CULTURA
A partir de junio

Gabriela Rangel renuncia a su cargo como directora artística del Malba

Este jueves se anunció el final del breve ciclo de la curadora e investigadora venezolana como directora artística del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). Los detalles de esa decisión.

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La venezolana Gabriela Rangel había asumido como directora en septiembre de 2019 en lugar del Agustín Pérez-Rubio. | TELAM

Este jueves se anunció el final del breve ciclo de la venezolana Gabriela Rangel (Caracas, 1963) como directora artística del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). Desde la institución comunicaron que, a dos años de su nombramiento, Rangel dejará su cargo a partir de junio. La pandemia de coronavirus signó más de la mitad de la gestión de la curadora e investigadora venezolana, que había asumido en septiembre de 2019 en lugar de Agustín Pérez-Rubio.

“Tomo esta decisión en un momento singular e impredecible –expresa Rangel en el comunicado oficial del museo–. He aprendido mucho de esta experiencia que me ha abierto a otros caminos profesionales. Agradezco al equipo del Malba, a mis colegas y colaboradores de la comunidad artística internacional, a la presidencia y la junta directiva, el Comité de Adquisiciones y la Asociación de Amigos y a la comunidad artística e intelectual de Buenos Aires por su cálida hospitalidad durante mi estadía en esta ciudad. Me voy con una inmensa gratitud hacia la Argentina por esta oportunidad”. Desde el Malba, se informó que por el momento Rangel no concederá entrevistas ni responderá preguntas de la prensa. Trascendió que se instalará en Nueva York con su pareja.

La presidenta de la Fundación Malba desde noviembre de 2020, Teresa Bulgheroni, señaló que había sido “un enorme placer” trabajar con Rangel, “una profesional comprometida que puso a disposición todo su conocimiento y experiencia internacional aportando una nueva mirada a nuestra escena”. En octubre de 2020, cuando tuvo lugar el femicidio de Silvia Saravia a manos de su esposo, el empresario Jorge Neuss, Rangel compartió una emotiva (e indignada) despedida en su muro de Facebook, que fue replicada por medios de comunicación.

Desde junio, la curadora venezolana continuará trabajando con el equipo del museo para concluir colaboraciones en marcha. Mientras tanto, el Malba ya inició la búsqueda de un o una reemplazante. Antes de Rangel y Pérez-Rubio, Marcelo Pacheco (que perfiló el modelo de gestión del museo) se desempeñó como curador en jefe de 2003 a 2012, luego del paso de Agustín Arteaga en ese rol, de 2001 a 2002. 

De la gestión de Rangel, se puede destacar que (por la pandemia) tuvo que desarrollar en simultáneo una doble programación: una presencial y otra virtual. De esta última, los ciclos La historia como rumor  –suerte de archivo digital de las performances realizadas por artistas de América Latina y el Caribe, como la cubana Tania Bruguera, la guatemalteca Regina José Galindo y Batato Barea–  y el almodovariano Hable con ella, donde artistas y escritores argentinos y latinoamericanos “dialogaban” con obras del patrimonio del Malba. De este ciclo participaron Mariana Dimópulos, Max Gómez Canle, Luciana Levinton, Antonella Costa y Paola Vega, entre muchos otros. 

En relación con el patrimonio, Rangel elaboró junto con curadoras del museo un nuevo guion de la colección del Malba con la muestra Latinoamérica al Sur del Sur, concebida desde una perspectiva crítica de los modernismos. En este período, signado por los reclamos del feminismo, el Malba adquirió obras de la mexicana Maris Bustamante, Marcia Schvartz, el peruano Martín Chambi, el venezolano Sharoanawe, Graciela Sacco y la portorriqueña Sofía Muriente, entre otros. También proyectó el programa Paralelo 1//3, con la exhibición Fuera de serie de las artistas Alejandra Seeber y la brasileña Leda Catunda. En la explanada del museo, Rangel instaló Leverage (Palanca), obra participativa del artista mexicano Pedro Reyes. Con la muestra Terapia ¬–inaugurada en marzo y elaborada junto con Verónica Rossi y Santiago Villanueva– se concretó un proyecto de investigación de casi dos años donde se aborda la relación de la disciplina creada por Sigmund Freud a fines del siglo XIX con una joven paciente llamada República Argentina.