indicadores falaces

¿Hay menos pobreza con Milei? Responde Agustín Salvia

Salvia. Para el sociólogo, “la línea de pobreza está envejecida”. Foto: cedoc

Entrevistado por el programa Modo Fontevecchia, Agustín Salvia, sociólogo y director del Observatorio de la Deuda Social Argentina, advirtió que la caída reciente de la pobreza por ingresos “no refleja la realidad social”.

Se tiene la sensación de que los argentinos en su conjunto son más pobres. El sector más pobre de la Argentina puede mejorar sin que esto implique que, al mismo tiempo, el total de la sociedad o la mayoría de lo que antes se llamaba clase media empeore y se empobrezca: el total de la población esté más pobre, aunque haya menos pobres. Salvia lo explica con sus propias palabras: “Las privaciones económicas son privaciones siempre con respecto a algún parámetro, y el parámetro es relativo, relativo a un grado de desarrollo económico, también social, cultural y hasta moral de una sociedad. Por lo tanto, los parámetros pueden cambiar dependiendo de contextos históricos y también de metodología, porque depende qué tipo de enfoque teórico-metodológico le pongas a la medición de esas privaciones.”

Continúa Salvia: “Algunos consideran que el parámetro está en el nivel de la subsistencia material y económica de la vida para salir a trabajar al día siguiente, y otros considerarán que están en un umbral más alto que tiene que ver con cómo desarrolla sus capacidades humanas. Eso hace que la pobreza tenga distintas definiciones teóricas conceptuales, además de ser relativas al tiempo histórico y moral y cultural de la sociedad. Entonces, teorías en debate que hay detrás, políticas y actores sociales y económicos en debate y el tiempo. Digo esto no para hacer filosofía de la ciencia alrededor del término pobreza, sino de la complejidad que tiene cuando el término tiene estos múltiples significados y, por lo tanto, hay incluso expertos que trabajan sobre conceptos de distintos enfoques y políticos que argumentan sobre la política teniendo detrás distintos paradigmas.”

La pregunta pertinente, entonces, es: ¿qué hacer? “Se puede tomar la pobreza por ingresos –responde Salvia– tal como la mide oficialmente el Indec en la Argentina, y la pobreza por ingresos significa privaciones monetarias con respecto a una canasta básica teórica de alimentos que se deberían cubrir para no ser pobre e indigente, o contra una canasta básica total que incluye los alimentos y multiplica el valor de esa canasta de alimentos por un componente no alimentario. Se llama coeficiente de Engel, que permite captar todo aquello que una familia tipo de clase media utiliza para consumos no alimentarios. No importa en qué los gastan, no importa si consume efectivamente alimentos o no los consume o qué hace con ese dinero. Es un parámetro teórico, por eso es una medida indirecta”.

“Esa medida indirecta –prosigue Salvia– tiene como fundamento la encuesta de ingresos y gastos del año 2004-2005. Es muy viejo, 20 años pasaron de esa estructura. Si bien se actualizó la canasta básica alimentaria en el 2016, cuando se recupera el Indec, no se actualizó el coeficiente con respecto al coeficiente porque no teníamos una encuesta actualizada y confiable. Eso recién ocurre entre el 17 y el 18, y hoy podríamos tener una canasta más adecuada a cuál es el patrón de consumo con el cual tomar la referencia para poder medir y comparar ingresos contra supuestos costos o estructura de gasto de los hogares. Primer problema: eso no se ha hecho. Entonces, estamos comparando cultura, es decir, un fundamento, una línea de pobreza que está envejecida.”

“Los indicadores de consumo de supermercados o de los consumos del PBI no crecen con esa misma velocidad. Hay algo que no cuaja entre la medición con ese enfoque y con esa metodología y lo que ocurre en la realidad. Entonces, ¿qué ocurre? En la realidad es que efectivamente se ha estabilizado relativamente la economía”.