OPINIóN
aborto legal

Una ley, un Estado más presente, una sociedad más libre y justa

Legalización del aborto en Argentina. Cobertura fotográfica.
Legalización del aborto en Argentina. Cobertura fotográfica. | Sergio Piemonte

En el día de hoy con la aprobación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), vivimos una jornada histórica de movilización, participación y celebración ciudadana. Seguramente junto al matrimonio igualitario y el divorcio vincular, se trata de las leyes más significativas que se hayan aprobado desde la vuelta a la democracia porque impactan de lleno en la cosmovisión de nuestra sociedad.

Como en aquellas discusiones, se ponen en juego, por un lado, paradigmas caducos que resisten relegar protagonismo y, por otro, necesidades de colectivos sociales insatisfechas, discriminadas, invisibilizadas por ese status quo.

En cada una de esas luchas, la resistencia es de abajo hacia arriba y de un costado hacia el otro, a través de colectivos que se movilizan, crecen y persuaden para que su lucha sea la de todos y todas, porque de lo que se trata en definitiva, es de vivir en una sociedad más libre y justa.

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Justamente ha pasado eso con la IVE, que es el fruto de más de 15 años del trabajo realizado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, quienes a través de la constancia, el compromiso y la convicción, fueron persuadiendo con un mensaje claro y que hoy gran parte de la sociedad ha tomado como propio: Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito. Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir.  

En este sentido, lo que la campaña arrancó en aquel entonces y que debió pasar por innumerables obstáculos políticos y sociales, hoy fue abrazado por millones de argentinas y argentinos que hicieron propia su lucha, empoderando a la mujer y acabando con la perversidad de la clandestinidad. Seamos claro y que nadie se confunda: los abortos existen y la ley no manda a nadie a hacerlos mientras que la ilegalidad no salva las dos vidas, solo la de ella si tiene dinero y abandona a la peor de las suertes a quien no dispone, generando un negocio indeseado con su tormento y desesperación.

Indudablemente, un estado presente y democrático no puede tolerar esta humillación y desigualdad social, debe dejar de mirar para otro lado y ocuparse. Entonces, ahí es donde aparece la necesidad de la ley, donde claramente regularlo no es promoverlo, al contrario es intervenir con políticas públicas para acabar con las miserias de la ilegalidad, apostar a las consejerías y el seguimiento médico. En definitiva, es confiar en ellas, en la decisión que tome cada mujer y que el Estado esté cerca respaldando y acompañándola.

Ahora bien, el desafío es su implementación y trabajar para que la IVE no tenga las dificultades de la Educación Sexual Integral (ESI) aprobada hace 14 años y que por distintas presiones (muy similares a las que ejercen los detractores de la IVE) atentan contra su cumplimiento, esto es que pueda ser brindada en todas las escuelas del país.

Con el viento esperanzador que trae hoy la aprobación de la IVE, debemos trabajar para el efectivo cumplimiento de la ley de Educación Sexual Integral (ESI), ya que la IVE es el último eslabón de una política pública que, sin dudas, tiene su objetivo central y primario en la prevención. Por ello, resulta esencial hacer un llamamiento a todos y todas –aún a quienes hoy votaron o expresan estar en contra de la IVE– a trabajar para que se cumpla con la ESI en cada escuela del país, porque es la única manera de hacer algo real y concreto por la prevención.

*Abogado y Director del Observatorio de Juventud de la Cámara de Diputados de la Nación.