Boca cayó 1-0 ante Racing en La Bombonera y quedó eliminado en las semifinales del Torneo Clausura. Más allá del rendimiento irregular del equipo y del gol que selló la clasificación de la Academia, el foco del partido terminó puesto en una decisión del cuerpo técnico de Claudio Úbeda: la sorpresiva salida de Exequiel Zeballos, un cambio que desató una inmediata y contundente reprobación de los hinchas.
El debate por el cambio de Zeballos, bajo la lupa de Cuesre lo que cuestre
El ciclo venía mostrando cierta estabilidad luego del golpe que significó la muerte de Miguel Ángel Russo. Boca había encadenado buenos resultados y parecía haber recuperado una idea clara de juego. Sin embargo, la semifinal volvió a traer una desconexión táctica que sorprendió a propios y extraños.
El cuerpo técnico creyó ver un escenario del partido que nadie más vio. Una especie de “minoría esclarecida”, como se denomina en la teoría política a quienes interpretan la realidad de un modo completamente distinto al consenso general. El problema para Boca fue que esa lectura no coincidió con el sentir del estadio ni con lo que ocurría dentro de la cancha.
El punto de quiebre llegó con la decisión de reemplazar a Zeballos, uno de los futbolistas más desequilibrantes del equipo y uno de los pocos que estaban generando peligro. Cuando el cartel del cambio se levantó, la reacción fue inmediata: una reprobación masiva que retumbó en toda La Bombonera. No se recuerda un rechazo tan contundente a una modificación táctica en un partido de esta magnitud.
"Muy triste, pero...": el descargo del Changuito Zeballos tras la eliminación de Boca
La eliminación duele, pero el debate que quedó abierto tiene que ver con la conducción futbolística: por qué se tomó una decisión tan opuesta a lo que pedía el partido y qué impacto tendrá en un plantel que había empezado a reconstruirse. Boca, otra vez, se fue de una semifinal con sensaciones de desconcierto y la certeza de que, además del resultado, hubo un daño colateral que no pasó inadvertido.
BP/ff