Cacao, el antioxidante que alimenta a los dioses
Rico en polifenoles y triptófano, si se consume puro -una concentración superior a 70%- favorece la circulación sanguínea y es antiinflamatorio, propiedades que sólo se presentan cuanto menos industrializado está el producto.
El cacao, un superalimento con tanta historia y arraigo en la cultura de nuestro continente, esconde propiedades sorprendentes que van mucho más allá de su rico sabor. Sus beneficios son un tema de constante investigación científica, confirmando lo que nuestras culturas ancestrales ya intuían.
Desde las antiguas civilizaciones mesoamericanas, el cacao era considerado un regalo de los dioses, usado en rituales y hasta como moneda. Hoy, la ciencia confirma que no estaban tan equivocados al valorarlo tanto. Lo que hace al cacao tan especial es su riqueza en polifenoles, unos compuestos que actúan como potentes antioxidantes.
¿Y qué significa que sea un antioxidante? Nuestro cuerpo está todo el tiempo expuesto a factores que generan "óxido" o daño en nuestras células, como la contaminación, el estrés o una alimentación no tan buena. Los antioxidantes son como pequeños guardianes que combaten este daño, protegiendo nuestras células y ayudando a prevenir distintas enfermedades.
La historia del chocolate: regalo del continente americano para el mundo
Cuando se habla de los beneficios del cacao, se refiere principalmente al cacao puro o con un alto porcentaje de cacao (70% o más), y no tanto a los chocolates con mucha azúcar y grasas añadidas. Es en su estado más natural donde reside su verdadera magia.
Entre sus propiedades más destacadas, el cacao nos aporta:
Protección cardiovascular: Sus antioxidantes ayudan a mejorar la salud de los vasos sanguíneos, a bajar la presión arterial y a regular el colesterol LDL. Esto lo convierte en un gran aliado para el corazón.
Mejora el estado de ánimo: Sí, no es solo una sensación. El cacao contiene triptófano, un precursor de la serotonina, conocida como la hormona de la felicidad. Por eso, un pedacito de chocolate amargo puede ayudarnos a sentirnos mejor.
Función cerebral: Algunos estudios sugieren que los flavonoides del cacao pueden mejorar el flujo sanguíneo al cerebro, lo que podría potenciar la memoria y la concentración.
Efecto antiinflamatorio: Los polifenoles del cacao también tienen propiedades antiinflamatorias, algo clave para combatir diversas condiciones crónicas.
¿Cómo incorporar el cacao a nuestra dieta? Es importante recordar que la moderación es clave. Un buen chocolate amargo, una cucharadita de cacao puro en un licuado, o espolvoreado sobre frutas son excelentes maneras de disfrutar de sus beneficios. Lo ideal es evitar los productos ultraprocesados que diluyen sus propiedades con otros ingredientes.
Aunque el cacao es un alimento fabuloso, es clave tener en cuenta algunas precauciones para un consumo saludable:
Evitar el chocolate ultraprocesado: Este tipo de chocolate suele tener mucho azúcar, grasas añadidas y muy poco cacao real, lo que le quita sus beneficios.
Elegir bien el chocolate: La mejor opción para aprovechar sus propiedades es el chocolate negro con al menos un 70-85% de cacao.
Contenido de estimulantes: El cacao contiene cafeína y teobromina. En personas sensibles, un consumo excesivo podría causar insomnio, nerviosismo o incluso arritmias.
Posibles sensibilidades: Algunas personas pueden presentar alergias o sensibilidad gastrointestinal al cacao.
El Día Mundial del Cacao es una excelente oportunidad para reflexionar sobre lo importante que es elegir alimentos que no solo nos gusten, sino que también nos nutran y cuiden. El cacao es un claro ejemplo de cómo la naturaleza nos regala verdaderos aliados para nuestra salud.
*Farmacóloga (M2607), investigadora y referente en medicina integrativa y suplementación, fundadora de CelWell
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