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Compañías imaginarias

Algunas notas del libro contienen afirmaciones falsas y es difícil decidir si esa falsedad está buscada, es una metáfora o un simple error.

1-11-2020-Logo Perfil
. | CEDOC PERFIL

Leo Leyden Ltd., de Luis Sagasti, y me doy cuenta un poco tarde de que el arte de tapa de la editorial Eterna Cadencia se ha modernizado o, tal vez, vuelto retro. En cualquier caso, me gusta más la nueva versión. Leyden Ltd. es un libro ingenioso, compuesto solo por notas al pie de un texto desconocido sobre una sociedad más o menos secreta dedicada a las intervenciones artísticas, como la creación de una banda musical que nunca grabó ni actuó, pero demolía los hoteles cuando salía de gira. Las notas comentan la historia de Leyden, así como la biografía de Paul Wilkes, el mentor del grupo. Aunque también hay entre ellas aforismos, reflexiones, curiosidades o enigmas que parecen más bien independientes del texto madre. Tal vez sean intervenciones de Leyden en la colección de notas al pie de Sagasti. Muchas de las notas son simpáticas, iluminadoras o humorísticas y la gran mayoría tiene relación con el arte contemporáneo, ya sea con la vanguardia o solo con el rock’n roll, que a Sagasti y a Wilkes les gusta. Leyendo Leyden Ltd. uno se entera de que los perros ladran siempre al mismo volumen y de que ni Cristo ni Buda conocieron el mar, y se sorprende pensando por qué no conocemos imágenes de playas o balnearios chinos, cuando se trata de un país con un enorme litoral marítimo, o por qué los jugadores de fútbol celebran hoy los goles con furia y no con alegría como lo hacían antes. 

Algunas notas contienen afirmaciones falsas y es difícil decidir si esa falsedad está buscada, es una metáfora o un simple error. Así, hay que distinguir entre las obviamente delirantes, como: “Hasta que no cumplieron los cuatro años, Hitler y Gandhi fueron la misma persona”, de otras más dudosas como que “Suecia y Mónaco son los únicos dos países con salida al mar que no invadió Inglaterra”. Y también de las que provienen de una interpretación equivocada. Sostiene una nota que de Eton, el colegio más elitista del mundo, egresaron solo dos escritores: George Orwell e Ian Fleming. Pero omite a Anthony Powell, que además situó en Eton parte de Una danza para la música del tiempo. De todas las materias que tratan las notas, reprueban en Matemática: “En cualquier panal siempre se obtiene Pi al dividir el número de abejas hembra por el número de abejas macho” (como Pi es irracional, es imposible expresarlo como el cociente de dos enteros).  

Las más poéticas son las que transcribe el Diario de Wilkes. Por ejemplo: “Cuando dejamos una película o un libro queda el rumor, el tono de lo que fue narrado, y ese tono se abre paso y contamina lo que de inmediato nos propongamos leer o ver: en ese momento, dos mundos conviven, hasta que el primero se desvanece en su estela. Algo así debe ser la muerte”.

Pensé en ese fragmento después de leer Desertar, un libro de Ariana Harwizc y Mikaël Gómez Guthart, dos escritores escapados (aunque no del todo) de sus países y de sus comunidades lingüísticas que conversan, intercambian mails o dialogan a cuatro manos. Ariana y Mikaël hablan de libros, de traducciones, del mundo literario, de sus vidas. Es un libro que solo entendí a medias pero me quedó un tono, un rumor, una música que podría identificar como la de dos personas que disfrutan de estar juntas, aunque sea a la distancia. Tal vez las cuarentenas nos hayan vuelto más dependientes de la calidez ajena.