Es confuso, lo sé. Durante los últimos cuatro años, el mensaje ha sido: “¡No confíe sus datos a las grandes tecnológicas!”. Ahora, Apple Inc. y Google, de Alphabet Inc., están ofreciendo una herramienta para enfrentar la pandemia de Covid-19 que requiere que entregue más información a su teléfono inteligente. Además, es información sensible. Quieren saber si ha tenido el virus o ha estado expuesto a él.
Los dos gigantes tecnológicos han anunciado una herramienta de seguimiento de contactos para sus sistemas operativos de teléfonos inteligentes, que estará disponible para las autoridades de salud pública de todo el mundo. No es la panacea, pero si se implementa de manera efectiva, podría ser crucial para enfrentar el brote. Quizás en sentido contrario, el enfoque de Silicon Valley protegería la privacidad mejor que muchos esfuerzos de los gobiernos. No comparte ningún dato con las autoridades que ya no tengan, es decir, quién ha dado positivo en el virus.
Si esperamos poner fin a los cierres antes de que una vacuna esté disponible, entonces el seguimiento de contactos, la identificación de aquellos que han estado cerca de personas infectadas, será esencial. El director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades lo confirma. El Centro de Seguridad de la Salud de Johns Hopkins University está de acuerdo, al igual que los gobernadores de Nueva York, Massachusetts, Maryland, el estado de Washington y más. Es fundamental en la estrategia de Alemania contra el virus.
El problema es la escala. En este momento, el seguimiento de contactos es en gran parte análogo e involucra a alguien que pregunta a un paciente con el virus sobre sus movimientos en los 14 días anteriores e intenta averiguar con quién se han cruzado. Si hay más de 100.000 casos confirmados, como en el Reino Unido, representa mucho trabajo. Un informe de investigadores de salud pública de Johns Hopkins y la Asociación de Funcionarios de Salud Estatales y Territoriales dijeron que tan solo EE.UU. tendría que contratar al menos a 100.000 personas para trabajar como rastreadores de contactos. Hay 2.200 actualmente.
No obstante, los gobiernos necesitarían muchos menos reclutas si tuvieran la tecnología adecuada. Google y Apple, que controlan todo el mercado de sistemas operativos para teléfonos inteligentes, parecen estar en una buena posición para proporcionarla. Google construyó un negocio de publicidad de US$135.000 millones al eliminar la necesidad de monitoreo humano, y en lugar depende de la automatización para rastrear y colocar millones de anuncios. Hacer cosas a gran escala es su fuerte.
El sistema propuesto por las dos compañías, que debería estar listo a mediados de mayo, dependerá de las conexiones Bluetooth de los teléfonos inteligentes. Cada teléfono comenzará a generar claves de identificación encriptadas y anónimas (una serie codificada de números y letras), que cambian cada 15 minutos, y que se transmiten a través de Bluetooth a los dispositivos cercanos. Si está a unos tres metros de alguien durante 10 minutos (los parámetros aún están en proceso), los dos teléfonos intercambiarán sus respectivos identificadores, registrando la interacción.
Si uno de los propietarios de los teléfonos inteligentes da positivo en la prueba del virus posteriormente, la clínica que realizó la prueba le dará un código único para ingresar en una aplicación. La aplicación luego cargará todos los identificadores que el teléfono ha generado en los últimos 14 días a un servidor central. Si está utilizando la aplicación, ha activado su Bluetooth y se ha acercado a la persona que dio positivo, recibirá una alerta informándole.
Lo importante es que no le dirá quién era la persona ni en dónde coincidieron. Es como si Tinder te dijera que le gusta a alguien, pero no a quién. Igual de importante, si bien su teléfono puede indicarle la exposición, no se lo informa a nadie más. Dependerá de usted seguir los protocolos de autoaislamiento. Las autoridades de salud no lo sabrán, o al menos esa es la teoría. Tampoco recibirán un itinerario de los movimientos de la persona infectada en los últimos 14 días, lo que disminuye las implicaciones del seguimiento de contactos tipo Gran Hermano.
Apple y Google están ofreciendo lo que parece una solución inteligente, como ha escrito mi colega Tae Kim.
Un enfoque tecnológico alternativo, como lo intentó Singapur, tiene implicaciones más siniestras porque podría significar que todos los datos de seguimiento de contactos recopilados en su teléfono se envían a un servidor central, en lugar de solo enviar los datos relevantes si se identifica que ha estado en contacto con una persona infectada. Esta base de datos central sería administrada por los gobiernos a través de sus servicios de salud, y podría facilitar mucho el seguimiento de los movimientos de todos, o al menos de todos los que utilicen la aplicación. Incluso si los datos se hicieran anónimos, los ciudadanos estarían confiando mucho en que los políticos no utilizarán el sistema por las razones equivocadas.
La Unión Europea ha respaldado tanto este enfoque centralizado, con directrices estrictas, como el enfoque descentralizado favorecido por los gigantes tecnológicos. En cualquier caso, solo funcionará si hay una adopción generalizada.
La tecnología de Apple y Google igual pondría el poder de seguimiento de contactos en manos de las autoridades nacionales, pero las personas solo compartirían los datos mínimos necesarios con el estado. Las compañías no están creando una aplicación real; están proporcionando un conjunto de herramientas para que los servicios de salud las desarrollen. Además, si estos servicios abusan de la tecnología, Apple y Google siempre podrán vetar las aplicaciones de sus tiendas en línea.
¿Han llegado las dos compañías a una solución perfecta? No. Es posible que reciba una alerta de que estuvo expuesto a alguien habiendo un muro físico entre ustedes. Pero el seguimiento del contacto humano también es falible. Teóricamente, podría ser posible descubrir las identidades y la ubicación de las personas a partir de los datos de Google y Apple. Sin embargo, el costo y el esfuerzo de hacerlo sería prohibitivo.
Si queremos evitar el encierro durante el próximo año, los beneficios podrían superar los riesgos.