Los agricultores argentinos que deben soportar la sequía habían rogado que cayera lluvia para rescatar sus mustios cultivos de soja. Su deseo se cumplió, sin embargo, –en un irónico giro– la humedad ahora está afectando la cosecha.
Las precipitaciones caídas durante la última semana dejaron los campos demasiado lodosos para los tractores, por lo que los productores en la Pampa, la principal zona de cultivo de cereales del país, han cosechado solo el 33% de los granos, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Eso está muy por debajo del 68% recolectado en la misma fecha del año pasado.
El retraso de la cosecha en el proveedor sudamericano de alimentos se produce cuando la soja, el maíz y el trigo se comercializan cerca de máximos de varios años mientras los mercados enfrentan una disminución de las reservas mundiales y adversas condiciones atmosféricas.