CIENCIA
deficit hormonal

Llevar los chicos al médico puede evitar la baja estatura

Trastornos de crecimiento, como el que padece el personaje de Francella en Corazón de León, tienen tratamiento si son detectados a tiempo.

Positivo. El film de Marcos Carnevale ofrece un perfil optimista sobre todos los problemas que padecen las personas de baja talla.
|

La consulta con el pediatra es clave para detectar precozmente los trastornos del crecimiento y de esta forma evitar la baja talla en niños. Así lo advirtieron expertos consultados por PERFIL. “Los chicos tienen que ir al pediatra en salud, no cuando se enferman”, dijo Ana Keselman, del servicio de Endocrinología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

Aunque en pediatría la baja talla es un tema de consulta frecuente, el foco sobre este problema lo puso el reciente estreno de la película Corazón de León, dirigida por Marcos Carnevale. En el film, Guillermo Francella y Julieta Díaz cuentan la historia de León, un hombre que debido a la deficiencia de la hormona del crecimiento mide apenas un metro y treinta y cinco centímetros y se enamora de una mujer de estatura promedio. 

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

“El crecimiento es un parámetro de salud. Por eso es importante llevar a los chicos a la consulta. Es la única manera de advertir retrasos precozmente y de recuperar la talla. Esto es posible en el 85% de los casos; mientras que sin la detección temprana, hay 15% de cuadros que son irreversibles”, advirtió la especialista.

La baja estatura no necesariamente indica que exista una patología de base, pero puede ser un signo de trastornos óseos o estar relacionada con enfermedades crónicas. Entre las patologías que pueden generar baja talla se encuentran: trastornos endocrinológicos, como la deficiencia de la hormona de crecimiento (que afecta a un niño cada siete mil nacidos vivos) y el hipotiroidismo. También, los trastornos genéticos, como el síndrome de Turner y el de Noonan; la desnutrición, la celiaquía y el retardo de crecimiento intrauterino.

“En nuestra población el 80% de las consultas son casos de baja talla familiar y retraso constitucional de crecimiento y desarrollo. El 20% restante tiene enfermedades subyacentes que explican la baja talla, factores endocrinológicos como el hipotiroidismo o bien exceso de corticoide”, comentó Marta Ciaccio, médica principal del servicio de Endocrinología del Hospital Garrahan y presidente de la Asociación de Endocrinología Pediátrica Argentina.

Ingreso escolar. La consulta pediátrica frecuente también es importante porque sin ella tal vez los padres detectan las alteraciones del crecimiento cuando los chicos ingresan al colegio, momento en el cual pueden comenzar a ser objeto de bullying o acoso escolar. “Al comienzo, un niño ‘chiquito’ puede despertar ternura pero a medida que pasa el tiempo, si la escuela y la familia no trabajan adecuadamente el tema, pueden comenzar las burlas”, explicó Marta Amibilia, del Taller Terapéutico Creciendo.

Más allá del ingreso escolar, también es posible que los padres adviertan la alteración cuando nace un hermanito, al comparar la estatura de ambos hijos. “Cuanto antes se llegue al diagnóstico mayores son las posibilidades de alcanzar un crecimiento y talla normales, dentro del rango genético. Esto se logra con el tratamiento de reemplazo que en general tiene muy buenos resultados”, sostuvo Inés Castellano, presidenta de la Asociación Civil Creciendo. “La película Corazón de León muestra muy bien lo que le toca padecer a estas personas, ofreciendo un perfil positivo y optimista. Sin embargo, la realidad es que en muchas ocasiones alguien con baja talla es víctima de burlas durante la infancia, discriminación en el trabajo y enfrenta serias complicaciones para adaptarse socialmente”, concluyó Castellano.

 

La hormona que hizo crecer a Messi

Hablar de trastornos del crecimiento implica relacionar el tema con Lionel Messi. El rosarino, nacido en 1987 y actual estrella del Barcelona, está considerado el mejor jugador de fútbol del mundo. Cuando era chico, al ser “fichado” por el mencionado club español, se trasladó a España ya que el club ofreció hacerse cargo del tratamiento que lo convirtió en lo que es hoy: la terapia de reemplazo hormonal.

A Messi le diagnosticaron un trastorno del crecimiento cuando tenía 11 años y jugaba en las inferiores del club Newell’s Old Boys. A los 13 viajó con su madre a España para instalarse y comenzar a recibir las inyecciones diarias de la hormona de crecimiento que pagaba el club Barcelona (costaban US$ 900 por mes). Gracias a este tratamiento, Lionel alcanzó el metro 69 de altura que ostenta hoy en día. Aunque su caso ayudó a difundir los trastornos del crecimiento y el tratamiento hormonal, también fue blanco de crítica, porque algunos consideraron a éste como una suerte de “doping” que podría haber contribuido a su rendimiento. Hay que tener en cuenta que el tratamiento con hormona de crecimiento en niños tiene indicaciones muy precisas, como la insuficiencia hipofisiaria, el síndrome de Turner, el síndrome de Prader-Willi, la insuficiencia renal crónica y el retardo de crecimiento intrauterino. La aplicación diaria de inyecciones debe cumplirse hasta que finaliza la adolescencia, momento en que se cierran los cartílagos.