El pasado lunes se presentó en el Ministerio de Salud de la Provincia un informe elaborado por un grupo de instituciones científicas que investigaron la presencia del genoma del virus Sar-Cov-2 (coronavirus) en el lago San Roque.
La principal conclusión a la que arribó el estudio es que no se detectó hasta el momento presencia de coronavirus en las aguas analizadas. Sin embargo, el lago continuará siendo monitoreado durante todo el 2021.
El proyecto se enmarca en un trabajo de investigación liderado por el Instituto Vanella para evaluar la circulación del virus SARS-CoV-2 en los efluentes cloacales y la participación de aguas residuales como potencial fuente de exposición al virus. El mismo se lleva a cabo en la ciudad de Córdoba y también en el valle de Punilla.
Del estudio en el San Roque participaron el propio Instituto de Virología ‘Dr. J.M. Vanella’ (InViV) de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC, el Ministerio de Salud de Córdoba, el Laboratorio Central de la Provincia, la Universidad Nacional de la Defensa-Instituto de Medicina Aeronáutico Espacial (Undef) y el Observatorio de Salud del Grupo de Fundaciones y Empresa.
Gisela Masachessi, doctora en Ciencias Biológicas y responsable del estudio, explicó que el Sars-Cov2, responsable de la enfermedad Covid-19, “tiene la capacidad de multiplicarse en el intestino y tanto es así que ya se conoce que es posible encontrarlo en las aguas residuales. Desde el principio de la pandemia se sabe que el virus no solo se elimina por vía respiratoria, sino también por materia fecal. Por tal motivo se realizan este tipo de estudios”, comentó la profesional a PERFIL CÓRDOBA.
“Nuestras aguas regeneradas son volcadas a aguas superficiales, entonces puede pasar que el virus que estas arrastran pueda impactar en aguas superficiales. Además, cursos de aguas son impactados por aguas negras clandestinas, que se vuelcan sin tratamiento alguno. Entonces, con nuestro grupo de investigadores en el Instituto Vanella desde 2010 venimos estudiando los virus en el ambiente. Tenemos una línea de investigación que se llama virología ambiental, con estudios que incluyen aguas superficiales y de riego. En tanto, desde 2012 estudiamos el lago San Roque, donde estamos buscando todos nuestros virus entéricos, como rotavirus, adenovirus, enterovirus, hepatitis A, hepatitis E y otros virus emergentes”.
Para el estudio se tomaron muestras de ocho puntos designados estratégicamente, entre los que se contó la desembocadura de los ríos Cosquín y San Antonio. Un punto ubicado al medio del lago y otro en el paredón del dique, que permite ver cómo sale el agua del San Roque hacia el río Suquía, entre otros. En ninguno de ellos se detectó la presencia del genoma del coronavirus.
Capacidad de infectar. Masachessi explicó que aun si apareciera el genoma, el estudio posterior que se debería realizar es si este tiene la capacidad de generar un contagio. “En principio creemos que sería difícil, pero en caso de que encontráramos este genoma del virus, el estudio que debemos realizar es a través de técnicas celulares y determinar si este virus tiene la capacidad de mantenerse entero y viable como para generar infección en una persona expuesta a esas aguas”, precisó.
El estudio se puso en marcha en octubre de 2020 y continuará a lo largo del presente año. “La idea es darle continuidad a este estudio durante 2021 porque no sabemos qué es lo que va a pasar este año con la pandemia. Por tal motivo vamos a seguir monitoreando lo que ocurra en el San Roque”, finalizó.