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La novela del INDEK

Nadie sabe, a ciencia cierta, dónde terminará esta historia. Lo que sí es claro, es que la del INDEC –o mejor dicho, a partir de ahora, INDEK– es toda una historia. 0,7 fue el número mágico de la inflación del mes de octubre

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Nadie sabe, a ciencia cierta, dónde terminará esta historia. Lo que sí es claro, es que la del INDEC –o mejor dicho, a partir de ahora, INDEK– es toda una historia.
0,7 fue el número mágico de la inflación del mes de octubre. Lleno de reminiscencias, el número pareció más de una serie de ciencia ficción que de la realidad, tal como viene sucediendo desde hace meses. En consonancia con este índice, esta semana se produjo una serie de despidos que recalentó la tensa situación que se está viviendo en el Instituto desde que la intervención de facto del licenciado Guillermo Moreno –el que según el presidente Kirchner “es más bueno que Lassie”– está operando allí.
Abro primer paréntesis: muchos lectores jóvenes de PERFIL se preguntarán quién es Lassie. Les informo, pues, que Lassie era el nombre de una serie de la televisión estadounidense de las décadas del 50 y del 60 en la que una familia de agricultores – papá, mamá, abuelo y nene llamado Timmy– que tenían una perra pastora llamada Lassie, que era una especie de ángel de la guarda que los protegía y salvaba de cuanto peligro andaba suelto por ahí. Es por eso que, por los testimonios que constan en la causa judicial abierta sobre el INDEC y por otros que circulan ampliamente on y off the record, el “Lassie” del kirchnerismo tal vez haya sufrido una mutagénesis que hace que no se parezca en nada al de la serie de marras que tanto nos enternecía. Cierro paréntesis.
Es a esta causa a la que debemos prestarle atención. Sobre todo después de los dichos del jefe de Gabinete de Ministros durante el reportaje que le hiciéramos por Radio Del Plata. Allí, el Dr. Alberto Fernández manifestó: “Sé dónde va a terminar la causa (sic) que es un despropósito jurídico. Los fiscales que la promueven deberían cursar Derecho Penal”.
Casi en simultáneo con todo esto, se amplió el número de despidos operados en el INDEC los cuales –¡Oh casualidad!– han afectado a varios de los que atestiguaron en la causa judicial aludida. Dicha causa es la nº 5197/07. Está caratulada como “N.N.: s/violación de secreto particular”, involucra al licenciado Guillermo Moreno y a distintas autoridades del INDEC y toma como base los testimonios recogidos en las actuaciones de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas.
Detengámonos, pues, en algunos de esos testimonios. Vayamos a fojas 29, donde se lee:
“La toma de posesión del cargo de directora del IPC (Indice de Precios al Consumidor) por parte de Beatriz Paglieri, el día 29 de enero, fue un hecho alejado de los carriles normales en lo que a este tipo de actos se refiere.”
La directora Paglieri se hizo cargo de sus nuevas funciones rodeada de personal de seguridad. Incluso, según lo reflejan algunos testimonios, también se hizo presente en esos días personal policial uniformado.
En cuanto al personal de seguridad civil que la acompañó en esos días, no se sabe quiénes eran, o de dónde provenían.
Se ha podido reconstruir que uno de ellos respondía al nombre de “Marcelo” y que otro de ellos se llama Ulises Valentín. Respecto de Marcelo, no se sabe si continúa a la fecha prestando servicios en el INDEC.
Distinto es el caso de Ulises Valentín.
Este personaje fue reciclado por la directora Pagliere y pasó de “custodio” a empleado (dato corroborado por los testigos Micello, Gasco, Soroka, Chaves y Guiet).
Pero no cualquier empleado, sino uno calificado. Calificado por sus funciones y también por las tareas que le encomienda la directora.
La directora Pagliere decidió emplear a Ulises Francois Valentín, D.N.I. 92.869.810, con seguridad por sus antecedentes laborales e idoneidad técnica en la materia, como supervisor de relevamiento de precios de consumo, bajo la modalidad laboral de un contrato de la Dirección Estadística del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, según convenio que mantiene el INDEC con dicha Dirección” (Discrepan, sin embargo, con estas capacidades varios de quienes lo han visto trabajar, ya que, según han afirmado, aporrea el teclado de la computadora con un solo dedo).

Al final de la foja 29 y en la 30 se lee:
“…Las otras dos personas que ostentan esa jerarquía (la de supervisor) en el IPC, María Celeste Cámpora Avellaneda y María Lucía Filia, son también nuevas empleadas llegadas con la directora Paglieri.
La primera de las nombradas fue convocada a prestar declaración testimonial y expresó que su trabajo se extiende desde las 8.30 hasta pasadas las 20. Que su labor consiste en hacer “todas las tareas”.
También, sugestivamente, manifestó esta testigo que su anterior experiencia laboral fue haber trabajado en la Secretaría de Comercio Interior. Allí, según dijo, “entró para ir al call center y el día que fue a presentarse para iniciar, le cambiaron el destino y terminó en la oficina 259 con el contador Bianchi y la doctora Montoya, haciendo trabajo de secretaria y eventualmente cadetería, pero muy eventual”.
Los numerosos testimonio prestados, cuyas copias se adjuntan, dan cuenta de que Paglieri asignó a estas personas distintas tareas, entre las que se encuentran la de ponerlas a trabajar como ingresadores de los datos que traen los encuestadores al INDEC.
Este trabajo, denominado en la jerga “data entry”, ha puesto en contacto a Valentín, Filia y Cámpora, con los formularios donde figura la identidad de los informantes y se anotan los datos relevados.
En otras palabras, Paglieri puso a trabajar a estas personas con los datos más sensibles del área IPC.

En la misma foja 30, hay un apartado en donde se analiza la tarea asignada a estos nuevos supervisores incluyendo al custodio devenido “supervisor” y auténtico, original y autóctono “batata entry”, Sr. Ulises Valentín. Dice allí el expediente que “…la prueba colectada permite afirmar que existen fundamentos suficientes para sospechar que esta información está siendo enviada a la Secretaría de Comercio Interior, vulnerándose de esa forma la prohibición legal de mantener bajo secreto estos datos”.
A fojas 35, aparece el testimonio de Gabriela Soroka, responsable del área “monitoreo de precios” que está dentro del INDEC, quien manifiesta que ha sido puesta a controlar precios individuales, para lo cual “la directora Paglieri le entrega a la dicente formularios de encuestadores donde se hallan ya resaltados precios que indican subas de determinados productos. La tarea consiste en informarle a la directora el motivo por el cual se ha producido esa suba devolviéndole el formulario junto con la explicación. En general, la directora se muestra molesta con esa suba de precios relevados, cuestionando las supervisiones que se realizan y los números que se vuelcan en los formularios”.
El fiscal Garrido le pide a Gabriela Soroka que narre un caso concreto que ilustre la situación que ella describe. Y aquí aparece, entonces, el “leading case” del alfajor.
Cuenta Soroka que Paglieri la llama a su oficina “…y le pide que mire los precios de los alfajores porque no le convencía la suba relevada”. En este caso se trataba de la muestra completa de alfajores. Paglieri le dijo: “Cómo puede ser que estén aumentando los alfajores si se hicieron acuerdos con Terrabusi y otra empresa para que los alfajores no suban”, respondiendo la declarante que el aumento lo estaba registrando otra marca de alfajor, a lo cual ella replica, en un tono como de resignación, que “justamente ése (esa marca) es el que a mí más me gusta”. A los dos días le entregan un acuerdo firmado con esa empresa donde se retrotraían los precios al mes anterior”.
Un testimonio más. A fojas 42 del expediente que, hasta ahora, lleva adelante le fiscal Carlos Stornelli, se consigna el siguiente comentario que, con fecha, 22 de agosto de 2006, Lelio Mármora, por entonces director del INDEC, le envió al secretario de Política Económica, Oscar Tangelson, donde se expresa: “Estamos preocupados frente al peligro de perder la credibilidad en el IPC, lo cual podría afectar la información oficial con relación a un indicador tan sensible, así como la credibilidad de los otros indicadores que produce el INDEC”. Los hechos han demostrado que la premonición de Mármora se cumplió. Mientras tanto, por atendibles “razones de salud”, renunció a su cargo y se fue a su casa. Estaba harto de “Lassie”.
A Beatriz Paglieri, la directora del IPC, le venció el contrato el jueves pasado. ¿La “premiarán” con un cargo en Comercio Exterior?
La causa de los despidos de los trabajadores del INDEC –trece– es que eran “innecesarios”. Pero, por otra parte, se habla de unas cien nuevas contrataciones. ¿Y, entonces?
El tema de los despidos ha recalentado la disputa interna entre el jefe de Gabinete de Ministros, Alberto Fernández, el ministro de Economía, Miguel Peirano, y el ministro de Planificación, Julio De Vido, de quien depende “operativamente” Guillermo Moreno. Pero Moreno sigue firme, porque Moreno es Kirchner.
¿Qué pasará con el señor Moreno? ¿Qué pasará con el INDEK?¿Volverán los desplazados a sus lugares originales de trabajo o tendrán un destino “borgeano”?
Abro segundo paréntesis: En 1946, Jorge Luis Borges era director de la Biblioteca Miguel Cané. Borges había tenido desde el vamos una posición crítica hacia el General Perón durante su gestión como vicepresidente. Esto fue tenido muy en cuenta por Raúl Salinas, secretario de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, quien, el 15 de julio de ese año, lo removió de su cargo y, como no podía echarlo, lo designó inspector en la Dirección de Apicultura. Cierro paréntesis.
Cristina, que es Kirchner, será la que deberá dar respuestas a estos interrogantes. ¿Será –como lo afirmó en campaña– el cambio que no cambia?. “Esa es la pregunta.” Hamlet dixit.