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Un título equivocado

1-11-2020-Logo Perfil
. | CEDOC PERFIL

Cuando arrancó la pandemia, el cierre de los cines en Francia opacó el estreno de una película cuyo título prometía a los amantes de las biopics: De Gaulle. Dirigida y guionada por Gabriel Le Bomin y disponible en internet, tiene la valía de servir en bandeja problemas que el cine con pretensiones de entretenimiento popular enfrenta en épocas de vindicación de minorías.

Pese a haber sido filmada antes de la entrada en vigor del nuevo código hollywoodense que obligará a los realizadores a forjar historias cumpliendo cupos que incluyan a personas no binarias, negras, asiáticas, hindúes, latinas y con diversas discapacidades, se anticipa a acatar las coordenadas. 

Aunque lleve por título el apellido del famoso militar y gobernante francés, la trama privilegia la representación de su esposa Yvonne y sus tres hijos, con especial foco en Anne, la niña con síndrome de Down que los De Gaulle tuvieron en 1928, varios años después del nacimiento de Philippe y Élisabeth. 

Errarán quienes se dispongan a repasar o conocer algo de lo que fueron la Resistencia, la Quinta República, el estado de bienestar, los prolegómenos de la Unión Europea o las protestas de mayo de 1968. La preeminencia de De Gaulle en los afiches es como un envoltorio pomposo que tapa la humildad de un regalo. 

Concentrada en un breve periodo de tiempo en el que el hombre más relevante de Francia durante el siglo XX fue a Londres para alentar a sus compatriotas a no rendirse frente a los alemanes, gasta más de la mitad de su duración en mostrar las peripecias de su familia. 

De esa familia importan sobre todo los padecimientos sufridos por Yvonne y Anne. Flashbacks emotivos con los primeros años de Anne y el descubrimiento de su discapacidad completan la propuesta. No habría nada que achacar si la película si se llamara Anne e Yvonne o, acaso, La hija Down de un presidente.