El año pasado la compañía estadounidense SpaceX había anticipado que el reciclaje de la primera etapa del cohete Falcon 9 podría reducir el costo de lanzamiento en alrededor de 30%. Ayer por la mañana logró por primera vez en la historia lanzar al espacio y aterrizar un cohete reciclado de una misión anterior. Esto marca un hito en el objetivo de la empresa de desarrollar cohetes reutilizables para reducir los costos de las futuras misiones y desarrollar el turismo espacial.
“Es un día increíble para el espacio y la industria espacial”, declaró en una intervención difundida por internet Elon Musk, fundador y jefe de SpaceX. “Podemos hacer que la primera etapa de un cohete, que es la parte más cara, vuele y vuelva a volar. Eso nos conducirá hacia una enorme revolución del vuelo espacial”.
El Falcon 9 despegó a las 19.27 de su plataforma del Centro Espacial Kennedy de la NASA, cerca de Cabo Cañaveral, en Florida, Estados Unidos, según informó AFP. La misión consistía en transportar un satélite de telecomunicaciones de la firma luxemburguesa SES. La primera parte, de 41 metros de altura, se separó del resto del cohete 3 minutos después del despegue. Ocho minutos más tarde, el Falcon 9 se posó suavemente sobre una plataforma de aterrizaje automatizada situada en medio del mar de nombre “Of course I still love you” (“Por supuesto que todavía te amo”, en inglés).
Musk cree que la innovación de hacer los cohetes reutilizables reducirá drásticamente los costos del lanzamiento con el tiempo y hará posible cumplir su ambición final: comenzar una colonia en Marte, usando un sistema de lanzamiento mucho más grande ya en el desarrollo.
Esta primera parte ya había sido utilizada, al lanzar en abril de 2016 la cápsula Dragon hacia la Estación Espacial Internacional (ISS), en una misión de aprovisionamiento en el marco de un contrato con la NASA, y había logrado aterrizar en su regreso a la Tierra.
De esta manera, éste se convirtió en el noveno aterrizaje exitoso (de 14 intentos) de la compañía en esta primera parte de un cohete que logró SpaceX: seis de ellas se realizaron en plataformas oceánicas y tres, en tierra. “Se abre una nueva era de reutilización y capacidad para los vehículos de lanzamiento y para la industria aeroespacial”, concluyó Musk.