El gasto de Bank of Nova Scotia por 15.000 millones de dólares canadienses (US$10.700 millones) en tecnología en los últimos cinco años está dando frutos durante la pandemia de coronavirus.
La inversión ha permitido que 60% de los aproximadamente 100.000 empleados de Scotiabank trabajen desde casa, dijo Brian Porter, director ejecutivo, el martes en la reunión anual de inversionistas del banco. Esa movilización, junto con lo que Porter ha llamado “gran estabilidad” en los sistemas operativos del prestamista, ha permitido que Scotiabank continúe sirviendo a clientes de todo el mundo independientemente de las interrupciones.
“Hasta la fecha, decenas de miles de empleados se han movilizado para trabajar desde casa y proporcionar operaciones ininterrumpidas casi de la noche a la mañana”, dijo Porter en la reunión.
Dichas capacidades han permitido que el banco con sede en Toronto llegue a las personas a través de sus teléfonos o en casa de forma rápida y fácil, dijo Porter. “Estamos utilizando nuestras capacidades digitales para desarrollar rápidamente soluciones para nuestros clientes, particularmente alivio crediticio”.
Los bancos han estado ajustando sus operaciones durante semanas en medio de cierres por coronavirus en todo el mundo, ampliando las políticas de trabajo en casa, haciendo cumplir el distanciamiento social dentro de las oficinas, reduciendo los horarios de sucursal y aumentando los esfuerzos de banca digital.
Para Scotiabank, cuyas operaciones abarcan aproximadamente 30 países en regiones como América Latina y el Caribe, esto no es lo habitual.
“Hemos reconfigurado los espacios de trabajo, incluida la instalación de pantallas de plexiglás en nuestras sucursales”, dijo Porter, de 62 años. “Actualizamos regularmente a nuestros empleados con comunicaciones relevantes sobre todos los aspectos del Covid-19. También estamos organizando llamadas de empleados con enfermeras y nuestro director médico, para que puedan atender sus preguntas”.
El banco ha ofrecido licencias remuneradas adicionales, licencias remuneradas de emergencia y pagos especiales a los empleados que aún trabajan en sucursales u oficinas.
Porter también destacó la “impresionante” colaboración en Canadá entre el Gobierno, formuladores de política y el regulador bancario, la Oficina del Superintendente de Instituciones Financieras, para ayudar a proteger la economía de los peores impactos de la pandemia.