Un grupo de tenedores de bonos que poseen deuda emitida por la Provincia de Buenos Aires advirtió que sería difícil que suficientes acreedores respalden una propuesta para el retraso de un pago de US$250 millones.
El grupo se abstuvo de hacer una recomendación sobre un plan de la provincia para aplazar un pago del 26 de enero al 1 de mayo, pero señaló que se hizo en un período de tiempo truncado, sin el beneficio de un proceso formal de identificación de tenedores de bonos, y en ausencia de un plan integral para la deuda de la Provincia, según un comunicado enviado fuera de horario habitual el martes 21 de enero .
El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, sorprendió a los inversores el 14 de enero al proponer el retraso, que no incluye un incentivo, después de que el Gobierno federal dijera que no ofrecería un rescate financiero a la provincia. Kicillof está firmemente posicionado con la Administración gobernante y su trato hacia los acreedores se considera indicativo de lo que los inversores pueden esperar de Alberto Fernández conforme el presidente busca un alivio de la deuda del país.
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Los titulares de al menos el 75% de los bonos deben expresar su apoyo al plan antes del 22 de enero a las 5 p.m. CET (11 a.m. ET) para obtener la aprobación. El comunicado agregó que el comité estaba dispuesto a entablar negociaciones de buena fe con la provincia “sobre la base de un plan económico sólido e integral”. La provincia ha dicho que estaba solicitando la ampliación del plazo para que los acreedores puedan participar en conversaciones más amplias dirigidas por el Gobierno nacional.
“Creo que debemos esperar los resultados oficiales, eso lo sería prudente”, dijo Marcelo Delmar, uno de los asesores financieros del grupo de tenedores de bonos, por teléfono. “En un período de tiempo tan corto, con un bono repartido entre muchos inversores, y en ausencia de un plan integral, es difícil obtener los consentimientos necesarios”.
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Contexto. El ministro de Economía bonaerense, Pablo López, negocia día a día con los tenedores del bono que vence el 26 de enero para que acepten cobrar recién el 1 de mayo. Inició conversaciones formales con ellos el 7 de enero, una semana antes de que se anunciara la propuesta de postergación de pago, que debe ser aceptada por el 75% de los acreedores antes del 22 de enero.
El 60% del título está concentrado en pocas manos, sobre todo las del fondo norteamericano Fidelity, pero ninguno tiene más del 25%. El restante 40% está atomizado. Royal Bank of Canada, BlackRock, JP Morgan Chase, Allianz, Prudential y Tavelli son acreedores. “Algunos bonistas están receptivos, el gobierno bonaerense no dio un salto al vacío y se puede llegar al 75%, pero los que dicen que sí un día después pueden decir que no y viceversa”, admiten fuentes de la negociación. “Es un ida y vuelta que hay que monitorear a diario”, agregan.
Si la provincia endeudada que Kicillof heredó de María Eugenia Vidal no logra el 75%, puede entrar en default, lo que resultaría perjudicial para ambas partes. Si no se alcanza, se puede postergar el período de consentimiento unos días más. También podría pedir a la Nación un adelanto de la coparticipación, aunque se trata de un mecanismo de financiamiento de corto plazo, o puede recurrir al fondeo del Banco Provincia, aunque el gobierno de Kicillof pone en duda su capacidad de prestar.