La primera plana del Gobierno recibió ayer a los máximos directivos de la industria petrolera con un objetivo concreto: conseguir el respaldo de los privados para el proyecto de ley de Hidrocarburos que impulsan la Casa Rosada e YPF, a fin de traccionar la llegada de desembolsos que oxigenen de divisas la pesificada economía argentina.
La iniciativa, resistida por los gobernadores petroleros, prevé incentivos para las compañías que ingresen dólares en formato de inversiones para los yacimientos locales y unifica a nivel nacional el marco regulatorio del sector, lo que en los hechos limita el poder de las provincias para avanzar sobre la renta del negocio.
El encuentro se concretó ayer a las 11 en las oficinas del Ministerio de Planificación. El anfitrión, Julio De Vido, estuvo a cargo de la presentación inicial del borrador redactado por la Casa Rosada, aunque el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, los verdaderos impulsores del proyecto, tuvieron las intervenciones más significativas.
“Queremos una política petrolera en lugar de varias, una en cada provincia. Para eso, debemos corregir lo que está mal”, afirmó Zannini según pudo reconstruir PERFIL a partir del testimonio de tres asistentes. La flamante secretaria de Energía, Mariana Matranga, que la semana pasada reemplazó a Daniel Cameron, un silencioso opositor del proyecto que impulsa el Ejecutivo, se explayó en las ventajas de la iniciativa. Todo un gesto político. La joven ingeniera química estará a cargo de recepcionar las sugerencias de las empresas interesadas en sumar aportes. El plazo de entrega es el lunes.
El presidente de YPF, Miguel Galuccio, que participó desde un primer momento del texto que presentó ayer el Ejecutivo, no intervino en la reunión. Pero, una vez concluida la cita, destacó a través de un comunicado: “Si no aprovechamos esta oportunidad, podemos quedarnos afuera del flujo de inversiones”, señaló.
La Casa Rosada pretende avanzar rápidamente con la introducción del proyecto en la Cámara Alta del Congreso. En la industria petrolera interpretaron la reunión de ayer como un espaldarazo político a la iniciativa.
Un empresario lo puso en estos términos: “Con la agenda monopolizada por el conflicto con los holdouts y el procesamiento de Boudou, no es fácil reunir a Kicillof, De Vido, Zannini y Galuccio tras un mismo objetivo. Si la reunión se hizo en este contexto, es porque la presidenta (Cristina Kirchner) está decidida a avanzar”.
Aún así, será difícil conseguir el aval de los gobernadores. Además de fijar nuevos plazos para las concesiones no convencionales y en el mar (35 y 30 años, respectivamente), establecer una alícuota tope para las regalías del 12%, unificar el Impuesto a los Ingresos Brutos en el 3% y otorgar beneficios económicos para las petroleras que comprometan US$ 250 millones de inversión en tres años. Entre otros puntos, el borrador difundido por la Casa Rosada fija que “el Estado nacional y las provincias acordarán un modelo único de licitación y adjudicación de las áreas que contemple un proceso competitivo y abierto”.
“Así como está redactado, no hay forma de que el borrador se apruebe en el Congreso.
Y menos aún de que sea ratificado en las legislaturas provinciales”, advirtió un funcionario provincial.