El mundo de ayer: Europa frente a la guerra
El exministro de Exteriores alemán advierte sobre la fragilidad de Europa frente a la guerra en Ucrania, el retroceso democrático en Estados Unidos bajo Donald Trump y la ofensiva revisionista de Vladimir Putin.
BERLÍN – Mientras la Segunda Guerra Mundial arrasaba en Europa a comienzos de los años 40, las memorias de Stefan Zweig, Die Welt von Gestern (El mundo de ayer), se publicaban en Estocolmo por una editorial alemana en el exilio. Lleno de tristeza, Zweig describía la “ruptura del tiempo” que puso fin a la vieja Europa bajo la furia de dos guerras mundiales.
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¿Viven hoy los europeos otra ruptura semejante? ¿Estamos presenciando la desaparición del viejo orden –el único que la mayoría conoció–? De ser así, se trata de una pérdida incalculable. Ese orden garantizó paz, seguridad y prosperidad –primero en Europa occidental, y luego en casi todo el continente tras 1989, con excepción de la ex Yugoslavia. Aquel tiempo feliz hoy se parece cada vez más a un “mundo de ayer 2.0”.
Conviene recordar que la retirada previa de Estados Unidos abrió la puerta a ideologías radicales y propaganda de odio. Bajo Hitler y los nazis, nacionalistas extremos, racistas y enemigos de la democracia creyeron llegada su hora. El régimen nazi tomó el poder y desató deliberadamente la guerra, hundiendo a Europa en el abismo.
¿Dónde estamos hoy? Rusia no solo lanzó una guerra de conquista contra Ucrania, sino que también prueba la disposición de la OTAN con drones sobre Polonia y Rumania, y aviones de combate sobre Estonia. Aunque las declaraciones de solidaridad de Washington suenan débiles desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, sería un error decir que estamos ante una guerra mundial.
Más bien, el presidente Vladimir Putin ve la oportunidad de reconfigurar el orden mundial en su favor –con la ayuda (voluntaria o no) de Trump–. Europa, militarmente débil e indecisa, es el primer blanco, y ya no puede contar plenamente con América.
Aquí en Europa muchos se preguntan cuál es el propósito de las políticas de Trump. ¿Por qué debilita deliberadamente a Estados Unidos y a Occidente? ¿Por qué es tan indulgente con Putin? Quizás tema una escalada en Ucrania, pero su estrategia de apaciguamiento al Kremlin y agresividad con los aliados europeos solo ha alentado a Putin a ir más lejos.
El éxito histórico del mundo transatlántico se apoyó en la protección militar de Estados Unidos. Pero gracias a alianzas fuertes (OTAN, Unión Europea) Europa occidental vivió durante la Guerra Fría como un protectorado, olvidando en el proceso su soberanía. Los europeos vivíamos seguros en ese mundo de ayer, pero descuidamos los deberes que trajo la prosperidad. Todo cambió con Trump, que vino a decir: “se acabó”. El salto de la comodidad a la dura realidad del poder fue tan brusco como el retorno de la guerra al continente.
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La segunda presidencia de Trump agudiza otra pregunta: ¿qué será de Estados Unidos? Aunque sigue siendo la primera potencia, su democracia muestra un deterioro alarmante. Cada día se pierden derechos, se violan normas y se socavan procedimientos. El gobierno federal funciona como instrumento de los caprichos de Trump.
“La tierra de los libres” se transforma a la vista en una autocracia oligárquica. El torrente de decretos desde la Casa Blanca ha alterado el lugar de Estados Unidos en el mundo. Antes encarnaba la promesa de libertad; ahora es el caso más visible de erosión democrática. Incluso la libertad de expresión, antes sagrada, es sustituida por un régimen de censura. Hoy se discute seriamente si el país –cuna de la democracia moderna– tendrá elecciones libres en el futuro. Y no hay que olvidar: lo que ocurra en Estados Unidos nos afecta a todos.
Como Zweig, no puedo sacudirme la impresión de que el sol se pone sobre nosotros. Algo llega a su fin. Mi apego a la idea de Occidente transatlántico, y a una América como bastión de libertad, democracia y seguridad, ha sido profundo y duradero. Pero ese fue el mundo de ayer.
*Ministro de Exteriores y vicecanciller de Alemania entre 1998 y 2005, fue dirigente del partido Los Verdes durante casi veinte años.
Proyect Syndicate
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