ECONOMIA
Negociaciones

Deuda: los tres dólares que separan un acuerdo del default

Es la diferencia entre la contrapropuestas de acreedores y la oferta oficial. En términos de flujo son US$ 1.000 millones en lo que resta del gobierno de Fernández, y unos US$3.200 millones hasta 2027.

Ministro de Economía Martín Guzman, durante una entrevista con Bloomberg.
Ministro de Economía Martín Guzman, durante una entrevista con Bloomberg. | Erica Canepa/Bloomberg

La contrapropuesta de canje de deuda presentada por los tres principales grupos de acreedores implica una diferencia de entre US$3 y US$ 3,5 con la última oferta presentada por el gobierno, y en términos de flujo unos US$ 1.000 millones en lo que resta del mandato de Alberto Fernández, según los cálculos de analistas, con lo cual en el mercado alegan que “sería ridículo” no alcanzar un acuerdo para evitar el default.

Pese a que el presidente Alberto Fernández, y el Ministro de Economía, Martín Guzmán reafirmaron que la última oferta es “el máximo esfuerzo” del país, el sentimiento que reina en el mercado es que finalmente ambas partes cederán algo más, y especulan que  la brecha económica que hoy los separa se partirá en “un punto medio”.

Como reflejo de ese optimismo, las acciones argentinas que cotizan en Wall Street subieron hasta 8,7%, los bonos repuntaron hasta 2,1%, y cayó el riesgo país.

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“La propuesta de los bonistas tiene un Valor Presente Neto (VPN) de US$ 56,8 a un exit yield (tasa de salida) de 10%, y US$ 48,6 al 12%, una diferencia de entre US$3 y-US$ 3,5 respecto de la última oferta que hizo el gobierno. A esta altura la distancia entre las partes es mínima y nos encontramos demasiado cerca de un acuerdo, es momento de concretarlo”, señaló el grupo SBS.

 

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Al comparar la contrapropuesta de bonistas con la oferta oficial, Nery Persichini, de GMA Capital, indicó que “en flujos, la distancia involucra US$ 1.000 millones en los próximos 4 años y US$ 1.600 millones en toda la vida de los bonos”, y acotó que “es difícil pensar que los US$ 3 que faltan, o menos si dividieran la diferencia, podrían implicar riesgo de sostenibilidad” por lo que cree que “la última palabra la tiene la política”.

Por su parte, un análisis de LCG, estimó que “el perfil de vencimientos de servicios es muy similar al de la propuesta del gobierno, el sacrificio adicional que tendría que hacer la Argentina es casi nulo, demanda el pago de US$ 3.200 millones adicionales hasta 2027, pero que después de 20 años se reducen a solo US$1.300 millones”.

Según la consultora PxQ, "las diferencias entre la propuesta de los acreedores y la oferta argentina son mínimas".  Al respecto, detalló: "en términos de NPV el Gobierno ofrece US$ 53,5 c/100VN y los acreedores piden US$ 57c/100VN,, la quita sobre el capital es igual, y la diferencia en término de cupón es 0,2puntos porcentuales": mientras que en la propuesta de Argentina el cupón promedio es 3,2% en la de los acreedores. "La diferencia más relevante pasa por el cupón anual del bono que reconoce intereses corridos: en la propuesta argentina es 1% y en la contraoferta de los acreedores es 4,9%", puntaulizó.

 

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OPTIMISMO En sintonía, Gustavo Neffa, de Research for Traders planteó que “hay una diferencia chica que es salvable,  el mercado está descontando un acercamiento”. El analista desechó la posibilidad de que el gobierno mejore hasta el VPN que pretenden los acreedores pero especula que “estirar hasta US$54 lo puede hacer, y dar algunas concesiones legales”. 

Para el economista Fernando Marull, un “escenario muy probable es que mejoren marginalmente US$ 1,5 el gobierno,  y bajen en esa proporción los bonistas” y tildó como una “muy buena noticia” la contraoferta porque los acreedores fueron “más flexibles” en los aspectos legales. En ese marco, enfatizó: “para que esto se cierre tienen que ceder marginalmente las dos partes un poco más, no se puede escapar este acuerdo”.

De igual mirada, Alberto Bernal, jefe de mercados emergentes y estrategia global de XP Investment, juzgó que “es ridículo destruir todo por una diferencia de 3 puntos” y expresó confianza en que “van a encontrar un punto medio”.

Fernando Baer, de Quantum Finanzas, reflexionó que “las condiciones locales e internacionales requieren hoy que Argentina siga negociando, dada la predisposición de los acreedores”, calificó la contrapropuesta de “positiva” porque “en perspectiva se acercaron bastante las partes” por lo que “seria inapropiado no avanzar para cerrar”.

 

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En Delphos Investment, evaluaron que “el paso constructivo dado por el grupo duro de bonistas incrementa las probabilidad de un  deal (acuerdo)  al 100% que ahora pasó a depender del gobierno”

“La decisión es eminentemente política. Es tan pequeña la brecha que sería absurdo no sentarse en la mesa de discusión y partir la diferencia”, analizaron.  

Por su parte, Norberto Sosa, de Invertir en Bolsa, destacó que “la contraoferta es mejor que la de Ecuador, asi que Argentina debería cerrar”.

"Los acreedores laburaron mucho para llegar a esta propuesta, algunos aceptaron sin muchas ganas, en términos de cash flow no le significa nada al gobierno, se quedarían una transacción donde eliminaron el 55% de la deuda, es muchísimo sin que se les pida un plan económico", reflexionó un directivo del sistema financiero con llegada a los bonistas.

MF / DS