Tras el colapso que sufrieron el viernes pasado los bonos argentinos, el gobierno de Cristina
Fernández de Kirchner resolvió ayer
salir a recomprar títulos de deuda para evitar que la caída del nivel de precios
se profundice durante la jornada de hoy.
La medida fue decidida ayer por la noche en una
reunión de urgencia que se llevó a cabo en Olivos y de la que participaron la
presidenta, el jefe de Gabinete, Sergio Massa, el ministro de Economía, Carlos Fernández, y el
presidente del Banco Central, Martín Redrado.
El objetivo de la inversión oficial, que de acá a fin de año será de cerca de 1000 millones
de dólares, será enviar una fuerte señal a los mercados para revertir el
rumor de default que se instaló la semana pasada tras la venta de bonos al gobierno
venezolano.
La idea sería salir a recomprar bonos desde hoy y así
evitar la corrida de depósitos que prevista tras el derrumbe financiero de la semana
pasada. La medida fue bien recibida entre los economistas que interpretaron que,
finalmente, el gobierno tomó nota de la gravedad de la situación financiera.
Chávez. Una de las claves detrás del sacudón financiero de la semana pasada fue
que Argentina le vendió bonos a Venezuela con una tasa de interés del 15 por ciento, una tasa
altísima para una operación de esta clase. Una vez adquiridos los bonos, el gobierno venezolano los
salió a vender casi de inmediato, lo cual hizo bajar el precio de los bonos de deuda argentinos y
creó temor de que Argentina no puede afrontar sus pagos.
Los 1.000 millones de dólares pagados por Caracas a Buenos Aires servirían serían los mismos
que ahora utilizaría el gobierno de Cristina Fernández para comprar deuda y enviar una señal de
tranquilidad a los mercados.