuña sugiere que Cecilia podría estar ocultando otra actividad y solicita abiertamente que un tercero controle sus movimientos.

«…Si usted por ahí puede pegar alguna mirada, a ver si ella sale o no de su casa en lo que hace la siesta…»

La dirigente insiste en la necesidad de vigilarla entre las 13 y las 18, incluso cuando —según relata— su hijo permanecía atento a los desplazamientos de la joven.

«…Lo ideal es controlar… Por eso me parece interesante que vigilen la casa entre las 13 y las 18 horas…»

El registro también revela que, para Acuña, el seguimiento debía extenderse aun cuando César estuviera presente.

«…Sería entre las 13 y las 18 horas el movimiento de ella desde su casa».

La grabación exhibe hasta qué punto Acuña ejercía un control constante sobre la vida de Cecilia, llegando a involucrar a terceros para vigilar sus movimientos en momentos en que supuestamente debería estar trabajando o bajo supervisión médica. Incluso admite que su hijo “cubre muchísimo” a la joven, lo que refuerza la lectura de un entorno familiar hostil.