El invicto chubutense Omar Narváez (30-0-2, 19 ko's) reavivó su romance con el Luna Park porteño, el escenario clásico del boxeo argentino, al conservar por decimosexta vez el título mundial mosca OMB noqueando al mexicano Omar "Lobito" Soto (17-5-1, 11 ko's) en el undécimo round de un duelo emocionante.
Recientemente distinguido como uno de los siete súper campeones de la actualidad, el sureño se reencontró en una noche inolvidable con el público que lo vio coronarse el 13 de julio de 2002, cuando se impuso por puntos al nicaragüense Adonis Rivas.
Hacía dos años, desde que prevaleció frente al colombiano Walberto Ramos en las tarjetas, que "El Huracán" no boxeaba en el estadio de Corrientes y Bouchard. En cambio, realizó varias de las mejores exhibiciones de su carrera en Europa y también en el sur del país, en donde es local absoluto.
Justamente, uno de los interrogantes que planteaba la velada era si el favorito conseguiría generar en el centro de la Ciudad de Buenos Aires la misma euforia que despertó en Chubut, y el público le respondió de la mejor manera.
Un lleno total, los entusiastas gritos de "ole" que acompañaron a lo largo del duelo a sus combinaciones ofensivas, fintas y visteos, seguidas por un nocaut brillante y una ovación acorde al mismo, lo encumbraron como uno de los deportistas más convocantes y representativos de la nación, como en otra época lo fue Nicolino Locche.
No conforme con esto, el primer argentino de la historia en ser reconocido como un súper campeón batió otro récord más a nivel doméstico, ya que ante el azteca sorteó su decimoséptima pelea mundialista y así superó la marca que compartía con Juan Martín "Látigo" Coggi, ex titular welter junior AMB, y Santos Benigno Laciar, quien reinó entre los moscas de la AMB y los súper moscas del Consejo.
(*) de agencia DyN