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Kirchnelli

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Vidas paralelas de Grecia y Roma: Kirchner y Tinelli suben y bajan su “Ibope” al unísono.

“Este año le salen todas, hasta las que parece que van a pegar en el palo o van a salir desviadas le entran.” Esta era la descripción que Adrián Suar hacía del año profesional de Marcelo Tinelli en una radio de un auto al que recién subía. Como lo agarré empezado, no sabía quién hablaba ni a quién se refería, y pensé que estaban comentando el momento de Kirchner.

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El domingo leí una columna de Pablo Sirvén en el diario La Nación titulada “Tinelli, el espejo donde nos reflejamos” y, después de mi asociación anterior, no pude resistir la tentación de sustituir Tinelli por Kirchner. Voy a abusar de la amistad de tantos años de haber compartido la redacción de la revista Noticias con Sirvén para reproducir párrafos de su columna cambiando sólo Kirchner por Tinelli con mínimas adecuaciones (el texto modificado quedará entre paréntesis):

* Han sido, con esta que está en curso, 8 (21) temporadas de humoradas, escandaletes, concursos y personajes mediáticos. Pero, a no engañarse, la gran atracción de la política (de ShowMatch) es y seguirá siendo una sola: Néstor Kirchner (Marcelo Tinelli) su conductor, productor y alma máter.

* Cuando el año pasado flaqueaba el índice de aprobación (el rating) y perforaba el piso de los 20 puntos, no faltaron quienes empezaron a festejar antes de tiempo su supuesto ocaso. Y otra vez se equivocaron. Fue, es cierto, un 2009 jorobado, con bruscas oscilaciones y formatos inestables. Pero no: este año todo le sonríe y el índice de aprobación (rating), que venía bajando desde 2006, pinta, de seguir así, para empinar de vuelta la curva.

* En los 65 (60) años que va a cumplir el peronismo (la TV) en 2011, son más bien pocas las figuras que han logrado ser reverenciadas por el público durante un tiempo considerable.

* Ahora bien, su vigencia ininterrumpida, y con tan alta e incondicional repercusión, ¿acaso no habla más de nosotros mismos que de él? ¿Qué vemos en Kirchner (Tinelli) que tanto nos fascina como para no cansarnos siquiera con el paso del tiempo?

* Por eso, la pregunta corresponde: ¿cuánto Kirchner (Tinelli) refleja de nosotros para que su política (su programa) no sólo siga funcionando dos períodos (décadas) después de permanecer sin interrupciones, sino que todavía tienda a expandirse?

Recién en el siglo XIII se inventó el espejo de vidrio y cristal de roca. Desde los egipcios hasta la Edad Media, se utilizaron imperfectos espejos de metal y el hombre primitivo sólo podía mirarse –como Narciso– en el reflejo del agua. Cuando los europeos llegaron a América, los espejos fascinaron tanto a los nativos que los cambiaban por oro.

El espejo es un elemento central de los mitos, la ciencia y la cultura. La imagen de un vampiro no se reflejaría en un espejo. En psicología lacaniana, el yo se constituye durante el estadio del espejo, cuando el bebé puede reconocerse en él. No todos los animales se reconocen frente al espejo: en clases de economía, para explicar la competencia se utiliza el ejemplo del felino en cautiverio: cuando no come, se le coloca un espejo para que crea que hay otro y coma por temor a que puedan comerse su comida.

Sería bueno que los argentinos pudiéramos reconocernos en el espejo de Kirchner y Tinelli, los dos líderes actuales de la política y el espectáculo. La política y el espectáculo son dos conceptos complementarios. Resultaría especialmente terapéutico para quienes no se sienten satisfechos con esa imagen que devuelve el espejo porque para modificar la realidad, primero hay que tomar conciencia de cómo es.

Jonathan Swift, autor del famoso libro Los viajes de Gulliver, decía: “La sátira es una suerte de espejo en el que los que observan generalmente descubren los rostros de todos menos el propio, principal razón por la que es bien recibida en el mundo y por la que tan pocos se ofenden ante ella”. Y para Lacan: “El analista no hace sino devolverle al analizante su mensaje invertido, como si se tratara de un espejo”.

Kirchner y Tinelli, además de reflejar el yo argentino, tienen componentes comunes entre sí. Quizá podría no ser casual que el rating de ambos descienda o ascienda casi al mismo tiempo y en igual proporción.