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Una victoria con el peso de los nombres

La Selección argentina cumplió en su debut en estas eliminatorias. No brilló en lo colectivo, pero tuvo jerarquía individual para marcar diferencias ante un disciplinado equipo chileno que empezó bien y luego se cayó. Riquelme, con dos soberbios tiros libres, anotó los dos tantos. Mascherano fue la figura. Messi completó el podio. El martes visita a Venezuela.

Victorhugo150
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Dos tiros maravillosos, inapelables, dos remates teledirigidos de Juan Román Riquelme sentenciaron en el primer tiempo el partido que con méritos incuestionables la Argentina le ganó ayer a Chile en el estadio Monumental. Hasta el momento del primer tiro libre de Riquelme, el partido tenía el equilibrio esperado, en ese choque entre las grandes individualidades argentinas y la nueva mentalidad que evidenció el fútbol chileno, que en su primer partido en estas Eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica 2010 se mostró muy distinto a todo lo que antes se hubiese visto de Chile.
Pero Riquelme se plantó frente a la pelota en dos ocasiones y con dos certeros disparos determinó que la Argentina se fuera al descanso con dos goles de ventaja. La expulsión de Cristian Alvarez, condicionado previamente por una amarilla mal mostrada por el localista árbitro Martín Vázquez, determinó que la Argentina supiera muy temprano, desde el comienzo del período complementario, que el partido estaba decididamente en sus manos y no corría ningún riesgo. Eso determinó que sacara el pie del acelerador, que jugara tocando la pelota hacia los costados o hacia atrás en la mayor parte de ese período final, quizá con la intención de cuidarse con vistas al segundo partido que juega el martes frente a la selección venezolana.
Entonces el partido perdió encanto, y la gente se fue quedando con tibios aplausos que reaparecieron recién hacia el final cuando ya se coronaba la victoria. Y el “ole” consiguió bajar algunas veces de la multitud, que de todas maneras hubiera querido seguramente que la Argentina se mantuviera en un juego que le permitiera hacer mayor diferencia frente a Chile.
La actuación de Javier Mascherano, mostrándose en un nivel sencillamente espectacular; la autoridad que mostraron Martín Demichelis y Gabriel Milito en la zaga; el mejor partido de Gabriel Heinze como lateral izquierdo; la evidente importancia de Javier Zanetti, del que cabe preguntarse cómo es posible que hace un año y unos meses no jugó el campeonato del mundo; la muy buena aparición de Esteban Cambiasso, en una de sus mejores actuaciones de los últimos tiempos en la Selección argentina; la pericia de Juan Román Riquelme para manejar los hilos del equipo, y las apariciones fascinantes en varias ocasiones de Lionel Messi, compusieron una superioridad desde el punto de vista individual que contrastó con el espíritu colectivo y solidario de Chile, que carece de la categoría individual del fútbol argentino.
El partido fue lógico, se resolvió de acuerdo a la importancia de los jugadores que había en el encuentro. La Argentina tiene mucho más que Chile, y lo demuestra claramente el nivel de los equipos en los que juegan todos los titulares y hasta los suplentes de Alfio Basile. Hay que pensar –nada más– en los tres jugadores del fútbol local que esperaban en el banco de suplentes: la relevancia de estas figuras consolidadas en el fútbol más grande del mundo es tal, que contrastó contra un equipo chileno repleto de jugadores que, en su mayoría, disputan su campeonato local, con tres o cuatro que tienen algún pequeño relieve internacional. Lógica definición, entonces. Sin demasiados brillos, pero con eficacia y autoridad, el equipo argentino justificó el favoritismo que tenía antes del partido.
Positivo para la Argentina: que Riquelme, más allá de sus goles de tiros libre, evidenció que en los últimos tres meses, en los que no jugó profesionalmente, ha sido muy cuidadoso de su físico y que está bien para encarar las Eliminatorias; el crecimiento individual de los jugadores mencionados, y el momento estupendo por el que atraviesa Mascherano, que será una figura seguramente como para convertirse en el gran jugador de las Eliminatorias para el campeonato del mundo. Cuesta encontrar un jugador que por despliegue, capacidad, anticipo, marca y hasta vocación ofensiva pueda superarlo entre los otros participantes de este certamen.
Positivo para Chile: exhibió, aun cuando se quedó con diez jugadores, una mentalidad que lo pone muy lejos del Chile defensivo, cuidadoso y pequeño que encaraba otros compromisos internacionales. Si se mantiene en esa línea, si lo que Marcelo Bielsa ya les trasladó a la cabeza llega a complementarse con la mejoría del carácter individual de los jugadores, Chile seguramente tendrá mucho para decir en estas Eliminatorias.