El Banco Mundial acaba de publicar su habitual Informe sobre la situación económica mundial y sus perspectivas de corto plazo (Global Economic Outlook, Enero 2021). Por su amplitud y profundidad, dicho documento provee información de significativa importancia en materia de construcción de escenarios futuros a nivel internacional y regional.
Señalando un conjunto de prioridades inmediatas (la limitación de la difusión del virus COVID-19, el alivio de la situación de las poblaciones vulnerables, y la superación de los desafíos vinculados con la vacunación), el Banco ha estimado que el PBI real mundial, luego de una caída del 4,3% en 2020, aumentará el 4,0% y el 3,8% en 2021 y 2022, respectivamente, bajo su denominado Escenario Base (el que cubre 182 países, y se elaboró como un agregado de escenarios nacionales individuales). Se ha considerado así que el nivel global de actividad permanecerá por debajo de las proyecciones pre pandemia debido a los efectos duraderos de la crisis, y que el crecimiento mundial potencial se verá perjudicado en el mediano plazo.
El Banco Mundial ve un panorama sombrío en la economía global
En lo particular, el Banco ha proyectado crecimientos del PBI real del 3,5% y 3,3% en 2021 y 2022, respectivamente, para los Estados Unidos (después de un retroceso del 3,6% en 2020); y del 3,6% y 4,0% en los mismos períodos para la Eurozona (luego de una caída del 7,4% en 2020). En el caso de China, se ha previsto que su PBI real se incremente el 7,9% y el 5,2%, respectivamente, durante los años 2021 y 2022 (habiendo experimentado un crecimiento del 2% en 2020, lo cual es indicativo de su pronta recuperación a partir del segundo semestre del año pasado).
En el plano regional, el Banco ha estimado que América Latina y el Caribe (sin incluir Venezuela) se expandirán 3,7% y 2,8% en 2021 y 2022 (por debajo del desempeño mundial esperado), después de un retroceso del 6,9% en el 2020. Esta recuperación, aunque modesta, se prevé en función del relajamiento de las medidas restrictivas adoptadas durante la pandemia, el avance de la vacunación, la suba del precio de las materias primas, y la mejora de las condiciones externas.
Más específicamente, el Banco ha anticipado que el PBI real de Argentina (después de una caída del 10,6% en 2020) se incrementará un 4,9% en 2021 y volverá a crecer un 1,9% en 2022. A su vez, el PBI real de Brasil, nuestro principal socio comercial, aumentará el 3,0% y el 2,5% en 2021 y 2022, respectivamente (luego de caer el 4,5% en 2020). Chile y Uruguay, por otro lado, también volverán al crecimiento en el curso del presente año.
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Debe subrayarse, no obstante, que las proyecciones citadas podrían verse afectadas negativamente en caso de que la evolución de la pandemia derive en la reinstalación de medidas restrictivas. De hecho, el Banco ha señalado que se ha verificado una suba en la severidad de dichos controles a partir de noviembre del año pasado.
Cabe consignar que, en el caso argentino, ya se han reintroducido ciertas limitaciones, evidenciadas por el cierre de las fronteras y las restricciones impuestas a la circulación de la población. Por otro lado, si bien durante el año 2020 el Gobierno Nacional realizó gastos vinculados con la pandemia por un monto del orden del 4,7% del PBI (por encima de un billón de pesos, en su mayoría destinados a los programas IFE y ATP), el Presupuesto General de la Administración Nacional para el Ejercicio 2021 recientemente aprobado no prevé ningún tipo de erogaciones a este respecto. Considerando que en 2020 el IFE alcanzó a casi nueve millones de personas y que el ATP asistió a un promedio mensual de dos y medio millones de trabajadores formales (empleados en 236.000 empresas promedio mensual), las eventuales deficiencias en la asistencia al sector privado, en un contexto de rebrote del virus y consiguiente reinstalación de medidas restrictivas, podría representar una seria amenaza para la recuperación del nivel de actividad económica para el año en curso.