Solidaridad, esperanza y voluntad política

75 años atrás un mundo destrozado tras la segunda Guerra Mundial buscó aunar esfuerzos y trabajar de manera conjunta y coordinada para solucionar los problemas globales a través de una organización dedicada al respeto por los derechos humanos, a impulsar el desarrollo social y económico, y a prestar ayuda humanitaria: las Naciones Unidas.

Desde su fundación en 1945 el mundo ha enfrentado muchos retos, pero ninguno como la crisis de que nos presenta Covid-19: una crisis de salud global que ha infectado la economía y el tejido social de los países. Las fronteras se están cerrando, las empresas luchan por sostenerse en el negocio y las familias simplemente intentan mantenerse a flote.

Los economistas de las Naciones Unidas estiman que el virus podría costar a la economía mundial 1 billón de dólares este año. La Organización Internacional del Trabajo informa que los trabajadores de todo el mundo podrían perder 3,4 billones de dólares estadounidenses en ingresos para fines del 2020.

Un desafío de esta magnitud exige acción política coordinada, decisiva e innovadora. En este sentido, el Estado argentino lleva adelante un abordaje integral aplicando estrategias de contención y llamando al compromiso comunitario en las acciones de prevención necesarias.

El equipo de la ONU está apoyando la respuesta del gobierno argentino en áreas como salud, protección infantil, prevención de la violencia contra las mujeres y provisión de alimentos y continua abogando por los grupos poblacionales que se encuentran en extrema vulnerablidad (migrantes refugiados, afro-descendientes, población indígena, personas en situación de calle y aquellas privadas de su libertad).

La Organización Mundial de la Salud colabora con evidencia y soporte para la aplicación de medidas de contención y mitigación, incluyendo orientación y apoyo en la vigilancia, diagnóstico de laboratorio, insumos, control de infecciones, manejo de casos, aspectos psicosociales, comunicación de riesgos y preparación del sistema de salud.

Mientras tanto, la oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos está ayudando a procurar ocho hospitales modulares de emergencia totalmente equipados para ampliar la capacidad de respuesta del sistema sanitario con 560 camas de terapia adicionales para pacientes hospitalizados.

Unicef está apoyando la implementación de la educación a distancia durante la suspensión de las clases, asegurando la continuidad de los esquemas de protección social y brindando soporte a los padres y cuidadores para garantizar el bienestar de los niños en el contexto del distanciamiento social y suspensión de las actividades escolares.

Asimismo, la Unesco está apoyando el sistema educativo argentino compartiendo las mejores prácticas para lidiar con el cierre masivo de escuelas y la necesidad de entenderse con la educación en línea y remota.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo está proporcionando alimentos y soporte en la protección social a aproximadamente 200,000 personas en situación de vulnerabilidad.

A través de la Iniciativa Spotlight para eliminar la violencia contra las mujeres respaldada por la Unión Europea, ONU Mujeres está brindando soporte a las autoridades nacionales y locales para garantizar la continuidad del servicio a las víctimas de violencia doméstica.

Al gestionar esta crisis tenemos una oportunidad única de dirigir la recuperación hacia un camino más sostenible e inclusivo.Tenemos un marco de acción: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático. Debemos cumplir nuestras promesas para las personas y el planeta.

Las Naciones Unidas seguirán apoyando al Estado argentino para garantizar que la economía y las personas salgan fortalecidas de esta crisis. Más que nunca necesitamos solidaridad, esperanza y voluntad política. Debemos y podemos no solo recuperarnos, sino recuperarnos mejor, generando un nuevo paradigma donde nadie quede atrás.

*Representante de OPS/OMS en Argentina. **Coordinador Residente de la ONU en Argentina.