El procesamiento del fiscal federal de San Francisco, Luis María Viaut (59), transformó a los tribunales en un hervidero. La semana pasada, este medio informó en exclusiva la decisión del juez subrogante en esa sede federal, Roque Rebak, de dictar el procesamiento de Viaut; de un empleado de la fiscalía, Darío Fabián Rivarola, y de otras cuatro personas que, en dos circunstancias diferentes, habrían pagado coimas o a quienes les habrían ofrecido beneficios a cambio de dinero.
El eje central de ambos hechos es Viaut y Rivarola, el ordenanza de la fiscalía a quien él define como “un amigo”. Desde que fueron imputados, ambos están de licencia y no ejercen sus funciones.
PERFIL CÓRDOBA mantuvo un diálogo a fondo con el fiscal procesado. Admitió que cobró por asesorar a una persona, pero que eso no es delito. Dijo que está pensando en jubilarse, a pesar de no alcanzar la edad y que está dispuesto a ir a un juicio. Y sembró de sospechas a entornos políticos, judiciales y periodísticos de San Francisco, a quienes apuntó como los artífices de la denuncia que lo compromete.
Los hechos por los que está acusado son dos, ocurridos el año pasado. El primero fue en junio. Según la acusación, por intermedio de Rivarola, Viaut habría pedido $2,5 millones al gerente de la cooperativa de Las Cañitas, Pablo González, y al presidente de la entidad, Juan Domingo Solá, para frenar una causa judicial por presuntas irregularidades. Viaut niega haber tenido alguna participación.
El segundo, en septiembre, el empresario Víctor Hugo Brugnoni pagó US$17.100 para que liberen al hijo en una causa radicada en la Justicia provincial.
—¿Con qué argumentos apeló el procesamiento que le dictó el juez federal Roque Rebak?
—En lo que se referencia como primer hecho no existe ningún elemento que me vincule, ni siquiera una mención. Lo único que hay es una llamada dos horas antes de la presunta reunión de Rivarola con Badino (intermediario) y otra, una hora después, pero no está el contenido. Dan por supuesto que yo le digo que les cobré un dinero y que después le pregunto cómo le fue. El mismo González (denunciante) dijo en una entrevista que no me conoce. Además,hay una prueba que nos negaron arbitrariamente y es fundamental para la defensa: el hecho de que no había ninguna causa, ni investigación preliminar, ni informe de Afip, contra (la cooperativa) Las Cañitas.
—¿Cuál es su vínculo con Rivarola?
—Él es ordenanza de la fiscalía y tenemos una relación de amistad. Es una persona que por el tema del fútbol, conoce desde el intendente hasta los presos. Incluso nos consiguió teléfonos de gente investigada, para intervenir. Es una persona muy conocida de la localidad.
—¿Es habitual que un ordenanza, por sus contactos, consiga teléfonos para un magistrado o funcionario judicial?
—Cuando tenemos que buscar un teléfono y no lo conseguimos, de algún modo lo ubicamos. Él pregunta, conoce, no es que los consigue con herramientas cibernéticas.
—Rivarola, un amigo comolo ha definido, ¿puede haberlo invocado dolosamente con algún fin espurio?
—Me dijo que no lo hizo. Yo no estuve ahí. No estoy mencionado en la grabación ni en el eventual pedido de Badino a González. Si usted escuchó el audio, en dos o tres oportunidades, González le habla de un “reconocimiento de mi bolsillo” y se lo ofrece en varias oportunidades. Al margen, si lo hizo fue de manera autónoma.
—¿Conoce a Pablo González y a Juan Domingo Solá, de la cooperativa Las Cañitas?
—No los conozco, ni a ellos ni a Badino.
—Hay otro hecho por el que lo acusan: haber cobrado US$17.100.
—Un amigo carnicero, de Las Varillas (Gerardo Panero), me llama y me dice que hay un señor que tiene un problema con un hijo. Si bien tiene su abogado, quiere ver qué manera puede haber para liberar al hijo. Buscaba asesoramiento, una presentación, algo lógico cuando está en una situación comprometida. Como cuando uno tiene un problema de salud grave: tiene al médico, pero apela a la curandera para salvarse. En este caso, se solicitó un dinero para las gestiones, se trató de asesorarlo. Se le dio la posibilidad que salga invocando el tema Covid, pero es una cosa totalmente ajena a mi función. Yo no tenía competencia en la causa, no tenía injerencia. Nunca hablé con un fiscal o un juez. No los conozco, ni correspondía. Pero por esto no corresponde el tráfico de influencia que se me achaca. El expresidente de Francia, Nicolás Sarkozy, fue acusado de ese delito. Ocurre cuando uno tiene un poder determinado sobre alguien que le puede arrancar algún tipo de resolución favorable o desfavorable para algo. Yo no tengo poder de influencia sobre nadie en el Poder Judicial. El tipo penal exige que sea un funcionario público y ni siquiera está determinado a quién iba a influenciar eventualmente, ni qué tipo de resolución quería arrancar. Además, era una causa perdida. Un chico acusado de una violación que se había escapado a Formosa. No era sacar caramelos de un kiosco.
— ¿Y la plata que cobraron, a dónde fue?
—Una parte es mía, otra fue para un abogado que se consultó y una parte para el chico que me contactó, Panero (el carnicero).
—¿Usted dice que esto no es tráfico de in luencia , pero que cobró por un asesoramiento?
—Sí.
—¿Puede hacerlo? ¿No es incompatible con su función?
—Si se quiere, es posible una sanción administrativa.
Menciones al fiscal Bernardo Alberione
En la entrevista, Viaut mencionó intereses en su contra del fiscal provincial Bernardo Alberione. Señaló que en la causa por narcotráfico que él investigó contra el dirigente del club Sportivo Belgrano, Pablo Esser, hay escuchas entre miembros de la banda y el secretario de la fiscalía de Alberione. Y abrió un abanico de relaciones detrás de las acusaciones.
—Usted dice que no cometió delito, entonces, ¿por qué terminó en esta situación, procesado?
—Hay una clara intervención de Hugo Grassino con Julián Medina, del portal ‘El Tiempo’ que me ataca. Grassino es un estafador, un extorsionador. Surge claro que ellos le giraron informes falsos a la doctora de Villa María (fiscal María Schianni) sobre que yo pedía dinero en las causas. Incluso dicen en una parte: “En la causa de dólar, le pongo que también pidió plata, total sirve igual para Villa María”.
—¿Usted dice que esta gente le mandó información falsa a la fiscal que lo imputó?
—Sí. Y quien le decía si había que esperar o tenían que hablar era (el fiscal provincial, Bernardo) Alberione. Qué casualidad que el hijo es el que hace la denuncia de Las Cañitas. Esto surge de los dichos de Grassino y Medina. Cuando me entero de la denuncia de Villa María, yo hablo con Rivarola y le digo: ¿Sabés quién está detrás de todo esto? Hugo Grassino. Yo no lo puedo probar, pero él supo pedir plata a nombre mío en la ciudad y usaban el diario como medio de presión. Yo estimo, y así lo relaciono, Alberione puede tener interés para que no se investigue la vinculación del secretario de su fiscalía, cuando sale hablando con los narcos que les preguntan si hay causa contra ellos. En la última parte de la conversación, Medina dice: “Si Alberione quiere que trabaje para él que me pague un sueldo”. Y afirman: “Al final la fiscal (Schianni) no hizo lo que nos prometió. Esto tiene que reventar antes de fin de año para que este hdp no se vaya con la plata de los giles”.
—¿Qué vínculo tiene Grassino con Alberione?
—Fíjese que en otra desgrabación que hay, Grassino habla con otro y le pregunta por un tal De Franceschi, que es hijo de un político de acá (NdeR: Se refiere al exfuncionario municipal Javier De Franceschi) y le dice: “No te hagas problema porque con Alberione no tengo inconvenientes. Si no fuese por Huguito Grassino –referenciándose a sí mismo– estaría preso”.
—¿Es un lobista?
—Es un lobista. Cuando (Martín) Llaryora se postulaba para Córdoba, comenzó a tirar mugre acá. Es una persona que no tiene profesión, no tiene trabajo.
—¿Piensa renunciar o jubilarse?
—A este paso, sí. Con la reforma de la ley ya no nos jubilamos a los 60, pero hay una escala. Con lo que hay en la causa eventualmente si me toca ir a un juicio, voy a un juicio. Estoy convencido de que no he cometido ningún delito.
—Ya está curtido, tiene el antecedente del caso Carrasco.
—Nunca llegué hasta tanto. Tuve presentaciones, denuncias, incluso del ‘amigo´’ (el juez jubilado, Mario) Garzón. Pero como esta, la verdad que no.
MAPA DE LA CAUSA
Procesados
Luis María Viaut, Darío Fabián Rivarola, Santiago Badino, Gerardo Agustín Panero, Walter Gustavo Fattore y Víctor Hugo Brugnoni,
Los hechos
◆ Presunto pedido de coimas por $2,5 millones a dirigentes de la Cooperativa Las Cañitas de El Tío. La denuncia fue presentada por Pablo González, gerente de la entidad, con el patrocinio letrado del abogado Juan Alberione. Por este hecho están acusados el fiscal, Rivarola y Badino.
◆ Presunto pago de una coima de US$17.100 para beneficiar la situación procesal de un joven acusado por una fiscalía provincial de un hecho de abuso sexual. Además del fiscal y Rivarola, están acusados Panero, Fattore y Brugnoni. Este último es el padre del muchacho detenido y quien habría pagado el dinero solicitado.
Delitos
Tráfico de influencias, concusión (extorsión) y cohecho.
El expediente
Se tramita en el juzgado Federal de San Francisco, subrogado por Roque Rebak. Participa la fiscal federal subrogante, María Schianni, quien reemplaza en el puesto a Viaut, de licencia a partir de su imputación. Recientemente, Rebak dictó procesamientos con mantenimiento de libertad de todos los acusados y fijando fianzas millonarias a cada uno de ellos. Las defensas presentaron apelaciones que deberá resolver la Cámara Federal de Córdoba.