DEPORTES
Uno de los seis grandes originales, de regreso

Son los fantasmas del Globo, que no descansan en paz

Después de cuatro temporadas en el ascenso, Huracán vuelve a la categoría que le corresponde por historia. El espíritu de sus viejas glorias volvió ahacerlo posible,reencarnando una vez más enpibes con alma y juego de Primera.

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El gran equipo con el que Huracn dio ctedra futbolstica y fue campen en 1973. | CeDOC

“Sepan aquellos que no estén al corriente,
que el Globo del que estoy hablando, fue
un club de fútbol preferente
que iluminaba el campeonato de Primera”


Así, parafraseando al gran Joan Manuel Serrat y su tema “Los fantasmas del Roxy”, podría comenzar el relato de las peripecias de un club que supo ser bien grande, pero que, por acción y omisión de dirigencias que no supieron encauzar correctamente aquella grandeza, cedió poder de un modo en que a punto estuvo de llevarlo a su desaparición.

“Villanos en cinemascope.
Hermosas damas y altivos
caballeros del sur,
tomaban el té en el Roxy
cuando apagaban la luz”


Del mismo modo que en ese cine del que habla Serrat, los fantasmas de sus viejas glorias eran efectivamente lo único que parecía quedarle a Huracán cuando, allá por 2003, el club de Parque Patricios descendía luego de protagonizar una de las peores campañas de su historia.

Atrás, muy atrás en la historia y en los sueños de sus hinchas, aunque siempre presente en el recuerdo emocionado de todos los amantes del buen fútbol, había quedado en efecto para entonces aquel gran equipo campeón de 1973, que con César Luis Menotti como técnico obtuviera el único título del club en Primera del profesionalismo.

Sin embargo, los fantasmas de René Houseman, Miguel Brindisi, el actual presidente Carlos Babington y los demás héroes de aquel conjunto espectacular de la primera mitad de los ’70 seguían allí, correteando por el estadio Tomás Ducó, haciéndole gambetas a la crisis que tenía al borde del colapso no sólo al club, sino a todo ese barrio del que Huracán es sinónimo.

"Cuentan, que al ver a Clark Gable en persona
en la cola de la ventanilla dos,
con su sonrisa ladeada y socarrona,
una cajera se desparramó"


También andaban por ahí, en ese momento de tristeza para toda la barriada de Parque Patricios, los espectros de otros grandes del “Globo” y del fútbol argentino todo como Guillermo Stábile, Cesáreo Onzari, Herminio Masantonio, Emilio Baldonedo, Jorge Alberti, “Tucho” Méndez y Llamil Simes.

Ahí estaban todos, como exponentes claros de una grandeza que arrancó en el amateurismo, cuando con la obtención de cuatro torneos de Primera (1921, 1922, 1925 y 1928) el club se convertía en uno de los seis “grandes” originales del fútbol argentino.

"No tuvo nunca el sabor del Selecto
ni la categoría del Kursaal,
pero allí fue, donde a Laureen Bacall
Humphrey Bogart le juró amor eterno
mirándose en sus ojos claros...
Y el patio de butacas
aplaudió con frenesí,
en la penumbra del Roxy,
cuando ella dijo que sí"

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Ya en la era profesional, aquellas viejas conquistas de los años '20 no pudieron impedir que las malas administraciones y la pérdida de protagonismo en los campeonatos de Primera comenzaron a llevar por mal camino al club, que comenzó a festejar en forma mucho más aislada e incluso a tutearse con el peligro de la pérdida de categoría a partir de fines de los ‘40.

Pero ahí andaban los fantasmas del Globo para hacerlo levantarse y andar. Y no sólo cuando las luces se apagaban en el estadio Tomás Ducó. También, en cada aparición desfachatada de un nuevo producto de las inferiores del club, que nunca se cansaron de producir grandes figuras para deleite del fútbol argentino y mundial.

Después de resurgir en los años ’70 con aquel gran equipo que peleó varios campeonatos, sin embargo, Huracán volvió a experimentar un declive que terminó condenándolo a sufrir su primer descenso de la historia al cabo de la temporada 1985/86, cuando Deportivo Italiano en la cancha de Vélez lo condenaba a jugar por primera vez en el Nacional B.

“Yo fui uno de los que lloraron
cuando anunciaron su demolición,
con un cartel de ‘Núñez y Navarro,
próximamente en este salón’”


Como ante aquel de 1986 o el no menos doloroso de 1999, muchos lloraron en 2003 cuando el tercer descenso de Huracán quedó decretado. Pero ahí andaban los fantasmas del Globo. Prontos a encarnar de nuevo en pibes con ganas y juego de Primera, del mismo modo en que ya lo habían hecho para que el club volviera dos veces al fútbol "grande" como campeón del principal certamen de ascenso.

Esta vez, claro, y aunque igual iba a jugar de nuevo un papel fundamental en el asunto por esos caprichos del destino, ya no estaba el “Turco” Mohamed para meter goles a montones y hacer subir al “Globo” como en 1990. Ni “Lucho” González y Gastón Casas, como en aquel equipo que ganó casi de punta a punta el torneo de la B Nacional en la temporada 1999/2000.

Sólo era cuestión de tiempo, sin embargo, para que nuevas esperanzas como Mauro Milano y Joaquín Larrivey surgieran de la cantera huracanense. Y para que, de su mano, el club de Parque Patricios conquistara esta nueva vuelta a la división que, por historia, sin dudas le corresponde.

“Así que no se espante, amigo,
si, mirando un partido,
se le aparece Houseman...
Son los fantasmas del Globo,
que no descansan en paz”