El Salvador se está dando cuenta de que hay una delgada línea entre no hacer lo suficiente para compensar las consecuencias económicas de la pandemia y hacer demasiado al cargar una deuda insostenible.
Los bonos en dólares con vencimiento en 2050 han caído 9,2 centavos a 70,24 centavos por dólar desde que el Gobierno aprobó una venta de hasta US$2.000 millones para mitigar los impactos del Covid-19. Esto muestra preocupación para la economía dolarizada y su alta relación deuda/PIB, según Siobhan Morden, directora de estrategia de renta fija para América Latina de Amherst Pierpont Securities.
“Es un acto de equilibrio difícil, es proporcionar un estímulo fiscal efectivo y eficiente sin comprometer la disciplina fiscal a mediano plazo y la capacidad de pago”, escribió en un informe el lunes. “Ha habido preocupaciones de que demasiados préstamos puedan comprometer la solvencia a mediano plazo”.
La caída de los precios es “un rechazo de cualquier nuevo suministro” por parte de los tenedores de bonos, y reduce las perspectivas de una nueva emisión de deuda en el corto plazo, según Morden. Aun así, la nación podría recurrir a organizaciones multilaterales para obtener financiación, escribió.
Costa Rica podría estar en una situación similar dado el riesgo de gasto excesivo, según Amherst.