PREMIADOS. Los galardonados en el microcine de PERFIL y el director del diario con la ganadora de la Mejor Nota, la editora de Policiales, Paulina Maldonado. |
Hay que jugarle al 4. La semana pasada el diario PERFIL cumplió su cuarto año desde que fuera relanzado, el 11 de septiembre de 2005 (el día del maestro, hermosa fecha). Y, caprichos del destino, al día siguiente publicó su edición número 400.
A partir de este año decidimos que los Premios Perfil, que destacan los mejores trabajos de cada año realizados por nuestros periodistas, se desdoblaran. Los de revistas por un lado (que se publican en el anuario que da origen a la ceremonia que se realiza siempre en mayo), y los del diario por otro, para poder hacer coincidir su entrega y la publicación de los trabajos premiados en un suplemento especial durante el aniversario, en septiembre. En el diario de hoy, además de una edición “engordada” con avisos, el lector se encontrará con 48 páginas adicionales donde se reproducen los treinta y un mejores trabajos publicados durante el último año. La mejor nota de Política, Economía, Medios, Internacionales, Ciudad, Sociedad, Policiales, Protagonistas, Espía, Ciencia y Tecnología, Deportes, Espectáculos, El Observador, Ideas, Cultura, Escritores, Home, Turismo y Humor. Además, las mejores fotos de Tapa, Deportes, Documento Fotográfico, Entrevista, Eventos y Periodística; y los mejores diseños de Cuerpo Principal, Suplementos Visuales, Suplementos Temáticos, Caricatura Política, Infografía y Tapa.
Los Premios Perfil comenzaron en el año 2003 para estimular la calidad periodística en un momento en el que la crisis había minado la autoestima de todas las redacciones. En aquel entonces, el diario PERFIL todavía no había podido reaparecer y se premió a las revistas de la editorial. Pero de las redacciones de esas revistas salieron varios de los periodistas que integran la redacción de este diario.
En relativamente poco tiempo recorrimos un largo camino: en 2004 volvió a aparecer PERFIL los días domingo, al año siguiente comenzó Perfil.com y al siguiente se sumó la edición de los sábados.
Hoy, a cuatro años del relanzamiento del diario (y seis de los Premios Perfil, que fueron entonces un gesto de resistencia y esperanza), el periodismo argentino vuelve a atravesar otra crisis estructural, ya no económica, como aquélla, sino política, ante la inminente nueva Ley de Medios que ya cuenta con media sanción en Diputados.
Dentro de este contexto de luces y sombras, satisface ver que muchos de los temas críticos del gobierno de Kirchner que hoy están en las tapas de los principales diarios fueron publicados primero en soledad por PERFIL. Así como también el crecimiento del columnismo y análisis en las páginas de los principales diarios, algo que también caracterizó a PERFIL desde sus comienzos y quizá pudimos empujar a promover.
Otro avance que compartimos con toda la prensa es que la discriminación con la publicidad oficial no sea más un tema de técnicos de medios, sino que haya podido llegar a toda la sociedad gracias a la campaña y el juicio que PERFIL impulsó contra el kirchnerismo a comienzos de 2006 cuando, desgraciadamente, la gran mayoría de los medios no registraba el tema o lo hacía mínimamente para cumplir.
También nos alegra haber podido criticar a la oposición en estos años, o durante el conflicto del campo a De Angeli por violento y por cortar las rutas o, actualmente, frente a la Ley de Medios, haber podido mantener una distancia crítica con Kirchner sin caer en posiciones gremiales o corporativas.
Durante la ceremonia de entrega de los Premios Perfil, dije que estaba orgulloso de trabajar con los cien periodistas que integran la redacción permanente del diario. Muchos de ellos son muy jóvenes y resultan una excelente combinación con otro mérito de este diario: aglutinar el mayor equipo de firmas de prestigio del periodismo argentino.
Prometemos con anticipación que el año próximo, para cuando cumplamos cinco años, sumaremos al suplemento de los mejores trabajos un festejo que incluya a los lectores y anunciantes, sin cuyo apoyo, aunque resulte obvio decirlo, hoy no existiríamos.