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panorama / nuevos ejemplos

El mejor y el peor de la clase

El humo que bajó del Delta e invadió la ciudad también sirvió para turbar la vista de los problemas económicos acuciantes. Transformado en un ring anexo de la pelea con el campo por el excedente que está obsequiando la coyuntura mundial con los mejores términos de intercambio de la historia argentina, también dificulta observar con mayor nitidez lo que pasa muy cerca del país.

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El humo que bajó del Delta e invadió la ciudad también sirvió para turbar la vista de los problemas económicos acuciantes.
Transformado en un ring anexo de la pelea con el campo por el excedente que está obsequiando la coyuntura mundial con los mejores términos de intercambio de la historia argentina, también dificulta observar con mayor nitidez lo que pasa muy cerca del país.
La crisis financiera nació y se reprodujo en las economías del norte, pinchando una burbuja tras otra. Los anteriores parias del sistema, luego de haber acumulado reservas, inversiones y estabilidad de precios, se defienden comerciando entre sí mientras la inédita recesión made in USA ajusta las clavijas. No hablamos sólo de China e India, también de América latina en su nueva versión pro negocios.

Perú. “¡Ay, Patria querida, dame un presidente como Alan García!”. Ese era el grito de guerra desafiante del peronismo allá por 1986, cuando intentaba diferenciarse frente a la heterodoxia del Plan Austral impulsado por el gobierno de Raúl Alfonsín.
El mismo presidente que hizo mutis por el escenario de la política peruana entregándole el mando al entonces desconocido Alberto Fujimori, encarna hoy al populismo latino reconvertido en el mejor alumno del orden fiscal, la inflación bajo dominio y el crecimiento mesurado. La antítesis de su efervescencia juvenil haciendo de ariete en la ruptura con la comunidad financiera internacional y en especial con el FMI.
Esta semana, empezó la cuenta regresiva para que el país andino alcance el investment grade, luego de haber terminado la etapa previa al Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos.
El secreto de las sucesivas administraciones de Lima fue haber conservado un rumbo macroeconómico y no dejarse seducir por los cantos de sirena.
 Privatizaciones de las empresas de servicios públicos, reconversión del sistema jubilatorio, aliento a la inversión extranjera, régimen especial para el sector minero, apertura de la economía, acuerdos de libre comercio y flexibilización del marco laboral; iniciativas por demás conocidas en la Argentina pero que pertenecen al oprobioso pasado de los 90.  La misma receta dio sus frutos en el Perú, y de ellos vive ahora su segunda luna de miel Alan García Pérez.

Brasil. En el otro rincón, Lula, el aguerrido sindicalista antisistema de los 80, transita por su segundo mandato en un contexto de baja inflación, empleo creciente, récord de exportaciones y el real por las nubes.
Contracaras. Casi la contracara de Buenos Aires, luchando con una inflación que dilapida los sucesivos colchones de confianza, rentabilidad y bienestar acumulados en un lustro de marchas forzadas.
Para 2007, la estimación de la inversión extranjera directa (IED) argentina sólo fue de US$ 2.900 millones, cinco veces menos que en Chile (US$ 15.000 millones) y 12 veces menos que Brasil (US$ 37.000 millones)
¿Qué diferencia la performance de unas y otras economías? Quizá la explicación resida en el afán por conectarse o aislarse de la fuerte corriente globalizadora. Elegir la autarquía en los precisos momentos que los intercambios comerciales están en los máximos históricos y el precio de los exportables alientan la especialización, arrincona a dilemas de política económica en las que el atajo es más de lo mismo.
Las últimas medidas estatizadoras de Venezuela con el cemento y el acero es una forma de intentar manejar la matriz productiva.
Tanto que se lleva puesto al mejor aliado del Gobierno en el modelo K sin más defensa que un tibio reclamo. Por bastante menos, Madrid reaccionó contra el manoseo en el mercado aerocomercial para con una de las empresas con menores índices de satisfacción al cliente: la española Aerolíneas Argentinas.
La opción “Repsol” para dejarla en manos “amigas” del que acusan de maltrato con moño y todo es ahora la opción más realista.
¿Destino inevitable o efecto buscado?
Es como escapar hacia adelante, intentando un utópico desacople financiado a la larga por precios de productos primarios (petróleo en aquel país; el gas en Bolivia o la soja en la Argentina) que por ahora siguen firmes allá arriba.
Sin embargo, la carestía de productos básicos en Caracas o el desbarajuste energético en Buenos Aires explican mejor que cualquier teoría lo difícil que es armonizar millones de decisiones económicas tomadas simultáneamente sin precios de referencia.
Los dobles tipos de cambio, las alícuotas diferenciales, los cupos de exportación (por derecha) no son más que formas de ir administrando la escasez. Para alegría de los controladores y desazón de los productores.
La euforia de las tasas chinas de crecimiento está terminando. Las proyecciones para 2009 ahora están emparejando los índices de todos los países de la región. Los que recalentaron sus economías al mismo ritmo que los que optaron por privilegiar la inversión y la mimetización con las reglas del mercado internacional. Todos partirán de las mismas líneas de largada. Unos, exhaustos e hinchados; otros, libres de lastres y con el sistema productivo listo para más años de crecimiento. Y para cosechar votos en donde sembraron moderación y realismo.