Senado: Victoria Villarruel toma distancia física de los libertarios
Luego de los roces con la fueguina Cristina López, la vice redistribuyó sectores y, salvo Bullrich, la mayoría de los libertarios quedaron "a distancia". Los detalles.
Una semana después del escándalo que se desató en el Senado, con la legisladora fueguina, Cristina López, la vicepresidenta Victoria Villarruel decidió ir a fondo con la redistribución de los despachos de la Cámara Alta.
Hace una semana la senadora denunció haber sido víctima de un violento ataque físico por parte de custodios que responden a la vice, cuando intentaba recuperar sus pertenencias de un despacho que había sido clausurado, porque había dejado de pertenecer al senador salteño Sergio “Oso Leavy”, que había aceptado compartir las instalaciones con la senadora que estaba por jurar. El incidente se produjo cuando la legisladora, acompañada por un cerrajero, intentó acceder a su oficina para retirar objetos personales, entre ellos su computadora, dado que la puerta había sido bloqueada durante el fin de semana por decisión de Villarruel.
Según la denuncia, el personal de seguridad había montado una “barricada” con sillones frente al ingreso y, al intentar franquearla, se produjo un forcejeo en el que López resultó herida.El abogado de la senadora denuncíó un “hematoma a nivel de zona superior del tobillo derecho de 5 x 3 cm”, además de registrar dolores internos en el brazo derecho. Con esta certificación médica, López formalizó la acusación en la Justicia contra los agentes involucrados.
Bullrich-Villarruel, el duelo puertas adentro de LLA que se avecina en el Senado.
Sin embargo, ese incidente no frenó la redistribución de los despachos que pertenecieron a senadores que cumplieron su mandato. El forcejeo con López fue precisamente porque la presidencia de la Cámara decidió controlar las oficinas que fueran abandonadas y no permitir que sean cedidos entre partes. Esa medida fue adoptada en el decreto 488/25. No vino sola, porque este miércoles, la titular del Senado firmó otra orden.
El decreto 607/25, donde consideró que “deviene necesario coordinar la restitución de todos los despachos, espacios y mobiliarios que hubiesen sido asignados a los senadores cuyo mandato finaliza”.
Con ese justificativo, Villarruel tomó el control de 53 despachos y los redistribuyó. Hasta ahora sólo repartió 43 y según se desprende del listado, la vice decidió mandar lejos del Palacio a una parte importante de los 20 senadores libertarios y, en varios casos, le permitió despachos cercanos a figuras importantes de la oposición. Sólo la jefa de la bancada libertaria, Patricia Bullrich, zafó y cuenta con una oficina en el Senado y otra en el anexo.
Pero otros no tuvieron la misma suerte, como es el caso de los salteños María Emilia Orozco y Gonzalo Guzmán Coraita, los entrerrianos Romina Almeida y Joaquín Benegas Lynch, la neuquina Nadia Márquez, el fueguino Agustin Coto, el riojano Juan Carlos Pagotto, muy cercano al titular de la Cámara Baja, Martín Menem. La bancada libertaria tendrá un despacho en el Palacio, quizás como una forma de equilibrar. Por el contrario, el exgobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, que no forma parte del bloque peronista y armó su monobloque, tiene su oficina en la planta baja de la Cámara Alta.
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