CIENCIA
miguel walsh, el messi de la matematica

“De chico no me gustaban los números”

Tiene 26 años, estudió en la UBA y ganó el premio Ramanujan, uno de los más prestigiosos a nivel mundial. Asegura que la escuela otorga una visión rígida de la ‘reina de las ciencias’.

Clase magistral. Tras publicar su trabajo sobre promedios ergódicos, Walsh fue invitado a disertar en universidades del extranjero y recibió numerosas distinciones.
| Gentileza Walsh

Tiene apenas 26 años pero ya deslumbra al mundo de la matemática con sus trabajos científicos y sus propuestas metodológicas innovadoras para resolver problemas. El argentino Miguel Walsh –sobrino nieto del periodista y escritor Rodolfo Walsh– no para de recibir elogios de sus colegas ni de cosechar premios internacionales. En abril de este año recibió la beca del Clay Mathematical Institute (CMI), una de las más prestigiosas del mundo, y esta semana fue elegido ganador del premio Ramanujan 2014 que reconoce a los matemáticos sobresalientes de menos de 45 años.
Walsh es el científico más joven en recibir esta distinción que otorga desde 2005 el International Center for Theoretical Physics, el Departamento de Ciencia y Tecnología del gobierno de la India y la Unión Matemática Internacional. “Estos premios me producen gran satisfacción”, le cuenta Walsh a PERFIL vía e-mail. “La beca del CMI, además del reconocimiento que representa, me posibilita por los próximos años llevar a cabo mi investigación en condiciones ideales. En forma complementaria, el premio Ramanujan permite quizás fomentar la idea de que potencialmente ningún tópico interesante posee un límite geográfico para su desarrollo”, dice este joven nacido en Almagro, que hizo la secundaria en la Escuela Argentina Modelo.

De aquellos años escolares Walsh confiesa que, como a la gran mayoría, a él tampoco le gustaba estudiar matemática. “Mi interés se originó al encontrarme con un problema abierto en matemática cuyo enunciado podía entender. Intentar responder problemas que no han podido ser resueltos mediante los conocimientos y modos de pensar anteriores involucra principalmente el uso de la imaginación y la creatividad para introducir nuevos conceptos y puntos de vista. Esto es muy distinto de la visión rígida de la matemática que uno puede tener partiendo de la experiencia escolar”.

Tras la secundaria, se recibió de licenciado en Matemática en la UBA y completó su doctorado en dos años y medio, bajo la supervisión de Román Sasyk (ver recuadro). Hoy se encuentra realizando su posdoctorado en la Universidad de Oxford. “La mayor parte de mi aprendizaje, tanto al comienzo de mi carrera como en el desarrollo de mi investigación, ha sido a través de internet. Tuve acceso no sólo a los artículos de investigación sino a conferencias y apuntes de muchos matemáticos destacados y eso me permitió, entre otras cosas, familiarizarme con diversos estilos de hacer matemática”.

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Las áreas que Walsh investiga y por cuyos aportes sobresalientes fue premiado son dos: la teoría ergódica y la teoría de números. “La teoría ergódica busca entender cómo evolucionan los sistemas con el transcurso del tiempo. Para entender cómo cambian las propiedades de un sistema dado es posible utilizar los llamados promedios ergódicos que proveen un valor numérico para medir tal cambio”, explica. Por un trabajo del matemático John von Neumann se sabía que si uno tiene una única propiedad que desea estudiar del sistema, estos promedios ergódicos convergen a un valor definitivo en lugar de variar indefinidamente con el tiempo.

Sin embargo, no se conocía para qué sistemas sucede lo mismo si se desea estudiar varias propiedades al mismo tiempo. “Mi contribución ha sido demostrar en el contexto más general posible que este equilibrio también sucede independientemente de cuántas propiedades se deseen estudiar en forma simultánea”, puntualizó Walsh, para quien los premios no inciden en el compromiso de trabajo cuando se trata de algo que apasiona.