La fuerza transformadora de la Silver Economy en el mundo laboral y del consumo
Según la Comisión Europea, la Silver Economy ya mueve más de 5,7 billones de euros al año en la Unión Europea y se espera que alcance los 6,4 billones para 2025. En Argentina, esta tendencia se está consolidando.
En un mundo donde la escasez de talento y la acelerada transformación digital son moneda corriente, resulta imprescindible ampliar la mirada y valorar la experiencia. Allí es donde emerge con fuerza la Silver Economy, que representa no solo el impacto de los mayores de 50 en el mercado de consumo, sino también su papel fundamental en el ámbito laboral.
Según la Comisión Europea, la Silver Economy ya mueve más de 5,7 billones de euros al año en la Unión Europea y se espera que alcance los 6,4 billones para 2025. En América Latina, y particularmente en Argentina, esta tendencia se está consolidando: los mayores de 50 años no solo son consumidores activos de turismo, salud, bienestar y tecnología, sino que además cuentan con más poder adquisitivo que generaciones más jóvenes. Se trata de un grupo que ha trabajado durante años y hoy busca disfrutar, capacitarse y mantenerse vigente.
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En el plano laboral, la presencia de los +50 aporta ventajas que, en contextos de incertidumbre, resultan invaluables: resiliencia, capacidad de resolución de problemas complejos, estabilidad emocional, redes de networking y compromiso a largo plazo. A diferencia de lo que muchas veces ocurre con los jóvenes talentos, el índice de rotación en este grupo etario es significativamente menor. En este sentido es importante que las empresas cuenten con una participación destacada de esta generación, que enriquece la cultura organizacional con su experiencia y su capacidad de adaptación.
Ahora bien, todavía persisten prejuicios. Se suele asumir que las personas mayores de 50 no logran adaptarse a la digitalización. La realidad demuestra lo contrario: en nuestras oficinas, son muchos quienes lideran procesos tecnológicos y proponen soluciones innovadoras en entornos cambiantes. La diversidad etaria, lejos de ser un obstáculo, es una oportunidad para potenciar la creatividad colectiva.
El cambio cultural también se refleja en las políticas de atracción y retención de talento. Hoy, las empresas debemos minimizar los sesgos etarios en los procesos de reclutamiento, aprovechar programas de referidos y abrir espacios de interacción multigeneracional.
Al mismo tiempo, es clave ofrecer beneficios que realmente valoran los +50: cobertura médica, flexibilidad para equilibrar la vida laboral y personal, y un clima de respeto e inclusión.
De cara al futuro, la participación de los mayores de 50 en el mercado laboral continuará creciendo. El aumento de la esperanza de vida, sumado a la necesidad de plantillas multigeneracionales, impulsará una mayor oferta de programas de upskilling y
reskilling.
La coexistencia de distintas generaciones —X, millennials, centennials y silver—permite la combinación de miradas y experiencias, y es justamente esa diversidad lo que impulsa el crecimiento. La Silver Economy no es una moda pasajera: es una oportunidad económica, social y cultural que nos invita a repensar la forma en que consumimos, trabajamos y convivimos. Reconocer su valor es apostar por un futuro más inclusivo, resiliente y sostenible.
(*) Gerente de People en Reba
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