Pensar en el esquema que más conviene

¿Sirvió el partido contra la paupérrima selección de Ghana?
Que Palermo mete goles ya lo sabíamos. Que Hauche juega bien, también. Que Palermo y Schiavi serían convocados para los partidos con Perú y Uruguay es información a esta altura antigua. Que Bolatti tiene quite y buen manejo quedó claro, sobre todo por su buen torneo Clausura en Huracán.
Pero las preguntas siguen siendo muchas…
¿La actuación de Insúa tiene valor absoluto o es mejor guiarnos por lo que está haciendo en el Apertura? Es cierto que para que Riquelme juegue tranquilo Pocho tuvo que correrse a la izquierda. Si bien la idea de Basile fue buena, también está claro que su virtud no es correr por la banda –sobre todo hacia atrás– sino cuando tiene la pelota y conduce a su equipo. Este Insúa de hoy –de bajo nivel como todos sus compañeros de Boca– no está ni siquiera para ser convocado. Sin embargo, contra un equipo como este de Ghana, puede echar a volar las palomas de su talento. Nadie lo marcó, lo dejaron pensar, tuvo espacio y se lució. Nada de esto va a pasarle mañana contra Vélez. Primero, porque la presencia de Riquelme volverá a confinarlo a la raya izquierda. Y segundo, porque Vélez juega al fútbol en serio, a diferencia de los entusiastas corredores ghaneses. En el fútbol hay que marcar, después viene todo lo demás. Si no se marca, jamás se tendrá la pelota. Y sin la pelota, es imposible llevar adelante cualquier ambición.
Por eso, más allá de las exageraciones habituales de la prensa con respecto al valor que tuvo el 2-0 a Ghana, llega Pablo Aimar. No es este del Benfica el mejor Aimar, seguramente. Una pubialgia lo tiene a mal traer hace un tiempo y le quitó chances de tener más minutos en la cancha, por ejemplo, en el Mundial 2006 o en la Copa América 2007, donde apareció por última vez con la camiseta celeste y blanca. Ahora se lo ve bien, con buen ritmo. Lo mismo pensó Maradona cuando lo convocó. No sabemos si este Aimar es el mejor Aimar. Probablemente, no sea aquel estupendo jugador que River vendió a Europa hace mucho tiempo. Pero si tiene una actuación con sentido colectivo como la que tuvo, por caso, el último jueves contra el AEK Atenas por la UEFA Europe League (ex Copa UEFA)... Pablo no la rompió ni fue la figura, pero inició los avances de su equipo y, en todos los casos, trató de asociarse con Di María, Saviola y Tacuara Cardozo. Alguno retrucará que “el Benfica perdió 1 a 0”. Y tendrá razón. Pero el resultado fue mezquino con los portugueses. Más allá de eso, esperemos que Aimar pueda poner un poco de orden que el equipo hasta ahora no tuvo. El rol de organizador es para el Payaso. Cualquier mención a Insúa para ese lugar, por lo que hizo contra Ghana, suena incosistente. Si Maradona pone un enganche, debe ser Aimar.
¿Lo de Palermo no vale, entonces? Sí, vale. Vale, porque –como quedó dicho en varias de estas columnas– convirtió de todas las maneras: sano, lesionado, con o sin Guillermo, con o sin Riquelme, de zurda, de derecha, de cabeza… Hasta tiró un penal con los dos pies y la metió… O sea que Palermo le haya convertido a un pésimo equipo como Ghana podría llamar a engaño si se tratara de alguien poco acostumbrado a marcar. Si Maradona piensa en uno por afuera y otro por adentro, Palermo tiene que jugar. La doble punta debe ser Messi-Palermo. Sin dudas. Martín puede ser la exacta referencia de área para Aimar, Messi y para quien sea volante izquierdo. El tema de jugar con los “chiquitos” debería quedar por ahora archivado. Había que jugar con “grandotes” contra Brasil y se nos dijo que no, porque “los chiquitos van a bailar a Lucio y Luizao (dos grandotes)”. Los centrales brasileños los controlaron con la misma facilidad que se le roban los caramelos a un chico. Para chiquito, Messi; pero con un grandote: Palermo.
¿Bolatti está mejor que Mascherano? Es incomparable. Sobre todo, por las ligas en que compiten. Además, Bolatti jugó con cierto éxito contra Panamá y Ghana. No creo que sea suficiente para desbancar a un jugador como Mascherano. Es cierto que el coqueteo que tuvo a comienzos de temporada con el Real y el Barcelona le quitó chapa en el Liverpool, a tal punto que hoy es suplente, pero es más que Bolatti. Algunos dicen que le hizo mal la banda de capitán, es ridículo. Tiene más temperamento que nadie y aunque esté en un bajón futbolístico volverá a ser el que conocemos. Y debe estar en la Selección. No olvidemos que, en tiempos de Basile, cuando el equipo no ganaba y compañeros se iban al ataque sin sentido, era el único que mantenía el orden y llevaba la camiseta con orgullo.
Se vienen tiempos difíciles. Tiene razón Diego cuando dice que con los jugadores que tiene se les puede ganar a Perú y a Uruguay. Pero no hay equipo; falta patrón de juego y nivel en los futbolistas. Esta confusión es la que hace pensar que los del fútbol local pueden reemplazar a los de Europa. No es así. Una cosa es Palermo y otra Bolatti o Insúa.
Por otra parte, no dispone de un amplio menú para hacer grandes cambios. No tenemos demasiados jugadores de elite. Tenemos que ir hasta el final con éstos, no queda otra. Y pensar en un esquema de juego conveniente, lejos de los cantos de sirena de alguna sección deportiva que pide volver a los 40.
El objetivo es claro, clasificar al equipo al Mundial del año que viene en Sudáfrica. Lo que falta resolver es jugando a qué. Este desafío es el más grande que Maradona tendrá en su vida como hombre de fútbol.