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La encuesta que abraza Milei

"Yo tengo claro que siete de cada diez argentinos la están pasando peor". Así Javier Milei desgranó lo que acaso sea el mayor éxito del actual relato libertario: la actualización del noventista del "estamos mal pero vamos bien".

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Davos. El discurso del presidente Milei generó diferentes comentarios sobre su extravagancia. | AFP

“Yo tengo claro que siete de cada diez argentinos la están pasando peor. Sé que la gente lo tiene claro”. Con gesto adusto y mirando a cámara, en su enésima entrevista a Luis Majul, Javier Milei desgranó lo que acaso sea el mayor éxito del actual relato libertario: la actualización del noventista del “estamos mal pero vamos bien”.

Sería una simplificación limitar a ese ejercicio comunicacional que el Presidente conserve en gran parte de la sociedad algún tipo de respaldo. Hay una multiplicidad de factores que pueden explicar el apoyo, en medio de un ajuste económico impactante, con derrumbes en el poder adquisitivo de los ingresos, en el consumo y en la actividad. Ya los hemos aclarado en varias oportunidades, con el hartazgo social por frustradas gestiones de gobierno a la cabeza de ellos.

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Si se tiene en cuenta que en las previsiones oficiales aún falta lo peor antes de iniciar la recuperación, lo que sucedería hacia junio o el segundo semestre, corresponde el mensaje empático televisivo presidencial. Está a distancia, por suerte, de la versión tuitera furiosa. Mensajes distintos para audiencias distintas.

En las últimas horas, esa presunta conexión con los efectos del ajuste general excedió a la comunicación. Sin anuncio formal alguno, desde el Ministerio de Economía se dejó trascender que se postergan los aumentos previstos para los valores del gas natural, combustibles, colectivos y trenes. La lógica puede no necesariamente ser humanista sino de números: evitar que esos incrementos presionen sobre el índice de precios de marzo y abril, para darle consistencia a la reducción inflacionaria.

Javier Milei
Javier Milei.

Convendría igual evitar comprar espejitos de colores, una práctica tan usual a ambos lados de las posiciones extremas. El Presidente abrazó para su mensaje empático una encuesta que se estudió de memoria antes de grabar el reportaje por TV. La hizo Aresco, la consultora de Federico Aurelio a la que recurren políticos y empresarios de todo tipo.

Según el estudio, el 54% de los consultados evalúa positivamente la gestión Milei. El 44% le baja el pulgar. Y entre quienes lo avalan (en un porcentaje casi idéntico al que obtuvo en el balotaje), la mitad dice hacerlo porque lo considera distinto a los políticos tradicionales, mientras que la otra mitad argumenta que confía en que la economía mejore.

La encerrona

Cuando el sondeo pregunta sobre la situación económica personal, el 70% dice que está peor que cuando se inició el gobierno libertario. Oh casualidad, el mismo guión presidencial. Sin embargo, esa negatividad se equilibra con las expectativas: son más quienes creen que estarán mejor que peor o igual. Y apenas un tercio piensa que Milei no podrá bajar la inflación, la cuestión que más angustia provoca desde hace meses en la población, según los estudios de opinión pública.

Hace apenas un mes, durante un evento de celebración liberal al que asistió en Corrientes, el Presidente manifestó ante un auditorio aplaudidor que “soy loco pero no soy boludo. No como vidrio”. Sería hora de tomarlo en serio.