Hay otro Independiente. Aquel equipo temeroso e inseguro de las primeras fechas, ayer mostró otra cara. Este Rojo sabe lo que quiere y aunque no brilla es efectivo.
Ayer el equipo de Julio César Falcioni le ganó 1-0 a Newell’s y sumó su tercer triuno consecutivo, racha que hace un par de semanas parecía una utopía.
Diez minutos tardó Independiente para sacar ventaja. Resultado de la presión que provocó y la ambición que mostró, Palacios definió una jugada que había arrancado Saltita González con un preciso pase a Silvio Romero.
A partir del 1-0 el equipo de Falcioni se retrasó. La idea no era asfixiar a Newell’s, si no aprovechar los espacios de contra.
Y así llegó el segundo: Fabricio Bustos robó una pelota en el mediocampo, tiró una pared, llegó al fondo y definió por sobre el arquero.
La disciplina del Rojo se vio beneficiada por las desprolijidades del fondo del equipo rosarino. De hecho, los dos goles llegaron por el lateral izquierdo de la defensa, donde Lema y Orihuela nunca lograron hacer pie.
Con esta derrota, Newell’s sigue hundido en la intrascendencia. Sacó sólo un punto en cuatro partidos y el entrenador Frank Kudelka sigue en la cuerda floja.
Otro Rojo. La gran diferencia entre el triunfo en Rosario y los anteriores, es que anoche Independiente ganó con autoridad, mientras que en las fechas anteriores, cuando superó a Patronato y Gimnasia, no le sobró nada.
Con el 2-0 a favor, en el segundo tiempo Independiente no sufrió sobresaltos. Para los rosarinos el golpe parecía irreversible. Empezó a controlar el espacio y la pelota, pero fallaba en los metros finales y no lastimaba al fondo del equipo de Falcioni.
Hasta que llegó el gol de Maxi Rodríguez, un cabezazo adentro del área. El descuento le dio impulso a Newell’s y adrenalina a un partido que parecía liquidado. Sin embargo, el final fue para el Rojo.