COLUMNISTAS

Hipnosis

Milton H. Erickson ponía en trance a sus interlocutores enhebrando palabras monótonas en metáforas y cuentos. No era un político el viejo Milton. Era médico. Pasó a la historia como emblema de la hipnosis clínica moderna.

|

Milton H. Erickson ponía en trance a sus interlocutores enhebrando palabras monótonas en metáforas y cuentos. No era un político el viejo Milton. Era médico. Pasó a la historia como emblema de la hipnosis clínica moderna.
Erickson describió la hipnosis como un estado alterado y por demás placentero de la conciencia, ideal para el ejercicio de la sugestión.
Sugestión, según la Real Academia de la Lengua Española, quiere decir “dominar la voluntad de alguien, llevándolo a obrar en determinado sentido”.
Decía otro célebre psicoterapeuta estadounidense, Jay Haley: “Así como un hipnólogo bien entrenado puede pensar en transformar un síntoma grave en otro más leve, también puede pensar en trocar un problema interpersonal en una ventaja”.
Una sociedad es, en gran medida, una suma de problemones interpersonales.
La sociedad argentina, por ejemplo, sigue evidenciando diariamente los gravísimos síntomas del hundimiento de su sistema institucional de representación.
Crisis tras crisis, del viejo esquema bipartidista nos van quedando:
• Tres peronismos: uno kirchnerista, otro caudillista y otro macrista.
• Cinco radicalismos: uno kirchnerista, otro lavagnista, otro lopezmurphysta, otro carriotista y otro macrista.
• Y un ramillete de pequeños partiditos nacionales, provinciales o vecinales que bailotean, unidos o también rotos, alrededor de los subgrupos en que se enrolan peronistas y radicales.
Unica ventaja comprobable de semejante desbarajuste: no hay militares ambiciosos a la vista.
Habría que ir reconociendo la capacidad hipnótica de Néstor Carlos Kirchner y su proyecto político-familiar. En sus cuatro años y medio al frente de la Casa Rosada, el Presidente supo hilvanar muchas de las palabras que la sociedad argentina quería escuchar, presa de sus estados alterados y una inconmensurable necesidad de placer.
Lo hizo, infinidad de veces, valiéndose de metáforas y parrafadas cuentísticas. A lo Milton.
Ultima metáfora K: “Cristina será el amanecer de la Patria”.
Ultimo relato fantástico K: “El 10 de diciembre de 2007 Argentina habrá salido del Infierno y entrará a caminar los rumbos del Purgatorio”.
Detengámonos un instante en el Purgatorio. En La divina comedia, el Dante llama así al estadio previo al Edén donde se agobian los soberbios, quedan ciegos los envidiosos, asfixiados los iracundos, destituidos los avaros, y los golosos, muertos de hambre y de sed. Suena tentador, sobre todo si uno no militó en esos rubros y si se tiene en cuenta que, para ese entonces, una interesante porción de la clase media habrá sido liberada del Impuesto a las Ganancias que Machinea nos legó.
Hecho el paréntesis, convengamos ahora que hace falta estar hipnotizado, o algo así, para convencerse de que la elección a dedo de la senadora Cristina Fernández como principal candidata a sucesora no implica, en realidad, una reelección por otros medios.
Los temores del citado Jay Haley parecen más latentes que nunca. Los problemas interpersonales de los argentinos están a 84 días de ser trocados por una gran ventaja para su hipnotizador. Kirchner y los suyos apuestan a que, el 28 de octubre, un multitudinario chasquido de dedos impulsará a la señora hacia el sillón de Rivadavia.
De lograrlo, habrán dado por superada la primera fase de un plan estratégico de larguísimo aliento: consolidar el poder político pingüino, originado en 2003 desde un poco elegante segundo puesto conseguido merced a estructuras prestadas y apenas el 22 por ciento de los votos.
La Fase B del proyecto impondría nuevos y tortuosos esfuerzos para el hipnotizador. Casi un cambio de género, y no precisamente por el rango de primeras damas en cuanto cónyuges de los presidentes. Podría definírsela como Operativo Hipnosis II.

Los ofidios terrestres. Los peronistas ortodoxos, hoy en extinción, traspasaron décadas dejándose sugestionar por lo que llamaban “el sabio dedo de Perón”. Es decir, por el liderazgo absoluto del General, quien lograba convencerlos de que eran grandísimos dirigentes, aunque les aclaraba todo el tiempo que su único heredero era el pueblo. En síntesis, él mismo.
Muerto Juan Domingo Perón, militares, peronistas y radicales despilfarraron recursos, tropelías y prestigios en desarrollar un movimiento político de similar potencia y aun más durabilidad. Un criminal como Emilio Massera, un demócrata como Raúl Alfonsín y un caudillo provincial como Carlos Menem fracasaron en el intento, aunque Menem logró batir el récord peronista de permanencia en el poder.
Kirchner, animado por la destrucción de los partidos tradicionales y los buenos dividendos políticos que le concede una economía anclada en el 3 a 1, cree que ahora le toca probar a él. Ya lo adelantó PERFIL la semana pasada, bajo la firma del periodista Diego Genoud: durante la posible presidencia de su esposa, el Pingüino Mayor se dedicará a monitorear el rumbo económico desde la quinta de Olivos y el resto de su tiempo recorrerá el país para consolidar el Frente para la Victoria, una formación incipiente que hasta ahora debe tejer alianzas múltiples para casi todo.
¿En qué se diferencian un hipnotizador y un encantador de serpientes? Fuera de toda expectativa medicinal, digamos que se distinguen sobre todo en la naturaleza del paciente. Y tal vez dentro de unos meses, ya sin el bastón presidencial en la mano, el propio Néstor K pueda responder la pregunta con más detalles. Porque cuando los kirchneristas dicen que el actual mandatario “se va a dedicar a armar el partido”, están queriendo decir que se va a ocupar en persona, distrito por distrito y sin cámaras de TV a la vista, de reclutar cuadros, referentes y punteros que hasta ahora no ha logrado convencer.
Lo hará, claro, sin flauta ni turbante ni en posición de loto. Pero, seguro, tampoco sólo con palabras bellas enhebradas en metáforas y relatos épicos.

El método y la civilización
De Milton Erickson, padre de la hipnosis clínica: “La hipnosis es un método científico eficaz para la comunicación de ideas y para el desencadenamiento de reacciones psicológicas conducentes al bienestar. La hipnosis es un estado especial de la conciencia que se ha manifestado desde que existe la raza humana. Se necesitó el desarrollo de la psicología para reconocer a la hipnosis como un fenómeno útil para la humanidad”.
De Umberto Eco en Apocalípticos e integrados: “El lenguaje de la imagen ha sido siempre el instrumento de sociedades paternalistas que negaban a sus dirigidos el privilegio de un cuerpo a cuerpo lúcido con el significado comunicado, libre de un “icono”concreto, cómodo y persuasivo. Ha existido siempre una élite de estrategas educados en el símbolo escrito y la noción abstracta. La civilización democrática se salvará únicamente si hace del lenguaje de la imagen una provocación a la reflexión crítica, no una invitación a la hipnosis”.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite