Hace una semana, el vicepresidente del Banco Central, Gustavo Cañonero, se reunió con Alejandro Werner, el jefe del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional para darle seguimiento al acuerdo de la Argentina con el organismo, que hasta ahora ha mantenido tranquilo al dólar y en general genera una evaluación positiva tanto en el FMI como en el Gobierno.
Sin embargo, los funcionarios argentinos se quedaron sorprendidos por la bronca que mostraba en cada una de sus reflexiones Werner, con una mezcla de ira y desazón. Por un lado, aún guardaba enojo muy fuerte con la conducción y todo el equipo anterior del ente monetario por cómo incumplieron el convenio, en especial por las intervenciones no autorizadas en el mercado cambiario que en definitiva terminaron eyectando a Luis Caputo del BCRA.
Y por otro, exhibía una sincera disconformidad por cómo el directorio del organismo, el ala política que expresa la voluntad de los gobiernos de países aliados de Mauricio Macri, imponían la necesidad de un "rescate" financiero a toda costa para la Argentina.
Ese clima, que podría ser una anécdota en un contexto en el que hasta el aumento del dólar de esta semana las variables estuvieron bajo control, expresa crecientes diferencias entre el staff y el equipo económico en al menos tres ejes:
- ¿A qué velocidad seguir estimulando una baja de tasas de interés? En el Gobierno la semana pasada ya hicieron saber que a partir del 4 de diciembre, cuando se difunda el nuevo Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), la intención es acentuar la reducción del costo del dinero y perforar el piso del crédito del 60% convenido con el organismo hasta fin de año. Ahí hay un punto de tensión. De hecho, en el staff report, el organismo habla de este año una tasa de interés real (arriba de la inflación) de más del 30%.
- ¿Cuál va a ser el comportamiento de la actividad económica entonces en 2019? La mirada del FMI es que la actividad económica sufrirá también el año que viene y pronostica un retroceso del 1,8% del PBI. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, cree que habrá una fuerte recuperación desde marzo. Ese es otro punto que implica diferencias sobre la profundidad del ajuste fiscal y la política monetaria.
- Y otra diferencia se anticipa ante la consideración de que hay creciente "riesgo político", como llaman los inversores financieros, y de que en algún momento del próximo trimestre quizás haya necesidad de intervenir en el mercado cambiario. “Si hace falta va a intervenir vendiendo dólares el Tesoro”, dice un alto directivo del Banco Central. “Y nosotros intervendremos en futuros”. ¿Y si el FMI se opone, como en la gestión Caputo? Habría que reconversar algunos párrafos del acuerdo, reconocen.
En el BCRA asumen que buscarán que el Tesoro venda US$ si hay corrida
Banco Nación. Y otro reflejo del malestar surge del Banco Nación, que conduce Javier González Fraga, que afirma que hay una baja de liquidez en el horizonte producto de las políticas originadas por el acuerdo con el FMI. Los depósitos del Tesoro Nacional en el BNA le generan capacidad prestable a la entidad, dice. "Y el FMI pide que no se use", explicó el banquero. Eso obligará al banco a buscar otras formas de capitalizarse aunque en el libro del FMI, el Nación es una amenaza porque genera “expansión monetaria” con sus créditos para la actividad productiva.
En las recomendaciones a Hacienda, el FMI señaló que a nivel internacional eso no pasa. Suelen estar en los Bancos Centrales y por lo tanto, no se vuelcan a créditos. “No genera expansión monetaria”, señaló González Fraga, que reconoció que los fondos que el Tesoro tiene en el BNA representan un tercio de los fondos del banco.
El presidente de la entidad se reunió con Roberto Cardarelli, el jefe del staff Argentina del FMI, el jueves 12. Por ahora, la "recomendación" no impide que el BNA preste. Pero en los próximos años dejarán de contar con esa fuente.
Hacienda ve “suba acotada” del dólar
A pesar de cuatro días de suba del dólar, en el Gobierno dicen estar tranquilos. La divisa saltó hasta los $ 38,50, más del 7% en la semana, y generó dudas sobre si se terminó la pax financiera de la gestión del Banco Central.
En el Ministerio de Hacienda, aseguran que este tipo de movimientos del tipo de cambio no deben tomarse como algo “tan peligroso o fuera de lo habitual” y resaltan que en realidad en el mes pasado el tipo de cambio bajó cuando se estableció una pauta de ajuste mensual del 3%.
También consideraron que se mantuvo muy bajo en gran parte de noviembre, sin mayor injerencia del ajuste mensual pactado en la banda de flotación con el FMI.
Igualmente, se admite que pudo haber algo de desarme de posiciones de “carry trade” en los últimos días, producto de tasas más bajas, lo que hizo que esos pesos dejaran la colocaciones en moneda local para pasarse al billete estadounidense.
“Pero ha sido de un efecto acotado. No hay nada extraño realmente”, concluyó la misma fuente, pese a que economistas ven riesgos.