Automóviles, motocicletas y autobuses hicieron cola alrededor de las gasolineras de Caracas a principios de esta semana a medida que la producción y refinación de petróleo se vuelve cada vez más errática en el antiguo gigante petrolero.
La escasez de combustible se ha expandido por todo el país ya que las refinerías de Petróleos de Venezuela SA operan a las tasas más bajas observadas este año en medio de la baja producción de crudo y debido a que Cardón, la mayor refinería del país, sigue cerrada después de un apagón el 15 de octubre. En total, las cinco refinerías de la petrolera estatal operan a menos de una cuarta parte de su capacidad.
Si bien la situación ocurre a nivel nacional, la escasez tiende a ser menos frecuente en la capital, donde el Gobierno está tratando de evitar un malestar creciente. Las colas para llenar el tanque de gasolina son una dificultad más que se suma al calvario diario de los venezolanos, que incluye la poca disponibilidad de bienes básicos por la hiperinflación, cortes de energía frecuente y falta de transporte público.
A pesar de los esfuerzos del Gobierno, varias gasolineras han cerrado en Caracas esta semana, obligando a los conductores a ir de una locación a otra antes de hacer cola en las que aún siguen abiertas.
Los precios de la gasolina siguen siendo los más baratos del mundo en Venezuela. La tasa del mercado negro a principios de este mes era de menos de un centavo por galón (4,54 litros). Si tiene poco dinero en efectivo, los empleados de las gasolineras a menudo aceptan un tentempié como pago. El presidente Nicolás Maduro aún no ha subido los precios después de prometer que lo haría a finales de septiembre.
Funcionarios del Ministerio de Petróleo de Venezuela y de PDVSA declinaron hacer comentarios.