Existe una conexión entre la aparición de cuadernos que revelarían una trama de corrupción en la obra pública con el kirchnerismo y la resistencia a transparentar el funcionamiento del Estado de sectores ligados a su gestión y con capacidad de influir para condicionarlo? En apariencia, es una pregunta que nadie se hizo todavía. Quizá por la conmoción provocada por los detallados apuntes del chofer Oscar Centeno.
Si alguien quisiera despejar esa incógnita y saber si es probable establecer relaciones entre esos hechos, antes debería repasar las órdenes de detención y de llamado a indagatoria del juez federal Claudio Bonadio. Particularmente una: la del abogado Rafael Llorens, arrestado en su domicilio particular de Fonrouge 1688, Banfield.
Llorens se proyectó del Conurbano al orden nacional el 30 de marzo de 2003, con la última interna no obligatoria de todo el universo del PJ y en la que se dirimió la candidatura a intendente de Lomas de Zamora. Avalado por Fernando “Chino” Navarro fue apoderado de la lista de Jorge Rossi, aliado con el dirigente del Movimiento Evita. Una jugada del duhaldismo más rancio para adecuarse al ciclo que Néstor Kirchner inauguraría dos meses después desde la Presidencia.
La intervención de Llorens en la Justicia Electoral fue decisiva para convalidar la victoria del director de Lotería Nacional, que objetó la lista opositora de María Elena Torresi, esposa de Osvaldo Mércuri, el peronista que más resistió el liderazgo de Eduardo Duhalde. La primera victoria del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires antes de la oleada de 2007 habilitó el ingreso de Navarro y Llorens a esa corriente.
Navarro fue enlace entre el municipio de Lomas de Zamora y el Ministerio de Planificación Federal. Y el responsable de introducir a Martín Insaurralde a ese círculo tras la renuncia de Rossi a la intendencia. Llorens se convirtió en secretario de Legal y Técnica de esa cartera. Quienes lo frecuentaron antes de la detención aseguran que se jactaba de contar con recursos para no ser encarcelado como su jefe, Julio De Vido. O Roberto Baratta, que había perdido su libertad en forma transitoria antes de conocerse la obra literaria de su chofer.
Engorde. El domicilio particular de Llorens es el mismo de Don Zoilo SRL, con la cría y engorde de ganado por actividad principal y la inmobiliaria como secundaria. Algunas versiones insisten en que Néstor Otero sería su socio en esa firma. Investigado por lavado de dinero por el juez federal Martínez de Giorgi, el empresario dedicado a la explotación de terminales de ómnibus está citado a indagatoria por Bonadio.
También Javier Fernández, auditor general de la Nación y egresado de la Facultad de Derecho en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Lo mismo que Llorens, Aníbal Fernández y Alejandro Tullio, ex director nacional electoral entre 2000 y 2015. Tullio halló rápido refugio con Cambiemos en una empresa que conoce bien. Es gerente de Relaciones Institucionales del Correo Argentino. El expertise del auditor habría colaborado con la renuncia de Alejandra Gils Carbó a la Procuración General.
Centeno resultó el primer damnificado de su prosa. El municipio de Berazategui le rescindió el contrato de chofer por orden del intendente interino Juan José Mussi y padre del titular, Juan Patricio, en uso de licencia. Los Mussi tuvieron una ligazón profunda con el kirchnerismo hasta que Cristina no permitió a Juan José ser reelecto como diputado en 2017. Con matices, sintetiza la crispación entre los intendentes del PJ electos en 2007 y 2011.
Hay inquietud por la situación de Llorens en el entorno de Navarro. Excepto con las oficinas que atienden organizaciones piqueteras, mantiene una tensa relación con el gobierno nacional. Pero venía siendo interlocutor privilegiado de la administración bonaerense. Algo parece haberse quebrado desde el 27 de julio, con la convocatoria de Jorge Lugones a intendentes de la diócesis de Lomas de Zamora para la jornada de reflexión sobre “Trabajo y vida digna”.
Tal vez porque trascendió que fue una iniciativa propuesta a Lugones por Pablo Comeglio, ex consejero escolar del Movimiento Evita en Lomas de Zamora. Navarro y Lugones mantienen una alianza táctica para el desarrollo de un trabajo territorial en los barrios carenciados de ese distrito, donde la proliferación de los cultos evangélicos es percibida como una amenaza a sus intereses.
No es el único desplazamiento subterráneo que sigue el gobierno de María Eugenia Vidal, inusualmente enfática para arengar a los candidatos que competirán en 2019 contra los intendentes del PJ en el Conurbano sur. “Van a tener todos los fierros”, dijo en la cena que compartió la noche del 1° de agosto en La Plata, junto al jefe del Gabinete, Federico Salvai; el ministro de Gobierno, Joaquín de la Torre, y el subsecretario de Asuntos Municipales, Alex Campbell.
Trabajo. Lugones mantuvo casi en secreto la reunión con los jefes comunales por la recriminación de Oscar Ojea de las palabras hacia Vidal en el cierre de la semana social en Mar del Plata del 21 de junio. Sin embargo, el obispo de Morón y el de San Justo, Eduardo García, resisten el cambio impulsado por la gobernadora con Marcelo Villegas en una iniciativa audaz: que a través de los 220 centros de formación laboral del Ministerio de Trabajo se articule la demanda insatisfecha de empleo ofertado por las empresas a un mercado laboral desactualizado. Villegas llevó esa experiencia a Puerta de Hierro el 26 de julio: cien puestos para un centro de logística en Esteban Echeverría, que no pudo ser resuelto con mano de obra local. En ese distrito gobierna Fernando Gray, simpatizante de Lugones.
La Iglesia logró este año mantener ajeno a Villegas de los centros que controla y eludir así un cambio curricular de los cursos que dicta: jardinería, oratoria, ceremonial y protocolo. Algunos en Puerta de Hierro, una de las villas más violentas de América Latina, ubicada en La Matanza. ¿Bastará la fe depositada en ellos para que resuelvan la falta de empleo? No habría que esperar que la respuesta a una pregunta tan compleja surja de los cuadernos de Centeno.