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El nuevo CEO de Pfizer privilegia los proyectos antes que los acuerdos

Albert Bourla dirigirá la compañía farmacéutica más grande de los Estados Unidos.

Pfizer's Incoming CEO Represents Pipeline Push Over Dealmaking
Pfizer's Incoming CEO Represents Pipeline Push Over Dealmaking | Bloomberg

Albert Bourla ayudó a desarrollar la creciente cartera de proyectos de medicamentos de Pfizer. Ahora, dirigirá la compañía farmacéutica más grande de EE.UU. contando con ese canal para las ventas futuras.

El laboratorio con sede en Nueva York dijo este lunes que Bourla, que lleva largos años en la compañía, sucederá a Ian Read como máximo responsable el año próximo, cambio que aporta continuidad pero que también simboliza el vuelco reciente de Pfizer hacia un énfasis en su laboratorio antes que en más fusiones y adquisiciones.

“Tienen la mayor cartera de proyectos en mucho tiempo. Entregarle las riendas significa, por lo tanto, que se concentrarán en innovación y nuevos productos”, dijo Ashtyn Evans, analista de Edward Jones & Co. que recomienda comprar las acciones. “En general, desarrollaron bien la cartera de proyectos, y fue él quien estuvo a cargo”.

Bourla, de 56 años, director de operaciones de la compañía, contribuyó a construir un camino que ya produjo el exitoso fármaco para el cáncer Ibrance, que en la actualidad vende US$3.100 millones anuales. Pfizer proyecta que los reguladores aprobarán no menos de 30 medicamentos para 2022, de los cuales la mitad podría llegar a alcanzar ventas de US$1.000 millones. Nuevos datos científicos llevaron a los médicos a predecir que un fármaco de la cartera de proyectos, tafamidis, podría convertirse en el tratamiento estándar para una enfermedad cardíaca mortal.

La compañía avanza hacia áreas lucrativas -si bien competitivas- como las enfermedades raras, la oncología y la medicina personalizada. En julio, Pfizer dijo que invertiría más en investigación y desarrollo. También está construyendo una fábrica para desarrollar medicamentos de terapia génica y mantiene una serie de asociaciones e inversiones en los medicamentos revolucionarios para el cáncer conocidos como terapia de células CAR-T.

La declaración referida a no buscar una fusión importante, reiterada en múltiples ocasiones este año, constituye un cambio decisivo respecto de la estrategia adquisitiva tradicional de Pfizer. El laboratorio creció hasta convertirse en el mayor fabricante estadounidense de fármacos por ingresos en parte absorbiendo compañías, lo cual amplió su alcance comercial y llenó sus laboratorios de medicamentos promisorios. Solamente en 2016, adquirió al menos ocho compañías o líneas de productos, incluida Medivation Inc. por US$14.000 millones.

Los inversores, quizás alentados por la cartera de proyectos de la compañía farmacéutica, se muestran imperturbables ante el alejamiento de las fusiones y adquisiciones. Las acciones de Pfizer subieron 22 por ciento en 2018, lo cual les da uno de los mejores desempeños en el Promedio Industrial Dow Jones.

Fracasos

Las ideas más ambiciosas de operaciones de Pfizer bajo la conducción de Read, de 65 años, no prosperaron, como una propuesta de fusión por US$160.000 millones con Allergan Plc, y la propuesta de compra por US$120.000 millones del laboratorio británico AstraZeneca Plc. También decidió no dividirse en dos compañías.

Es probable que la aversión de Pfizer a una transacción de magnitud se mantenga debido a la transición ejecutiva pero también a que Bourla no ha sugerido lo contrario, dijo Jeff Jonas, gerente de cartera de Gabelli & Co., que tiene acciones de Pfizer. “Obviamente Ian llevó a cabo algunos de esas mega-operaciones, y no sé si Albert es un gran defensor de eso”, dijo Jonas.