Sicarios ejecutaron a tiros a la mujer de uno de los capos narco que proveía la cocaína a Buenos Aires
Era la esposa de René “Manudo” Guzmán, jefe del cartel del Valle de Acambuco, que opera en la provincia de Salta. Tenía 27 años y fue acribillada de cinco disparos en el interior de una casa en Bolivia, a la que se había mudado hace apenas dos meses. Los sicarios la ejecutaron cuando estaba acostada junto a su hijo de un año, quien sufrió el roce de una bala en el pie. La principal sospecha apunta a un ajuste de cuentas. Su esposo está preso en el Complejo Penitenciario de Ezeiza desde abril de 2023, cuando fue detenido en un enfrentamiento armado en Santiago del Estero, y próximo a ser juzgado.
Daniela Soria dejó el país hace apenas dos meses. Vivía en el norte de la provincia de Salta y se mudó a Bolivia con su pequeño hijo de un año y su hermana de 16, buscando probablemente escapar de una muerte segura. Era la mujer de René “Manudo” Guzmán, el jefe del cartel del Valle de Acambuco. No tenía condena ni antecedentes delictivos, pero su relación con el capo narco –que está preso en el penal de Ezeiza desde abril de 2023 y próximo a ser juzgado– la colocó en una situación de riesgo extremo.
El miércoles 23 de abril a la noche, lo que tanto temía finalmente ocurrió: sicarios entraron a su casa y la mataron de cinco disparos en su habitación, cuando estaba recostada con su hijo, que por milagro sufrió apenas el roce de una bala en uno de sus pies. En la escena, la División de Homicidios del vecino país halló seis vainas servidas calibre 9 milímetros.
El temor que sentía la mujer quedó a la vista cuando los efectivos hallaron un arma de fuego en la parte superior de un ropero. La noche del crimen –según pudieron reconstruir los investigadores del caso– la esposa de Manudo llegó con su familia a la comunidad de Los Sotos, departamento de Yacuiba, desde Caraparí, a unos 70 kilómetros de la frontera con Salvador Mazza. Lo hizo a bordo de una camioneta Toyota, con patente boliviana.
Desde la cárcel, el jefe de la barra brava de Talleres lanzó amenazas y reveló su red de poder
En una conferencia de prensa, el coronel Mirko Bustos, comandante de Frontera Policial de Yacuiba, reveló que Soria estaba en el piso de la habitación, en posición “decúbito dorsal y a la altura de la puerta”. La casa en la que estaba viviendo era de sus padres y ella estaba también con su hermana de 16 años.
El cuerpo fue trasladado a la morgue judicial del hospital Rubén Zelaya, donde se realizó la operación de autopsia. El informe preliminar forense determinó que la mujer de Manudo falleció a raíz de shock hipovolémico producido por el disparo de un arma de fuego y estableció la data de la muerte entre 13 a 15 horas antes del estudio.
“Se ha realizado una investigación preliminar donde se establece que esta persona se habría trasladado desde Argentina hasta la comunidad de Los Sotos, donde estaba viviendo en compañía de su pequeño hijo y de una hermana menor”, detalló el jefe policial.
Bustos confirmó que Soria era la pareja de Manudo. “Esta persona era conviviente de una de sexo masculino de nombre René Guzmán, alias ‘el Manudo’ o ‘el Grande’, el cual se encuentra privado de libertad por narcotráfico en una cárcel de máxima seguridad de Argentina”, señaló.
Daniela Soria se había instalado en la comunidad de Los Sotos, departamento de Yacuiba
Sobre las hipótesis, reconoció que están “realizando todas las investigaciones pertinentes, una de ellas sería un caso relacionado al narcotráfico”. No obstante, aclaró que están recabando “testimonios y verificando otros elementos necesarios para poder llegar a la verdad”.
Manudo es una figura central en el narcotráfico del norte argentino. Nacido en Acambuco, Salta, cerca de la frontera con Bolivia, su historial delictivo comenzó a temprana edad. A los 21 años, ya acumulaba más de veinte denuncias por delitos como amenazas, secuestros, privación ilegítima de la libertad y coacción. En 2011, fue recapturado tras una fuga y enfrentamiento con la policía, lo que evidenció su peligrosidad y conocimiento del terreno.
Con el tiempo, Guzmán ascendió en el mundo del narcotráfico, convirtiéndose en el líder del Cartel del Valle de Acambuco, una organización criminal transnacional que operaba en Tartagal y extendía sus actividades hacia Santiago del Estero, Córdoba y Santa Fe. Utilizaban camiones de carga, como los de porotos y bananas, para ocultar grandes cantidades de cocaína destinadas al Mercado Central de Buenos Aires y otras zonas del país.
La banda contaba con una logística sofisticada, incluyendo mapas detallados de rutas, puntos sin señal y posibles controles de Gendarmería. Y tenían varios métodos para introducir la cocaína en Argentina. Desde vuelos clandestinos con avionetas que partían desde Bolivia y arrojaban cargamentos en campos de Santiago del Estero, hasta por vía terrestre en camiones que llevaban productos legales. El destino final de la mayoría de los cargamentos era Buenos Aires.
El jefe policial de la zona confirmó que la víctima era la mujer del jefe del cartel de Acambuco
El 7 de abril de 2023, Guzmán fue herido y detenido tras un enfrentamiento con Gendarmería en el paraje Cruz Bajada, Santiago del Estero (ver aparte). Durante el operativo, se incautaron armas de fuego, chalecos antibalas, teléfonos satelitales y un kilo de cocaína. Veinte días antes su organización había sufrido un golpe muy duro: el secuestro de 427 kilos de cocaína que estaban ocultos en un camión de porotos que fue interceptado en la autopista Rosario - Buenos Aires, a la altura del peaje de General Lagos.
A pesar de su detención y reclusión en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza, Guzmán siguió dirigiendo las operaciones desde la cárcel. En diciembre de ese mismo año, hallaron un cargamento de 56 kilos de cocaína oculto en un camión de bananas.
En marzo pasado, el juez federal de Santiago del Estero Sebastián Argibay lo envió a juicio por el enfrentamiento y el secuestro de droga en el que terminó detenido, y luego deberá enfrentar varios procesos más en las provincias de Salta y Santa Fe.
Un fusil de asalto M4 y chalecos antibalas
L.N.
Cada vez que René “Manudo” Guzmán decidía moverse, parecía que salía para ir a la guerra. El 7 de abril de 2023, cuando finalmente pudo ser capturado, resistió lo más que pudo con un fusil de asalto M4 y un chaleco antibalas que le terminó salvando la vida.
Guzmán fue arrestado con dos cómplices en el paraje Cruz Bajada, en el límite entre Santiago del Estero y Salta. Cerca de allí vive uno de sus hijos.
Le pegaron un tiro en el hombro que lo dejó fuera de combate. En el lugar, además del fusil, los gendarmes incautaron un kilo de cocaína, chalecos antibalas y teléfonos satelitales que utilizaban para comunicarse en zonas de poca señal.
Manudo fue asistido en el lugar y trasladado al Hospital Regional, donde tiempo después logró reponerse sin mayores consecuencias.
Desde entonces permanece detenido en el penal de Ezeiza, donde entre otros capos narco se encuentran el rosarino Esteban Lindor Alvarado, Mario Segovia y uno de los más temidos de Salta: Cristian “el Gringo” Palavecino.
El Gringo era el jefe de los sicarios de Raúl “el Colla” Rojas, jefe narco de Orán que fue condenado a prisión perpetua.
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