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SALUD

¿Peligro para la salud? Europa acepta el vaping mientras Trump lucha por impedirlo

Se desmorona aquella especial relación con el vapeo.

Vaping Industry Decries Trump's Tariffs Targeting E-Cigarettes
Vaping Industry Decries Trump's Tariffs Targeting E-Cigarettes | Bloomberg

Se desmorona aquella especial relación con el vapeo. Mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se comprometió a “hacer algo muy, muy radical” tras el reporte de cientos de casos de enfermedades pulmonares relacionadas con cigarrillos electrónicos, los funcionarios de salud pública del Reino Unido —el mercado más grande en Europa para los productos— respaldan el vapeo como una alternativa para dejar de fumar.

Es el punto de vista predominante en Europa, donde las autoridades son más optimistas porque las dolencias que aparecen en EE.UU. se relacionan en gran medida con líquidos de vapeo mezclados con THC, el compuesto psicoactivo del cannabis, que está prohibido en gran parte de Europa. El uso en adolescentes europeos también es mucho menor que en EE.UU., al igual que el contenido de nicotina en los productos populares de vapeo.

“Si es fumador y no ha dejado de fumar, intente el vapeo”, dijo Martin Dockrell, líder de Control de Tabaco en PHE (Salud Pública Inglaterra), en una entrevista que publicó en su Twitter este mes. La agencia gubernamental ha afirmado repetidamente que el vapeo es 95% menos dañino que los cigarrillos.

El vapeo era considerado más seguro que fumar. ¿Qué cambió?

La respuesta a la crisis del vapeo resalta una diferencia más profunda en el enfoque que las dos regiones tienen sobre las alternativas al cigarrillo. Los organismos de salud del Reino Unido lideran un impulso para la aceptación de productos como Blu de Imperial Brands Plc y Vype de British American Tobacco Plc como una forma para que las personas dejen de fumar, actividad relacionada con el cáncer, las enfermedades cardíacas y otras dolencias. Por el contrario, en EE.UU., donde ha habido innumerables demandas por tabaco en las últimas décadas, se teme que las alternativas al cigarrillo sean una posible puerta de entrada para empezar a fumar.

Lo que alinea a ambas regiones es que las tasas de tabaquismo han disminuido, mientras que las cifras del vapeo han aumentado. En EE.UU., alrededor de 13% de la población fumaba cigarrillos el año pasado, porcentaje inferior al 18% de 2013, según Euromonitor International. En Reino Unido, la tasa ha bajado a 14% desde 19%, aunque las caídas han sido más lentas en países como Francia y Alemania.

Regulaciones más estrictas

Las autoridades europeas han combinado su aceptación de los cigarrillos electrónicos con regulaciones más estrictas, restringiendo así la comercialización a niños, por ejemplo, e impone límites más bajos al contenido de nicotina, lo que hace que los nuevos dispositivos sean más aceptables para los funcionarios de salud. Reino Unido prohíbe que las empresas de vapeo se dirijan a los adolescentes. Se prohíbe mostrar a personajes reales o ficticios que podrían atraer a los jóvenes, al igual que representaciones de usuarios de cigarrillos electrónicos que parezcan menores de 25 años.

La Unión Europea también tiene límites más bajos en los niveles de nicotina en el líquido del cigarrillo electrónico; permite un máximo de 20 miligramos por mililitro, en comparación con los 59 miligramos por mililitro de Juul Labs Inc. Para ingresar a mercados de la UE, como Reino Unido, la compañía estadounidense ha tenido que diluir allí sus líquidos de nicotina.

Sabemos muy poco de los riesgos del vapeo

Riesgos del cigarrillo electrónico

Michael R. Bloomberg, fundador y propietario mayoritario de Bloomberg LP, matriz de Bloomberg News, ha hecho campaña y ha donado dinero en apoyo a la prohibición de los cigarrillos electrónicos y el tabaco saborizado, y apoya los esfuerzos para reducir la demanda global de tabaco.

Algunos países europeos han destacado los riesgos de los cigarrillos electrónicos, entre ellos la adicción y la posibilidad de que puedan alentar a los usuarios a fumar. Un informe de agosto patrocinado por el ministerio de salud alemán concluyó que, si bien tal vez ayuden a fumadores a dejar de fumar, deberían estar regulados de manera más estricta para reducir el uso público de los productos y prevenir los riesgos cardiovasculares.

De todas formas, el enfoque de Europa ha sido menos conflictivo, según Jonathan Fell, director en el fondo de inversión Ash Park, con sede en Londres, que posee acciones de Philip Morris, BAT y Altria.

“En Estados Unidos todavía existe la mentalidad de que el enemigo es la industria del tabaco y no los daños derivados del cigarrillo”, dijo.